"La derecha siempre -siempre- se encarga de materializar a sus propios fantasmas", DRdA. 
Es lo que estamos viendo hoy: la DBA (tan) peruana, aterrada por lo que vio pasar en Chile y Bolivia (marchas, exigencias de nueva Constitución), se sintió -ella solita- amenazada y arrinconada; se erizó como un gato mojado por algo que era muy difícil que pasaría aquí.
Y entonces, movidos por su miedo -por completo infundado- y alentados por las mafias que hoy son sus aliadas -pero que mañana se encargarán de desollarlos-, sacaron a Vizcarra, le dieron un embeleco en forma de banda presidencial a Merino y pusieron al Gato Fiero de premier.
El cambio constitucional en el Perú estaba muy lejos; la masividad y la violencia de las marchas de Chile y de Bolivia no se iban a reproducir aquí a menos que la provocación fuera demasiado grande, un escupitajo en el ojo del país, de espaldas a la realidad.
Y, qué curioso, eso es lo que hoy hicieron. Solo tenían que ser un poquito menos brutos y un poquito menos achorados, nada más. Un poquito menos.
Es claro que les ganó el peso de la cachiporra, de su propia exageración de comer ansias y ver espectros, de su eterna paranoia febril e incontinente. El fantasma del cambio de constitución y del sacrosanto modelo económico ya es de carne y hueso y ya camina entre nosotros.
Felicitaciones, parece que lo hicieron otra vez.
@threadreaderapp unroll
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