Opino genuinamente que si admitiéramos que todo puede cambiar de un momento a otro, seríamos más felices.
¿Te gustaban las mujeres y ahora te gustan los hombres? Pues cambió y está chido.
¿Pensabas que la izquierda era chida y ya no? Pues cambió y está chido.
¿Te gustaban las mujeres y ahora te gustan los hombres? Pues cambió y está chido.
¿Pensabas que la izquierda era chida y ya no? Pues cambió y está chido.
La incongruencia está mal aplicada. Uno puede cambiar de opinión y seguir siendo fiel a sus principios.
Y también está sobrevalorada porque los principios pueden cambiar. Quizá pensabas que la justicia social era lo más importante y de pronto cambiaste de opinión y decidiste que tu propio bienestar era más importante y no estabas dispuesto a sacrificarlo. Y pues cambió y está chido
O al revés. Quizá eras un egoísta que dijo que nunca iba a sacrificar nada y de un momento a otro algo sucedió que te hizo cambiar de opinión y pues ya, está chido también.
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