Thread by @julietaovallep

"Music, Sense and Nonsense: Collected Essays and Lectures", por Alfred Brendel.

Capítulo: “Busoni - Arlecchino and Doktor Faust”

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Una mujer del círculo de Busoni le preguntó a Brendel qué era lo que atraía tanto a los jóvenes músicos a este compositor, pues no habían experimentado el hechizo de su personalidad ni la magia de sus interpretaciones al piano.

Para Brendel, en primer lugar está el pensamiento universal de Busoni, que trascendía a sus dotes pianísticas: la amplitud de sus intereses y conocimientos, el impacto que causaba en quienes lo conocían, su educación y actividad literaria.

Como músico, fue compositor y un pianista virtuoso que se convirtió en modelo para la generación que le siguió. Fue director de obras nuevas y un maestro que en Weimar revivió los grandes días de Liszt y contó entre sus alumnos con Wladimir Vogel y Kurt Weill.

Busoni fue un defensor de la música moderna. En su obra “Entwurf einer neuen Ästhetik der Tonkunst” (“Bosquejo de una nueva estética del arte sonoro”), no sólo anuncia los sistemas dodecafónico y microtonal, sino también la música electrónica.

En segundo lugar, Brendel atribuye a Busoni una característica que como pianista tenía también Liszt: la combinación de un gran músico y artista, con una bravura cuya fuerza y precisión superaban cualquier dificultad.

Como tercer punto, Brendel habla del placer que producen las composiciones de Busoni. Fischer-Diskau interpretó Doktor Fausto y las canciones de Goethe. Hans Werner Henze defendió las óperas Turandot y Arlecchino.

Y los pianistas con manos suficientemente grandes pueden disfrutar de sus Sonatinas y Elegías, la Fantasia Contrapuntística, la Toccata y sus transcripciones de órgano.

Su herencia italo-germánica se manifiesta en el título de sus más importantes obras para escena: Doktor Fausto y Arlecchino. Estas obras demuestran los elementos especulativos y lúdicos de su naturaleza.

Además, Doktor Fausto y Arlecchino también representan las dos posibilidades que Busoni veía en el futuro de la ópera: temas sobrenaturales (“übernatürlicher Stoff”) y juego absoluto (“absolutes Spiel”).

La idea de Busoni de que la opera debía crear un mundo ilusorio que reflejara la vida ya fuera en un espejo mágico o en uno distorsionado, provenía de la “commedia dell’arte”, del teatro de títeres y del mundo fantástico de E.T.A. Hoffmann.

Para cuando Brendel escribió este ensayo (1966), la música de Busoni todavía no se había reconocido. Cuando mucho, era conocido por sus arreglos de Bach, y su fama crecía poco a poco con la representación de sus óperas.

Han pasado más de cincuenta años, y mi impresión es que la situación no ha cambiado mucho. Personalmente, considero que Busoni es de los compositores que deberían ser más interpretados y escuchados. Basta con escuchar su fascinante Concierto para Piano:

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