Evitar la identificación y el combate contra el fascismo, sean cuales sean las razones, es el primer paso hacia la derrota contra el mismo.
El fascismo es un movimiento de masas, esto es, su campo de batalla no se encuentra (principalmente) en las instituciones, sino en los espacios cotidianos: en las fábricas, en las ciudades, entre la tropa rasa.
Su discurso es «rompedor» y aparenta ser revolucionario: es obrerista, denuncia a «las élites» y al capitalismo, reivindica la pasión y la irracionalidad y es profundamente chovinista. Es por ello que cala a la perfección entre las masas. Ahora bien, la realidad es muy distinta.
El fascismo pretende volver atrás la rueda de la historia. Promete un trabajo «más justo», tiempos mejores inspirados en el ideario nacional, como aquello del «trabajador-campesino» strasserista, o «el hombre de fe» falangista.
Dimitrov decía:
«Bajo las condiciones de la profunda crisis económica desencadenada, de la violenta agudización de la crisis general del capitalismo, de la revolucionización de las masas trabajadoras, el fascismo ha pasado a una amplia ofensiva. (...)
La burguesía dominante busca cada vez más su salvación en el fascismo para llevar a cabo medidas excepcionales de expoliación contra los trabajadores; para preparar una guerra imperialista de rapiña, (...)»
El fascismo es, evidentemente, profundamente reaccionario. Ahora bien, no estamos hablando del carácter del fascismo, sino de la estrategia seguir contra el mismo y, más concretamente, de si «invisibilizarlo» es útil o no.
Pues, evidentemente, no lo es. El fascismo se nutre de las masas, alcanza su auge durante las crisis del sistema capitalista y es auspiciado por la burguesía en su intento de mantener su modo de producción.
Ignorar el fascismo por tal de «no darle voz» supone no identificarlo, no revelar su carácter ante las masas, desconocer al enemigo. Que ahora el fascismo sea minoritario, residual o como se quiera decir, no supone que no pueda volverse a alzar.
Además, ¿acaso no es el «movimiento comunista» actual algo residual, minoritario? ¿Qué tipo de «bloqueo mediático» general puede imponer cuando ni siquiera es capaz de convencer a su propia militancia?
En el momento actual, en el que el revisionismo campa a sus anchas y la formación brilla por su ausencia, es más necesario que nunca señalar, identificar y definir el fascismo.
Respecto a las características que la lucha contra el fascismo debe adquirir, consideramos extremadamente instructivo el Informe de Dimitrov en el VIIº Congreso de la Komintern: bitacoramarxistaleninista.blogspot.com/2013/04/la-ofe…
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¿Qué remedio propone la «burguesía roja», representada por el @PSOE y @PODEMOS , para paliar el sensible problema del fracaso escolar en España? ¡Muy fácil! Si hay muchos suspensos, decidamos «aligerar los criterios».
Roberto Vaquero construye la línea política de su circo en contraposición a aquello que se contrapone al obrerismo. Dicho de otro modo: 1. Carece de principios políticos. 2. Su incomprensión de la teoría comunista es más que notable. 3. No es más que un charlatán.
En este caso podemos ver cómo apoya a Lidia Falcón, renegada del PCE, por su posición contraria a las personas trans. En su línea de apoyar aquello que está de moda o le puede reportar más adeptos (como ya hizo con los naxalitas, el movimiento kurdo o ETA).
A propósito sobre el segundo fragmento, perteneciente al número 6 de la revista "De Acero", dice que los maoístas son "revolucionarios en algunos casos". Desmontando a Mao, pero no mucho.
«Una de las normas que lleva implícito el principio de la disciplina y el centralismo democrático es la inexistencia de fracciones en el Partido. En un Partido marxista-leninista no hay mayorías minoritarias organizadas. En eso consiste precisamente su cohesión monolítica.»
«La investigación ha de tender a asimilarse en detalle la materia investigada, a analizar sus diversas normas de desarrollo y a descubrir sus nexos internos. Sólo después de coronada esta labor, puede el investigador proceder a exponer adecuadamente el movimiento real». (Marx)
Los politicastros de turno dicen cuidar con sumo esmero la educación pública. Juran que sus gobiernos buscan articular sobre ella su modelo de desarrollo de la nación, que las generaciones venideras se podrán forjar en la excelentísima educación española.
El materialismo histórico no es un sistema cerrado, coronado por una verdad definitiva; es el método científico para la investigación del (...) desarrollo de la humanidad. Parte del hecho incontrovertible de que los hombres no sólo viven en la naturaleza, sino también en sociedad
«Los hombres aislados no han existido nunca; cualquier persona que por azar llega a vivir alejada de la sociedad humana, rápidamente se atrofia y muere. Pero de ese modo, el materialismo histórico reconoce ya en toda su amplitud todos los poderes ideales.
«¿Cómo se relaciona el capitalismo con el problema migratorio? ¿Por qué se agrava esta cuestión en las épocas en que la lucha de clases pasa a los enfrentamientos abiertos entre el proletariado y las masas, por una parte, y los reaccionarios y burgueses por otra?»
« (...) se trata de desplazamientos de población de un punto a otro del planeta. Si se ve desde la óptica del punto que recibe a esa población, se habla de inmigración, y si se ve desde la óptica del punto que «emite» esa población migrante, se habla de emigración.