Miró el reloj esperando un milagro. No lo hubo. Son las 00.00 horas del 5 de agosto de 1914 y la Kaiserliche Marine está en guerra con la Royal Navy. Aunque esperada, la noticia es acogida con preocupación por el capitán de corbeta Karl Biermann, comandante del Königin Luise 
Desafiar a la armada más poderosa del mundo ya parecía una misión imposible desde el puente de un acorazado o un crucero de batallan alemán. Hacerlo desde un pequeño ferry y en las barbas del enemigo se le antojaba un suicidio. Pero ese era precisamente su cometido
Horas antes del inicio de la IGM, el Königin Luise había sido requisado a la compañía Hamburgo-Amerika. El navío apenas llevaba un año trasladando turistas entre Hamburgo y la isla de Heligoland, cuando su país le reclama para otro servicio más siniestro: sembrar campos de minas
La antigua embarcación de recreo es equipada con rieles para arrojar minas y se montan dos cañones de 37mm. También se instalan bases para otras dos armas de 88mm, que nunca llegarán. Aún así, el Königin Luise se ha convertido en un 'Hilfsminenkreuzer' (crucero auxiliar minador)
Como el Königin es similar en tamaño y forma a un ferry británico, los alemanes lo pintan de negro y amarillo, los colores de la Great Eastern Railways, la compañía que cubre las rutas entre Inglaterra y Europa. Su camuflaje ofrece una pista de su destino: el estuario del Tamésis
Finalizados los preparativos, el Königin sale de su base con 180 minas a bordo. Navega en solitario y pronto se cruza con otros barcos. El tráfico es tan intenso como en tiempos de paz. Sea por eso, sea por su disfraz, el minador alemán llega a su zona-objetivo sin ser molestado
No muy lejos de allí patrulla una sección de la recién creada Harwich Force. Son cuatro destructores de la Clase L (Landrail, Linnet, Lark y Lance), liderados por el crucero explorador Amphion (3.400 toneladas, 123 metros, diez cañones de 102mm y dos tubos lanzatorpedos de 450mm)
El Capitán Cecil Henry Fox manda la flotilla. Tiene orden de patrullar el sur del Mar del Norte y proteger las rutas comerciales entre Inglaterra y los Países Bajos. Avanzada la mañana, un pesquero informa sobre un buque sospechoso que "está arrojando cosas por la borda"
Los ingleses aceleran y se dirigen al lugar indicado por el pesquero. Gracias a su mayor velocidad, los destructores divisan primero al Luise y efectúan disparos de advertencia con sus cañones de 102mm. Los germanos responden con sus 37mm y fuerzan máquinas tratando de escapar
El navío germano se mete en una tormenta de lluvia y arroja varias minas. Confía en que la mar picada y la baja visibilidad provoque que alguno de sus perseguidores choque con un artefacto e interrumpa la caza. Vano empeño. Los británicos esquivan el peligro y siguen adelante
El minador apenas da 21 nudos, por los 25 del Amphion o los 29 de los 'destroyers', así que la persecución dura poco. El crucero, que acaba de ganar un trofeo a la puntería, destroza al Königin. Bierdmann abre los grifos para acelerar lo inevitable. El Luise se hunde a las 12.22h
En su descenso al abismo, el barco alemán arrastra a más de 50 hombres. Otros sobreviven y son rescatados por sus verdugos de la Royal Navy. Desde el fondo del mar, el Königin clama venganza. Y por increíble que parezca, sus súplicas serán atendidas por la caprichosa fortuna
La Harwich Force sigue su patrulla y está cerca de provocar un incidente diplomático cuando dispara a otro ferry. Es el Sant Petersburg, que devuelve a su país al príncipe Von Lichnowsky, embajador alemán en Inglaterra. Es la primera prueba de que la suerte ha cambiado de bando
Resuelto el embrollo, los ingleses completan su patrullaje y en la madrugada del 6 de agosto ponen proa a su base. El capitán Fox fija un rumbo lo suficientemente alejado de la zona donde el Königin había estado sembrando minas. Al menos eso es lo que espera el oficial británico
Pero a las 06.35 horas del 6 de agosto, una explosión sacude al Amphion. El crucero ha golpeado una de las minas sembradas por el Luise. El explosivo detona bajo el puente con resultados catastróficos. La explosión rompe la quilla y un feroz incendio devora el castillo del buque
Hay decenas de muertos y heridos, la mayoría quemados, incluidos muchos de los prisioneros alemanes que a esa hora estaban desayunando. El capitán Fox está inconsciente, pero se recupera a tiempo de ordenar que paren los motores. Así evita que el Amphion choque con otra mina
El destructor Linnet trata de tomar a remolque al crucero, pero ante la posibilidad de que el Amphion se parta en dos, desiste. Fox no tiene más salida que ordenar el abandono del buque, maniobra que se completa en 18 minutos. Fiel a la tradición, el capitán es el último en salir
A las 7.03, sólo tres minutos después de arriarse el último bote salvavidas, el Amphion sufre una segunda explosión. No se sabe si la causa fue otra mina o la detonación de un pañol de municiones. El crucero se hunde arrastrando a las profundidades a 148 de sus 308 tripulantes
Dieciocho prisioneros procedentes del minador también fallecen. La venganza del Königin Luise ha tenido un alto precio. Los primeros muertos de ambas marinas, cuatro británicos y cuatro alemanes, son enterrados con todos los honores militares en el cementerio Shotley, en Suffolk
El capitán Cecil H. Fox sobrevive y continúa al mando de la Tercera Flotilla. El 17 de octubre se desquitará del hundimiento del Amphion al guiar a un crucero ligero y cuatro destructores en la victoria de Texel, batalla en la que los británicos hunden cuatro torpederos alemanes
Entre los náufragos rescatados del Amphion está el entonces primer teniente John Tovey. En la IIGM será el Comandante en Jefe de la Home Fleet y entre otras operaciones, dirigirá con éxito la caza del acorazado Bismarck
El Königin y el Amphion fueron las primeras pérdidas de la Kaiserliche Marine y la Royal Navy, respectivamente, en la IGM. El pecio del crucero está protegido por la Ley de Protección de Restos Militares. Se necesita un permiso del Ministerio de Defensa para bucear en sus restos
Sí se puede visitar uno de los cañones de 102mm con los que el Lance abrió fuego contra el Luise aquel 5 de agosto de 1914. Se considera que el destructor hizo el primer disparo británico de la IGM. La pieza se exhibe en el Museo Imperial de la Guerra de Londres. ENDE / THE END
