Thread by @gamusino

En el #gamuhilo de hoy hablaremos de cuando Galerías Preciados compró El Corte Inglés.

Y de cómo una empresa puede, sin querer, ayudar a crear su mayor competidor.

Empezamos.

Os debía la historia desde que os puse la miel en los labios en un #gamuhilo anterior:

https://twitter.com/gamusino/status/1358865152041488385

En 1890 se fundó en Madrid una pequeña sastrería para niño y caballero llamada El Corte Inglés. En sus anuncios hay una particularidad curiosa: aparecen tres direcciones… pero en realidad solo tenía una tienda.

Y es que el local de 146 metros cuadrados de esta sastrería estaba en la calle Rompelanzas, la más corta de Madrid, y daba a tres calles: a la misma Rompelanzas, a Preciados y a El Carmen. De modo que mentira no era. Tres puertas tenía.

¿Y de dónde venía el nombre? En la España de principios de siglo, la elegancia masculina se identificaba con lo inglés (encontramos otras tiendas como la Sastrería Inglesa), mientras que la femenina era lo francés.

Y la verdad es que El Corte Inglés tenía su prestigio. Contaba con siete empleados (dos botones y cinco dependientes) y allí compraban algunos de los caballeros más elegantes de Madrid, entre ellos, Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República.

Pero a lo importante: ¿cómo es eso de que Galerías Preciados compró El Corte Inglés? ¿no eran competencia? ¿por qué ECI celebró sus 75 años en 2016 si por entonces ya tenía 126? ¿por qué los Ocho Días de Oro duran un mes?

Responderemos a casi todas estas preguntas en el hilo.

Como recordaréis del hilo sobre Galerías Preciados, lo que quería Pepín Fernández tras montar Sederías Carretas (y tras la guerra civil) era un verdadero Gran Almacén en Madrid, al estilo de los de Inglaterra o Francia.

https://twitter.com/gamusino/status/1358864615741001740

A Pepín Fernández le ayudaba en todos los temas económicos su tío, César Rodríguez. Él había sido quien le había contratado en Almacenes El Encanto, y tras años trabajando había acumulado una buena fortuna. Era su socio capitalista en Sederías Carretas y también en Galerías.

Un día, el tío le dijo a su sobrino Pepín que tenía otro sobrino llamado Ramón Areces que había trabajado también en El Encanto, pero no le había ido demasiado bien y había vuelto a España en 1934 sin un duro. Que a ver si le podía enchufar en Sederías Carretas o algo.

Pepín no estaba muy por la labor. Le dijo que ahora no necesitaban a nadie pero que cuando pusiera en marcha sus grandes almacenes ya si eso le colocaría ahí. Pero vamos, que no tenía muchas ganas de fichar al tal Areces. No creía que fuese a aportar mucho.

En fin, que Pepín quería sus grandes almacenes. Y no te creas que el tío lo quería montar en cualquier sitio: él puso el ojo en la Gran Vía, una calle joven en pleno centro, hervidero de lo moderno.

Hasta negoció con los propietarios del Cine Callao para comprarles el edificio. Y le dijeron que muchas gracias, que buenas tardes pero que no. Que si quiere puede comprar una butaca pero que el edificio entero para poner un gran almacén pues no.

Así que el hombre se puso a buscar otros edificios interesantes y encontró en la calle Preciados uno de viviendas con un local debajo: El Corte Inglés. Vale, no está en Gran Vía, pero casi. Así que lo compra todo entero (con dinero de su tío). Con sastrería y todo.

Aquí es cuando a Pepín se le enciende la bombilla: si le doy la sastrería a Ramón Areces, quedo bien con mi tío y me ahorro contratarle. Y si es un inútil, pues que hunda su negocio y que no me afecte a mí.

Y eso hacen: "Oye, Ramón, ¿ves esta sastrería? Pues para ti. Gestiónala un tiempo mientras el ayuntamiento me da permiso para derribar el edificio y luego ya te la llevas donde quieras".

(Luego, a lo largo de las décadas, Ramón Areces diría en varias entrevistas que él compró la tienda de El Corte Inglés porque le pareció mona, o porque quería montar un negocio...)

El caso es que así lo hacen: Ramón Areces se queda el traspaso de El Corte Inglés, con sus tres puertas a tres calles. Y Pepín Fernández empieza las gestiones para derribar el edificio, gestiones que van un poco lentas por el tema de que empieza una guerra civil y eso.

