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Mikhail Vasilevich Lomonosov tendría que aparecer en los libros de texto tanto como Lavoisier, Dalton, Boyle, Bernoulli o Van der Waals.
Lo cierto es que en la literatura de la ciencia elaborada por rusos su nombre aparece a la par de Dmitri Mendeleyev y de Ivan Pavlov
A Lomonosov se le debe una teoría corpuscular de la materia antecedente de la teoría atómica de Dalton, que utilizó para esbozar una de las primeras teorías cinéticas de los gases, similar a la de Bernoulli. Defendía que las partículas de los gases ocupan un volumen finito...
..., justificando de esta manera las desviaciones que experimenta la ley de Boyle, idea que se adelantó en 123 años a la del holandés Van der Waals; también introdujo, sin citarlo, el concepto de isómero, 90 años antes de que Berzelius lo definiera.
Leyó, en los textos de Robert Boyle, que el exceso de peso que se producía al calcinar un metal, se debía al paso de corpúsculos de fuego a través de la retorta, que eran absorbidos por el propio metal. Lomonosov repitió el experimento en una estructura hermética y...
comprobó que la masa total no variaba. Basándose en aquellas investigaciones enunció la ley de conservación de la masa, 18 años antes de que lo hiciera Lavoisier. Rechazó la teoría del flogisto que suponía la existencia de una “sustancia” imponderable en los cuerpos combustibles.
Lomonosov estudió los pigmentos y colorantes extraídos de plantas, y los aplicó a los vidrios y mosaicos. Predijo la existencia de la atmósfera del planeta Venus, elaboró pruebas sobre el origen orgánico del petróleo y organizó un catálogo de tres mil minerales.
Explicó la formación de los icebergs, predijo la teoría de la deriva continental, hizo una interpretación de la luz como onda, desarrolló un prototipo de helicóptero, elaboró experimentos sobre la electricidad atmosférica e inventó nuevos modelos de periscopio y telescopio.
Mikhail Vasilevich Lomonosov no solo se dedicó a las ciencias. Como filólogo fue el creador de la primera retórica adaptada al ruso y de la primera gramática rusa, que combinaba el eslavo antiguo religioso con la lengua vulgar.
Tuit 45 con imágenes e información de:
Mikhail Lomonosov and the dawn of Russian science:
Physics Today 65, 2, 40 (2012)
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Los deportistas, las cascadas, los animales, los huracanes, las máquinas y las personas tienen algo en común: energía. La energía no es algo material que ocupa un lugar en el espacio, como los materiales. Es un tema cotidiano, la usamos y hablamos de ella desde pequeños.
Sin embargo, no la podemos ver, saborear, oler, oír, ni sentir, pero sí podemos experimentar sus efectos y las transformaciones que genera y de ella misma. La interpretación científica y tecnológica de la energía se aleja de su significado coloquial.
Definir a la energía, desde el contexto científico y tecnológico, es mucho más complicado que describir las características generales, comunes a todos los tipos de ella.
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¿Qué mejor para resolver conflictos que actividad sexual? Algo como un lubricante social. ¿Qué mejor saludo que tener sexo? De todos y para todos. ¿A quién me refiero? A los bonobos (Pan paniscus) especie de primate casi idéntica al chimpancé y catalogada como tal en 1929.
Lo que los bonobos practican es sexo social. El 75% de esas relaciones no es reproductiva. Practican sexo macho-hembra, macho-macho y hembra-hembra. Hay sexo en grupo. El que las dominantes sean las hembras provoca que la sociedad sea diferente, limita la violencia.
Si entre dos grupos de bonobos hay tensiones no se matan como los chimpancés, mejor resuelven el conflicto con actividad sexual, intensa; en una palabra, con una orgía.