Thread by @julietaovallep

"Music, Sense and Nonsense: Collected Essays and Lectures", por Alfred Brendel.

Capítulo: “Liszt’s Piano Playing”

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Brendel inicia este capítulo con una frase de Nietzsche: “Liszt o la escuela de correr - detrás de las mujeres”, una frase que conjunta la fama de Liszt con las mujeres y “La Escuela de la velocidad”, el título de una colección de estudios de Czerny.

Para Brendel, es una frase que resume todos los prejuicios populares sobre Liszt. Es una calumnia que nace de la envidia, concentra los aspectos físicos y profanos de la naturaleza de Liszt, y deja fuera todo lo demás, lo esencial.

En una carta a Clara, Schumann dijo de Liszt: “He is quite extraordinary. He played from the Novelettes, the Fantasy, the Sonata, moving me deeply (…) this was playing of genius, with tenderness and boldness of emotion with I doubt if even he can summon up every day”.

A su vez Clara escribió a Schumann: “When I heard Liszt for the first time in Vienna, I just couldn’t control myself, I sobbed freely with emotion”. Schumann le dedicó a Liszt su Fantasia Op. 17 y Liszt le devolvió el gesto dedicándole su más grande obra, la Sonata en Si menor.

Si bien no había un gran amor entre Brahms y Liszt, sí había una mutua estimación. Brahms le envío a Liszt su Concierto en Si bemol mayor tan pronto como salió de la imprenta, y Liszt le escribió una carta en la que califica el Concierto como obra maestra.

Incluso Eduard Hanslick, el temido crítico musical vienés y abiertamente opositor de la música de Liszt y Wagner, nunca dejó de considerar a Liszt como el pianista más sobresaliente de su tiempo.

Parece que Liszt no hablaba mucho de técnica con sus alumnos. Se daba por hecho que quien que tocara para él en Weimar tenía habilidad mecánica. Liszt se concentraba en la interpretación. Buscaba una “técnica creada por el espíritu, no derivada del mecanismo del piano".

A pesar de que había entre sus alumnos varios que copiaban su peinado, parece ser que fueron pocos los que heredaron algún rasgo del cantabile de Liszt. Amy Fay escribió: “Everybody else sound heavy beside him!”

En pinturas y fotografías, Liszt aparece sentado muy lejos del piano, con los brazo casi derechos. Se dice que en momentos de gran júbilo, se reclinaba hacia atrás. Las caricaturas lo mostraban con poses teatrales, agitando los brazos y mirada extática.

En realidad, por lo menos en sus últimos años, a Liszt no le importaban los movimientos exagerados de brazos o lanzar las manos en el aire. Stradal, que estudió con él después de 1880, considera que la técnica de Liszt estaba concentrada, además de los dedos, en la muñeca.

Para finalizar, les dejo un interesante video sobre Liszt al piano. Buenas noches.

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