Thread by @Bernardieux

¡Ese Personal! Mientras escucho “One Headlight” de The Wallflowers, me permito conminarlos de nuevo a lavarse las manos, y a ponerse el tapabocas. Lo primero los protege a ustedes, y lo segundo protege a Ese Personal que los rodea. Hay que ser responsables porque no nos queda

otra... todos conocemos las potenciales consecuencias del problema... igual sale uno bien librado, pero igual cancel christmas, así que ya saben... alineados por la derecha, si son tan amables.

Y hablando de potenciales consecuencias, ahí les voy... Como todos saben, Tabasco

se inundó “porque ha llovido de forma extraordinaria”, ¿no? Todos concemos la historieta de la presa, las decisiones que se tomaron después, y el discurso ridículo que pretende justificar la gestión equivocada y la improvisación (por cierto, no... no se puede inundar una zona a

voluntad, así que no se trataba de proteger la destilería paraíso... no le hagan caso a los conspiracionistas... además, ya se inunda solita con y sin presa.

Pero miren ustedes... El maestro @vicfc7 escribió un artículo excelente en @nexosmexico sobre las razones por las que

Tabasco se inunda. Aquí se los dejo por si no le había echado lente nexos.com.mx/?p=51411

Hablando en plata, Tabasco no es el único lugar del mundo donde pasan estas cosas, y el desmadre se puso buenísimo. ¿Qué pasó entonces? Pues que no se han tomado las previsiones necesarias para mitigar los daños que sabían que resultarían de las inundaciones. El problema no es

nuevo, pero la gestión esta última vez ha sido incluso peor que otras veces (y eso ya es decir, me cae).

Si leen el artículo, resulta que la información de los primeros 6 o 7 párrafos debería ser suficiente para que alguien dijera “ah... pos entonces existe la posibilidad de que

el estado se inunde de nuevo, entonces hay que pensar en algo para que la cosa no se ponga tan de la chingada, y para que las condiciones sean más chidas cuando el agua se vaya”. O sea, que las lluvias que causan inundaciones en la zona no son “algo extraordinario”, sino un

fenómeno recurrente, que puede gestionar cualquiera con dos dedos de frente.

Hold My Atole™... ¿Quieren decir que nadie tiene dos dedos de frente en la cuarta?... chale... haberlo dicho antes...

Aquí el asunto es -como dirían los argentinos- muy sencishito: para gestionar el

problema de las inundaciones se saltaron todas las reglas de la gestión de crisis (desastres, incidentes, disrupciones... llámenle como quieran, son “problemas”).

“Ora, pinche Bernardieux... ¿Qué no estás hablando de “respuesta” y no de “previsión”? Pues no. Hablo de “asegurar

los recursos necesarios para mitigar las consecuencias de la disrupción, controlar los daños a un nivel aceptable, y asegurar una recuperación efectiva”. O sea, enter “Protección Civil” (PC).

En principio, la PC es una ciencia cuyo fin último es algo así como “identificar las

disrupciones que potencialmente afectarán la continuidad de las actividades cotidianas de un entorno determinado, establecer las acciones de respuesta y control de daños adecuadas para esas disrupciones, y facilitar el retorno a condiciones normales, procurando que éstas sean

mejores que las existentes antes de la disrupción” (hasta me cansé escribiéndolo me cae).

¿Cómo se hace esto? Pues un ejemplito (de antemano le aviso a todo Ese Personal que conozco que le mete a PC que es un ejemplo DE VERDAD muy básico):

Veamos, dijo el ciego:

1: Primero hay que analizar la información disponible para identificar la (s) disrupción (es), y todos los efectos potenciales que podría (n) tener sobre un entorno determinado. Lo primero que no hicieron fue identificar correctamente el riesgo y cuantificar las consecuencias

potenciales, aún teniendo toda la información disponible, misma que alguien debió haber usado para decir “oye we... este año se ve medio cabrón... ¿no deberíamos tomar alguna previsión para cuando eso se inunde?” porque en el caso de lugares como Tabasco,

la onda no es “si se inunda”, sino “cuando se inunde”.

2: Luego, hay que analizar y evaluar la efectividad de los recursos de gestión existentes, y luego la posibilidad de mejorarlos, e incluso de implementar recursos nuevos. Evidentemente, esto último no siempre es posible,

porque puede resultar muy caro, o técnicamente muy complicado, así que cancel christmas.

OJO: Insisto: esto NO es “respuesta”, sino los recursos disponibles para la mitigación de daños ANTES de que la disrupción “pegue”, para que sus efectos no sean tan pinches. Aquí entra la

priorización de lo que se puede proteger y lo que no, porque hay que tener claro que habrá cosas que se pierdan, pero también que hay otras tantas que se puedan proteger con algún nivel de efectividad.

3. Ahora sí, establecer las acciones de mitigación/control de daños

necesarias, y asignar recursos para que asegurar su efectividad, o sea tomar decisiones con anticipación suficiente para usar los recursos de la forma más eficiente posible para mitigar los daños que la disrupción causará. Es decir: Pura preparación.

Por ejemplo, si no se pueden

proteger “assets” -cosas... casas, edificios, infraestructura, etc.- porque dejaron que el problema los agarrara con los calzones bajados y el trasero al aire, sí se puede proteger a las personas -facilitar la evacuación, instalación de albergues, suministro de alimentos y agua,

material y personal médico, y artículos como cobijas, catres, ropa y esas cosas, considerados “basic living supplies”. Sí, Ese Personal... la “respuesta efectiva”, depende 95% de la preparación... de otra forma todo es improvisación, justo como la que se vio los últimos días.

4. Establecer la estrategia y los planes/recursos que se necesitan para la coordinación efectiva de la respuesta a los daños (por ejemplo, el DNIII a nivel federal, y los programas locales de protección civil), que es la primera parte del plan de recuperación. El error aquí es

que dejaron correr esperando que las medidas de respuesta- desde el DNIII hasta la ayuda que el resto del país está mandando- sean suficientes para alivianar a Ese Personal damnificado (¿les suena?).

5. Evaluar el desempeño de las medidas establecidas (yo de una vez les pongo

cero), y establecer un plan (incluyendo fondos e inversiones razonables y adecuadas a las posibilidades) para facilitar la recuperación y las condiciones de preparación/gestión mejores para la próxima. Esto es, aprender de los errores (la cosa es que en la IVT creen

que no se equivocan, así que... cancel christmas.

Según parece, ahora mismo no hay un plan de recuperación que tenga sentido, y se dice que el pejesidente anunció un plan para que casi casi no haya inundaciones nunca más, y aquí hay que ser justos y decir que

si puede controlar las aguas por su voluntad, yo seré el primero en decir que Moisés le pela los dientes a dos manos.

Resumiendo, no prepararon gran cosa a pesar de tener información, no previeron gran cosa a pesar de que sabían sobre los daños potenciales, y no coordinaron

la respuesta al nivel adecuado. Eso significa que no van a aprender de sus errores, y que el plan de recuperación que desarrollen va a estar mal enfocado (digo... le guste al pejesidente o no, “turbinar agua” y “evitar inundaciones” no son conceptos que se puedan relacionar).

Como de costumbre, muchas gracias por leer el pergamino, Ese Personal. Espero no haberlos confundido “pior”, y que semejante rollo sirva de algo a medio domingo.

¡Son la pura onda!