Thread by @deborahciencia

Medir el CO2 es decisivo para ventilar bien y evitar contagios. Es económico y además puede convertirse en una actividad educativa dentro del currículo de las asignaturas STEM 👇🏻

Ventilar es clave para mitigar los contagios. Incluso con mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad.

Existen varios métodos: abrir puertas y ventanas, ventiladores y equipos de aire acondicionado que diluyan el aire de dentro con el de fuera y, si esto no es posible, optar por sistemas de filtración.

Para evaluar si la estrategia de ventilación es suficiente podemos usar medidores de dióxido de carbono (CO2).

Al respirar exhalamos CO2. Cuantas más personas, más agitada sea su respiración,  más pequeña sea la estancia y peor ventilada, más CO2 se irá acumulando. Por eso la concentración de CO2 sirve para evaluar el peligro potencial de transmisión.

La concentración de CO2 en exteriores ronda los 400 ppm (partes por millón), lo que quiere decir que, por cada millón de moléculas de aire, 400 son de CO2. Se considera que una estancia está bien ventilada cuando la concentración de CO2 es de 800 ppm.

No se trata de tener un medidor de CO2 en cada aula u oficina, sino de hacer una evaluación de la eficacia de la estrategia de ventilación en cada estancia. Una vez establecida la mejor, solo habría que mantenerla y revisar su cumplimiento.

Hay medidores por 100–150 €. Así que el gasto para evaluar la ventilación de todo un centro escolar o de trabajo no es muy elevado.

Podría ser más caro e ineficiente comprar aparatos con filtros HEPA sin ton ni son. En algunos casos, mantener las ventanas abiertas es más eficaz. Por eso invertir en un medidor de CO2 evitaría gastos innecesarios y ofrecería una valoración objetiva.

👩🏼‍🏫Esto podría formar parte de la actividad educativa. En el artículo enlazo calculadoras, estimadores y la guía del CSIC en la que se explican varios métodos para evaluar la ventilación usando medidores de CO2.
lasexta.com/el-muro/debora…

Los alumnos de secundaria o superior, guiados por el profesorado de ciencias, podrían evaluar cuál es la mejor estrategia de ventilación de las aulas. Serviría para aplicar contenidos de las materias STEM.

Matemáticas, química y física básica aplicada por alumnos y profesores para hacer que los centros escolares sean espacios más seguros.
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