Thread by @euklidiadas

Con esto de la pandemia y del teletrabajo sucede algo muy curioso: algunas personas están encantadas con perder de vista a sus compañeros, y otros se mueren de ganas por volver a coincidir. Supongo que tiene mucho que ver con la forma en que uno trabaja y se organiza.

Por mi parte, hace más de seis años que dejé cualquier tipo de espacio compartido. Trabajo bien en equipo, pero las distracciones de la oficina siempre han penalizado mi labor. Si alguien se levanta, habla en voz alta o mueve papeles, me distraigo.

Sí, soy de los que se distraen con una mosca, y para sacar trabajo adelante necesito un ambiente calmado estilo biblioteca (pero sin toses), música en los oídos y estatismo. Que nada se mueva en mi campo de visión.

En la actualidad redacto unas tres piezas al día. En una oficina no podría ni terminar una. Cada pequeña distracción, como cuando llaman al telefonillo o un vecino decide que si estoy en casa no estoy trabajando, suponen una pérdida temporal de unos 20 minutos.

Cuando trabajaba como ingeniero me gustaba el 'trabajo de campo' precisamente por la dispersión en la oficina. Recuerdo perfectamente que incluso había gente que venía a tu mesa... ¡a nada! A hablar, porque había terminado sus labores y se aburría.

Imagino que esa gente se muere de ganas por volver a esas charlas intrascendentes y agradables, pero si eso supone tener que trabajar dos horas más al día para compensar las distracciones: no, gracias. Me quedo en casa.

Ahora lo divertido: si separamos como si fuese una centrifugadora la población de una oficina y la ordenamos de los más habladores/interruptores_de_trabajo y los más taciturnos/necesito_concentrarme, y estos se quedan en casa el próximo año: ¿saldrá la misma cantidad de trabajo?

Para que os hagáis una idea de lo que suponen las distracciones de oficina: trabajo 32 horas semanales desde hace dos años, y nunca he ganado tanto dinero. Hablamos de un autónomo que cobra por artículo escrito, y no mucho. Vamos, el último de la cadena de producción.

No puedo evitar pensar en cómo quedarán dentro de un tiempo las oficinas, cuando aquellas personas que necesitamos silencio y que apenas interrumpimos a otros nos salgamos del todo o en parte del sistema físico. Evidentemente el "ruido por trabajador" aumentará.