Pero no te creas que eso le detiene mucho: durante la guerra sigue comprando las casas de la manzana: su objetivo es acabar llegando a la plaza de Callao y cumplir su sueño de una tienda en la Gran Vía. A base de ir comprando más casas de la manzana llegaría a Callao en 1956.

El caso es que la guerra acaba y en 1940 Pepín Fernández le dice a Ramón Areces que vaya haciendo las maletas, que ya va a tirar el edificio y que el resto de inquilinos ya se han ido. De esta época es una de las pocas fotos del local: fijaos que pone «Liquidación por derribo».

Ramón Areces levanta el chiringuito y se lleva el establecimiento un poco más abajo en la calle, a la esquina de Preciados con la calle Tetúan, donde estaban hasta ese momento los almacenes El Águila, a los que no les había ido muy bien.

Eso sí, El Águila ocupaba el bajo, entresuelo y primera planta, mientras que El Corte Inglés solo abrirá el bajo. Pero en pocos años acabarán ocupando todo el edificio.

Para anunciar el cambio, publican un anuncio en prensa (que no he sido capaz de encontrar) que explica:

«Al celebrar el 50 aniversario de su fundación, El Corte Inglés ofrece al selecto público madrileño sus nuevos locales» en Preciados, 3.

Por cierto: ¿os habéis fijado que El Corte Inglés celebraba 50 años en 1940 y 75 años en 2016? Es lo mismo que le sucedió a Galerías en su momento: todo depende de cuánto empiezas a contar:

https://twitter.com/gamusino/status/1358860815403745280

Pero no os creáis que había mal rollo entre Galerías Preciados y El Corte Inglés. Al fin y al cabo, no eran competencia: Sederías Carretas estaban enfocadas en tejidos y ropa femenina, y ECI era una sastrería de caballeros y niños.

El nuevo edificio de Galerías queda precioso:

De hecho, cuando se produce la mudanza, Galerías le presta algunos empleados para ayudarles con el traslado, decorar sus escaparates, ayudarles en las compras de tejidos en Cataluña… todo parece ir bien para estas dos empresas que son familia (lejana).

Sin embargo, las cosas comienzan a complicarse. El Corte Inglés ficha a un empleado de Galerías, polémicas con los proveedores...

Y en 1946, la bomba: ECI ha comprado un edificio anexo al suyo para dejar de ser una tienda de sastrería y convertirse en un gran almacén.

A partir de ahí empezaría una de las luchas empresariales más encarnadas del siglo. Galerías se obsesionaría con crecer (endeudándose) y abrir sucursales en cuantas ciudades fuese posible, antes de que lo hiciese El Corte Inglés.

Y eso acabó siendo su ruina.

Una de estas ampliaciones le permitió comprar el Hotel Florida, lo que acercaba a Galerías más a la Gran Vía.

Su edificio primigenio pasó a ser llamado "el anexo" oficialmente (los empleados lo llamaban "la cajita de cerillas").

Poco antes de cerrar y ahogada por las deudas, Galerías tuvo que cerrar algunas de sus tiendas, y vendió al grupo francés Fnac su edificio original:

En esta fachada que hoy pasamos sin mirar, en la diminuta calle Rompelanzas, estuvo el primer El Corte Inglés y el primer Galerías Preciados.

Dos furibundos rivales con un mismo lugar de nacimiento.

Qué menos que una placa, ¿no?

¿Cómo habría cambiado la historia del comercio en España si Pepín Fernández hubiera contratado a Ramón Areces en vez de ayudarle a crear su máximo competidor? ¡Quién sabe!

Para saber más:

👉 lacabezallena.com/ciudad/primer-…
👉 Hemeroteca ABC (hemeroteca.abc.es)
👉 «Biografía de El Corte Inglés» (Javier Cuartas, Ediciones El Cruce) amzn.to/3sfRq1v
👉 gentesdebrihuega.wordpress.com/2004/12/01/un-…
👉 inshop.es/2010/04/grande…
👉 elcorteingles.es/informacioncor…

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¡Gracias por leer!

https://twitter.com/gamusino/status/1363928390886182918

(Como siempre: estos hilos son una simplificación de la historia que sucedió. No me he inventado nada, pero he tenido que dejar fuera muchas cosas para que no se haga eterno. Otro día contaré más)