Thread by @julietaovallep

"Music, Sense and Nonsense: Collected Essays and Lectures", por Alfred Brendel.

Capítulo: “Performances, programmes, recording: Afterthoughts on Edwin Fischer”

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#Brendel2020 #MusicSenseAndNonSense #SundayBlues
#TeamLimantour

“What is piano playing of genius?” Es la pregunta con la que Brendel inicia este capítulo. Para él, una ejecución genial al piano es aquella que es al mismo tiempo correcta y audaz. La corrección nos dice lo que tiene que ser, la audacia lleva a lo que parecía imposible.

Mientras que la corrección puede ser alcanzada por el experto, la audacia presupone el don de la proyección, que lleva a la audiencia a la órbita de la personalidad del intérprete. El elemento personal “imposible” de Edwin Fischer era doble.

“…his playing sprang from a childlike nature, yet, if the signs were favourable, it also possessed all the wisdom of the experienced master.” Las características infantiles eran su sinceridad y espontaneidad, su capacidad de asombro, su alegría al tocar, juguetear y atreverse.

Como maestro, Fischer se definía por su don para la diferenciación emocional, por la belleza de su tono y sus extremos refinamientos, por su visión y por la manera en que captaba el gran diseño. “Child and master formed a perfect union in Fischer’s happiest achievements.”

Brendel afirma que nunca ha encontrado un control de la línea y del matiz más excitante que aquel alcanzado por Fischer en sus ejecuciones del 2º movimiento de Concierto en Fa menor de Bach, de la Fantasía en La menor o de en algunas piezas de "El clave bien temperado".

“There is something untamed even about Fischer’s most decorous playing. ‘In the work of art,’ says Novalis, the German Romanticist, ‘chaos must shimmer through a veil of order.’”

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Para Brendel, Fischer era todo menos predecible: “Fischer could spring a surprise at every note; he could also alarm you with his nerves, or make your hair stand on end with his childish fancies (as in his peculiar cadenzas!)”

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Fischer no era un pianista que se colgara de la música. “Fischer was a giver (…) This ‘musical exhalation’ was made possible by a singularly relaxed technique. Though it also gave rise to some inaccuracies, these in the end mattered little; the gain was overwhelming.”

Brendel trata de transmitir con una anécdota el impacto que causaba Fischer con sus interpretaciones en vivo. En los 1950s, después de un ensayo, un músico de la orquesta comentó con Brendel sobre lo fresca que sonaba cada interpretación de Fischer de los conciertos de Bach.

“Even now, twenty-five years later, he still had goose pimples whenever he thought of a certain passage. ‘Look at this’, he said, rolling up his sleeve.”

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Para Brendel, entre las grabaciones de Fischer que se acercan más a la realidad de sus ejecuciones están las de obras de Bach, los Impromptus de Schubert y los Concertos para Piano No. 20 y 24 de Mozart, el Concierto para Tres Pianos de Bach y el “Emperador” con Furtwängler.

El álbum de Lieder de Schubert con Elisabeth Schwarzkopf y la grabación de la Sonata para Violín en Sol mayor de Brahms con Gioconda de Vito son testimonio de su estilo tardío suave.

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Para terminar este hilo, les dejo una de las grabaciones más bellas del Concierto para Piano No. 5 "Emperador" de Beethoven, la de Fischer y Furtwängler. Como bien lo dice @AlfredoLopPce, esos dos eran un mismo corazón y un mismo cerebro. Buenas noches.

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