Thread by @julietaovallep

"Music, Sense and Nonsense: Collected Essays and Lectures", por Alfred Brendel.

Capítulo: “On Playing Schoenberg’s Piano Concerto”

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Sobre el Concierto para Piano de Schoenberg, que ha encontrado su lugar en el repertorio, Brendel reflexiona: “It may never become fully domesticated; but why should masterpieces be popular? It has remained a 'problem piece', but not one that is stifled by its problems.”

En 1942, Oscar Levant, exponente de la música para piano de Gershwin y compositor de música para películas de Hollywood, comisionó una obra para piano a Schoenberg, quien había sido su maestro. Schoenberg empezó a trabajar en el concierto para piano.

A Oscar Levant no le interesaba un concierto para piano y la cantidad que Schoenberg sugería por la comisión estaba mucho más allá de lo que Levant quería pagar, así que se retiró del trato. En su lugar, Henry Clay Shriver, asistente de Schoenberg, pagó la comisión.

El Concierto para Piano fue estrenado en Los Angeles por el pianista Edward Steuermann, con Leonard Stein al segundo piano, y después en 1944 con la orquesta de la NBC bajo la batuta de Leopold Stokowski.

El nuevo método de composición de Schoenberg de doce notas relacionadas únicamente una con la otra resultó directamente de la evolución de la armonía musical.

Por tres siglos, la música había sido dominada por la tonalidad, un sistema basado en los siete tonos de la escala diatónica y la relación de sus alturas con una nota central, la tónica, como punto de referencia.

En el siglo XIX la tonalidad se fue disolviendo poco a poco, con una dependencia cada vez mayor en los doce semitonos cromáticos. Tristán e Isolda de Wagner fue la primer obra a gran escala regida por una armonía cromática.

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En algunas de sus últimas obras, Liszt no sólo abandonó el marco de la armonía convencional, sino incluso el requisito de mantener una clave básica o centro tonal.

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En 1908 algunos compositores dejaron atrás todas las constricciones tonales. Obras como las miniaturas orquestales de Anton von Webern, el “Erwartung” de Schoenberg, y “Wozzeck” de Alban Berg, fueron compuestas en la tierra de nadie de la “disonancia emancipada” o “atonalidad”.

En 1922 Schoenberg propuso el dodecafonismo, una serie de doce notas, como un código genético, del cual se podía basar completamente la estructura de una pieza.

Su método seguía un procedimiento que Beethoven aplicó en varias de sus composiciones cíclicas: introducía al principio ciertos motivos que conectaban todos los temas y movimientos de una obra como común denominador.

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Schoenberg concibió la introducción del Concierto para Piano como una melodía extendida dodecafónica interpretada por el solista. Esta melodía presenta los 4 modos de la serie de tonos en el siguiente orden: la serie original, retrogrado de la inversión, retrogrado e inversión.

El Concierto para Piano consta de cuatro movimientos, desde el inicio concebidos cada uno con distintos caracteres y texturas. Schoenberg les asignó títulos que le sirvieron como guía.

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Los “títulos” de los cuatro movimientos son los siguientes:
I. “Life was so easy”
II. “Suddenly hatred broke out”
III. “A grave situation was created”
IV. “But life goes on”

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Algunos aspectos de la partitura pueden ser un problema para los intérpretes. La indicación de que la obra debe durar 28 minutos es engañosa. Una buena interpretación dura apenas un poco más de 19 a 21 minutos. La interpretación de Brendel dura casi 21.

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Para finalizar este hilo, comparto esta joya: un video de Mitsuko Uchida hablando de su experiencia interpretando el Concierto para Piano de Schoenberg. Buenas noches.

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