El 11F es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. En el marco de una campaña de varias instituciones nacionales me preguntaron qué mujer científica me inspira, y yo conté la historia de Mona Minkara, una de las científicas ciegas más reconocidas del mundo.
Cuando tenía 7 años, a Mona le diagnosticaron una discapacidad visual que generó que, poco a poco, fuese perdiendo la vista. Su sueño de chiquita siempre había sido ser científica, y no estaba dispuesta a que su discapacidad la detuviese.
No fue todo fácil. En un artículo contó, por ejemplo, que un especialista les aconsejó a sus padres que no gastasen un centavo en su educación. Y eso fue, como aclaración, en Estados Unidos. blindnewworld.org/blog/breaking_…
Hoy tiene un doctorado en bioquímica computacional, enseña e investiga en Northeastern University, y también lucha por romper barreras y aumentar la participación de las personas con discapacidad en el mundo de la ciencia.
Me pareció una historia muy linda para compartirles, porque en el imaginario popular aún existe ese concepto de que hay ciertos roles, particularmente en la ciencia, que no están abiertos a las personas con discapacidad...y este ejemplo demuestra que no es así.
Porque las cosas están cambiando, y conociendo y compartiendo estas historias también podemos ser parte del cambio. #11Febrero
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Siempre digo que lo que estoy viviendo hoy en realidad es el resultado de un montón de historias, a priori chiquitas, que me llevaron a ser quién soy. Mi abuela es protagonista de muchas, pero hay una en particular que me marcó un montón.
Se llama Victoria, pero todos le decimos Pocha. En este momento tiene 90 años, y tenía 80 cuando esto sucedió.
Cuando yo tenía 8 años, 2 días a la semana (todos los lunes y los miércoles) me acompañaba a Juan Lacaze (que está a poco más de media hora de acá) para que yo pudiese tomar clases de computación mientras mis padres trabajaban.
Cuando escribí sobre la educación, les dije que tenía historias lindas para contar, y la de Gerardo Menéndez, mi profe de geografía en primero y segundo de liceo, es una de las que más me marcaron. Con su permiso, acá les va.
Hasta que entré al liceo, no era muy fan de la geografía. Entendía todo, pero me aburría muy fácil porque me costaba asociar los países a un lugar en el espacio. Sabía que Uruguay estaba entre Argentina y Brasil, por ejemplo, pero se me hacía difícil interpretarlo mentalmente.
Como ya les conté, en la escuela mi madre pasaba las noches transcribiendo todos mis trabajos, así que el tema de los mapas estaba complicado. Habían intentado adaptar algunos con madera, pero no había funcionado muy bien.
A todos los que me han mandado DM preguntándome cosas sobre mi ceguera etc, primero, amo leerlos. Gracias por preguntar, por querer informarse- amo responderles, también! Pero disfruto mucho democratizando las conversaciones.
Todos somos diferentes, y pensamos de forma distinta, y con las personas ciegas no es la excepción, así que tal vez alguna respuesta que yo dé al privado no se corresponda con lo que piensa o vive gran parte de la comunidad.
Hoy me preguntaron si sueño, por ejemplo. Yo sí lo hago, y como dato random les cuento que en mis sueños es imposible que me choque con nada. Tampoco veo en ellos, porque nunca vi en mi vida, pero no sé cómo será para los demás.