Thread by @IracundoIsidoro

Hace falta un giro copernicano.

Suprimir los privilegios de los rentistas y hacerles pagar.

https://twitter.com/sninobecerra/status/1304340067683635202

Como tuve ocasión de comentar en Amplando el Debate de @ColectivoBurb, la clave de la situación actual es que hemos llegado a la quiebra moral definitiva del orden económico bajo el que vivimos.

Vivimos en una sociedad en la que el Estado reconoce que entre un 15 y un 18% de la población siempre estará en desempleo. Es lo que llaman el desempleo estructural.

Una sociedad en la que un 30-40% de la población activa está en desempleo o desearía trabajar más horas.

Es en este contexto de una sociedad que asume sin más que más de un tercio de la población jamás gozará de un bienestar económico, en que llega el COVID 19.

El Estado, que extrae sus impuestos de las nóminas de los trabajadores mientras a los rentistas les permite mil y un caminos para eludir su contribución fiscal, se ve sin fondos por el colapso del turismo. ¿Y cuál es el debate?

Ante el agujero de las cuentas públicas el debate sigue siendo el mismo que antes del COVID 19: poner el foco en los funcionarios (único colectivo que goza de estabilidad en su trabajo) y los pensionistas (colectivo que cobra "por no hacer nada").

Nunca se pone sobre la mesa que los rentistas dejen de eludir sus obligaciones con la sociedad. Nunca se pone en duda esa noción de la propiedad como derecho absoluto. Una noción que es la que hace posible que se cobre alquiler a un negocio que está parado por el COVID 19.

Si la propiedad es un derecho absoluto, eso significa que el propietario, el rentista, es un Señor y quienes carecen de propiedades y de rentas son sus siervos. Y la cláusula bajo la que se disciplina a esos sus siervos viene escrita en la Biblia:

"Quien no trabaje no comerá".

Si en la situación extrema del COVID 19 no se quiere ni hablar de una reforma integral de la base fiscal en España, es que jamás se hará bajo este Régimen.

El gobierno más progresista de la Historia de España, decían.

La solución del déficit del Estado está condicionada por la pertenencia al Euro, sin duda, pero resulta desolador que el gobierno pretenda de nuevo equilibrar las cuentas públicas arrojando seres humanos a la hoguera del sacrificio.

¿Cuánta marginalidad tendremos que tener en España para que la propiedad privada empiece a ser vista como lo que realmente es? Sabemos bien por los países latinoamericanos que ese nivel de exclusión nunca inquietará a las elites económicas. Hay que hacer algo.

1) Suprimir cualquier instrumento financiero de elusión (SICAV).
2) Un tramo del impuesto de la renta del 80-90% para los grandes rentistas.
3) Tasa disuasoria de huida del capital (quien quiera irse con su patrimonio, tendrá que pagar)
4) Impuesto del patrimonio progresivo.

En nuestras sociedades no existe un impuesto de patrimonio digno del nombre. Y esto conecta con la idea de la propiedad como derecho absoluto.

Lo lógico es que quien tiene grandes patrimonios pague un impuesto anual que aumenta a medida que aumenta dicho patrimonio.

Irónicamente en EEUU tienen un sistema fiscal en que hacen blanco en la propiedad para costear servicios públicos. Quien tiene una mansión de 10 millones de dólares paga un porcentaje del valor de esa propiedad. Anualmente.

En España eso es impensable.

En EEUU no tienen servicios públicos dignos y su sistema fiscal favorece de forma lamentable a los megarricos, pero sus impuestos sobre la propiedad no tienen un digno equivalente en España.

En España tenemos asumido que la propiedad es sagrada y una vez adquirida o heredada no debe ser sometida a impuestos más allá de la limosna.

Al igual que con el impuesto de sucesiones, se emplea a los pequeños propietarios como pantalla para suprimir el debate.

Y es que en ese ejército de trabajadores explotados que ahorran durante toda su vida para adquirir un piso de 80 metros cuadrados es donde quienes poseen riquezas milmillonarias pretenden tener a su ejército de guardaespaldas.

De ahi el giro copernicano.

Establecer que el dolor y la miseria no son el peaje para acceder a un techo y a una manutención.

Establecer que quien más tiene más ha de pagar, porque la propiedad privada tiene menos valor que la vida y la libertad.

El pequeño propietario, el asalariado, el funcionario, tiene miedo del cambio. Porque cuando se hace blanco en quienes controlan los grandes patrimonios la amenaza es siempre la misma: el desempleo. Y por esto tantos apoyan el privilegio de unos pocos.

Con un desempleo estructural del 15-18% disciplinar y hacer que apoye el statu quo a quien tiene un trabajo es muy sencillo.

Con una renta básica garantizada a cada ciudadano, ya menos.

La renta básica podría pagarse muy fácilmente aumentando los impuestos a los grandes patrimonios y se romperían los mecanismos de Terror de los terratenientes y poseedores.

El "irresoluble" problema del empleo basura desaparecería de un día para otro.

Aquellos trabajos que fuesen esenciales para los negocios y las empresas se seguirían requiriendo, pero con un salario superior a la renta básica.

Magia.

Aquellos trabajos que fuesen sólo posibles por la explotación de trabajadores, desaparecerían sin que a nadie le importase.

Por supuesto quienes por un sueldo muy ajustado se autoexplotan inevitablemente mirarían con desprecio la posibilidad de que se cobre una Renta Básica.

Deberán pedir un aumento.

Todas estas medidas por supuesto se nos presentarán una y otra vez como imposibles por parte de los "expertos".

Pero hay que tener bien presente que esos expertos serían los primeros en perder su trabajo en caso de efectivamente implementarse dichas medidas.