Qué vergüenza. Qué puta vergüenza ver el servilismo, el sicofantismo, la adulación y la ausencia de toda posición crítica... de miseria en miseria hasta la vileza final... elpais.com/mexico/2020-10…
¿Qué azules hay que tenerlos para decir que como eres "antineoliberal" te enorgullece ser "prensa oficialista" de un gobierno "antineoliberal" en el discurso, pero caudillista, indolente, tiránico y amigo de neoliberales y narcos en la práctica?
Y hay que tenerlos de titanio reforzado para decir que las feministas que protestan por los asesinatos y violaciones cotidianos son irrelevantes "porque el mayor colectivo feminista es el de mi partido", como si eso no fuera más para avergonzarse que para cacarearlo.
¿Qué renuncia al pensamiento crítico, qué sumisión al "que mi líder piense por mí, que yo no soy digno de hacer sinapsis" se encuentra en esta frase demoledora, digna de Yezhov o de Goebbels? 
¿De qué fosa séptica moral (y de qué ábaco fantástico) sale que debes dañar "a decenas de miles" para beneficiar "a millones"? ¿Gobernar contra parte de la gente en vez de gobernar para todo un país? La polarización laclausiana siempre viene de los mejor comidos y bebidos.
Y ninguno de ésos ha conocido el hambre, el desempleo, la violencia, el desamparo, las enfermedades prevenibles, la violación, los disparos del narcotráfico... ninguno.
A veces se me hace más sencillo entender al adulador compulsivo, al lameculos, al arrastrado y servil que a quien goza con esa adulación, ese sicofantismo, esos aplausos acríticos... qué pobre de espíritu hay que ser para ser Trump o AMLO.
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