La guillotina viene de la Revolución Francesa y se debe al médico Joseph Guillotin, un hombre que no estaba orgulloso de que su nombre se usara para un aparato de muerte.
Y no, no fue su inventor y tampoco murió decapitado por este artefacto.
La pena de muerte existió en Francia antes y después de la Revolución. Sin embargo, durante la monarquía, la diferencia de las clases sociales también se notaba en la muerte.
A los aristócratas condenados a la pena capital los mataba un verdugo con hacha o espada. Muerte rápida.
Por el contrario, cuando una persona pobre era condenada a muerte, su ejecución era lenta, sangrienta y tortuosa (se les torturaba para buscar una confesión).
La horca, la hoguera, la rueda o el desmembramiento eran usados contra la plebe en la pena de muerte.
Esto fue así hasta que llegó la Revolución Francesa en 1789. Una vez derrotada la monarquismos, la Asamblea Nacional Constituyente (la de verdad) discutió un código penal acorde a sus ideales de libertad e igualdad.
Esto parece lógico ¿no?
Bueno, el médico Joseph Ignace Guillotin propuso ante esa Asamblea Constituyente (la de verdad) que todos los delitos se “castigarán de la misma manera para todas las personas, sin importar cuál sea el rengo o condición de los culpables”.
Esa idea fue polémica y discutida.
La idea de Guillotin era usar un mecanismo que quitara la vida en un abrir y cerrar de ojos. El objetivo era evitar las torturas y los errores de los verdugos.
Es así como propuso que se creara un artefacto que desprendiera la cabeza del cuero sin que el condenado sufriera. 🤡
Finalmente el código le dio la razón y aprobó lo siguiente en los artículos 2 y 3 del 25 de septiembre de 1791: la pena de muerte consistirá en una simple privación de vida, sin que se ejerza tortura (...) a todo condenado se le cortará el cuello”.
Ya era oficial... el aparato.
Los artefactos para decapitar ya existían en algunos países de Europa. Sin embargo, la Asamblea Legislativa contrató al médico Antoine Louise y a su ayudante, un constructor de arpas alemán, para mejorar esos aparatos.
Uno sabía de anatomía y el otro de cuerdas y madera.
La principal mejora que añadieron fue la utilización de una hoja en diagonal para que el corte fuera más certero, una barbaridad pues.
Pese a que no fue ni su inventor ni su constructor, Joseph Guillotine le da nombre a la máquina de matar más emblemática de la Revolución.
Guillotine pasó el resto de su vida desagradado porque su nombre se asociara a este artefacto. Pensó que incluso para morir todos los hombres eran iguales ante la ley y esa idea lo llevó de la mano con una aparato que tuvo vigencia en Francia hasta 1979.
Datos curiosos: el nombre de Joseph Guillotin está en este momento de moda por la serie de ficción sobrenatural La Revolución, de @NetflixLAT
Hasta para el papel se adoptó el nombre de guillotina para hacer cortes rectos, limpios y exactos.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Se calcula que para 1943 habían más de 2.000 estadounidenses en los campos petroleros venezolanos.
Ellos tenían sus urbanizaciones, escuelas, diversiones y (muy importante) mercados con productos importados.
Aquí un ejemplo de eso en Punto Fijo en 1960. Al fondo la refinería.
Bueno, volvemos a 1943. El 13 de marzo de ese año se sanciona la nueva Ley de Hidrocarburos. Este instrumento obliga a las empresas norteamericanas a darle a los trabajadores venezolanos los mismos beneficios que a los estadounidenses.
Napoleón decía que los ejércitos marchaban sobre sus estómagos. Es decir, comida para los muchachos, para levantar el ánimo y mantener el físico.
Pero, oh gran problema, no había cómo mantener los alimentos en buen estado y transportarlos en las campañas bélicas.
Napoleón estaba en guerra por toda Europa y sus ejércitos parecían invencibles. El punto débil era la comida, especialmente la de los marineros que duraban períodos extensos en alta mar.
La alimentación se basaba en carne y pan, pero se dañaba, se ponía rancia y enfermaban.