Thread by @DaniNovarama

Cada vez que llega un día de estos simbólicos (8M, 1ero de Mayo, Orgullo) todo el mundo se llena la boca de palabras super solemnes, se pone camisetas, pines y demás memeces. Y... el día después? Ná de ná. Todo pose. Me da una rabia tremenda, les cuento por qué. Dentro hilo!

Saben que yo soy mucho de la mejora continua, de los pequeños cambios muy rápidos para ir acelerando, ya sea un producto, un servicio, o la vida. Y qué se creen, que en temas de feminismo no se podrían hacer lo mismo? Claro que se podría! Les pongo ejemplos:

Primera idea: las acciones, cuanto más tempranas, mejor. Los hábitos (y el machismo lo es) se adquieren pronto. Yo me he fijado en mis hijas, sus rutinas en el cole, y ya en preescolar hay cambios sencillos que se podrían hacer. Y como son tempranos, tendrían un impacto brutal.

Empecemos: hay que formar a los profes y padres para dejar de normalizar la agresividad. Seamos serios: yo tengo dos hijas. Y desde preescolar, ya lo veías: el clásico niño "pegón", y sus padres diciendo "son cosas de chiquillos" mientras el crío le mastica el bazo a un compañero

Ese niño pegón al que no se para los pies a los 3-4 años va desarrollando esa conducta. Y, en cambio, a esa edad se puede corregir fácilmente. Padres: NO, no dejen pasar la agresividad de su hijo como "es que es muy machote". Evidentemente su hijo no es un psicópata, pero si...

le enseñan a comer bien y a escribir, también hay que enseñarle autocontrol y no pegar. Seguimos. Llega primaria, y si son observadores verán un uso totalmente nocivo del espacio de ocio común. Vamos, el patio. Los niños *quieren* jugar a fútbol. Y claro, ocupan todo el espacio.

Resultado: las niñas, en una esquina, en los bancos, hablado. Es un patrón que he visto mil veces. Y de ahí nace el cliché del niño deportista y la niña sociable. NO tiene por qué ser así. Ahora mi hija mayor juega a fútbol. Cómo se ha conseguido? Con la clásica norma de:

"para jugar a fútbol, si queréis que os demos la pelota, por cada niño, una niña". Si no, no hay fútbol. Eso, combinado con "días sin pelota", y así romper el cliché absurdo que las niñas sólo quieren hablar y los niños sólo fútbol. Menuda memez. La cultura no "existe": se crea.

Sigamos, otra que además me pilla cerca: llegan los 10 años. Los niños, todos enganchaos como drogatas al Fortnite. Monotema de conversación. Y claro, ya tienes otra vez las niñas separadas. A ver, señores padres: son unos vagos. Dejen de usar los juegos como un parking de niños.

Los niños son tremendamente ansiosos y activos. Más que las niñas. Total, que lo enchufo al Fortnite, y hala, 2 horas de calma y silencio. Fatal. Mis hijas juegan al Mario Kart. Al Animal Crossing. Al Minecraft. Les he enseñado hasta el Battlefield. Y saben cuál es la diferencia?

Que juegan conmigo. Yo me he cascado 2 horas de Tony Hawk con ellas. Por favor: dejen de aparcar los niños delante del móvil o del Fortnite. Que todo el mundo dice que no lo hace, pero señores: me dedico a esto. A mí no me la cuelan. Aprendan a decir que NO, y jueguen con ellos.

Porque empezamos con el Fortnite, seguimos con el que los niños solo hablan del Fortnite. Y acabamos con que los niños se separan de las niñas porque las niñas no juegan al Fortnite. Y ya saben cómo termina la peli: con el "las niñas son tontas" y el "los niños son unos pesaos".

Historia verídica de Dani: estaba yo dando una de las mil charlas que he dado sobre niños y tecnología, en este caso en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Y yo repitiendo el mantra: "limiten el tiempo de uso de tecnología de los niños". Y el clásico padre que me suelta...

"pero no te entiendo: cómo hago para quitarle el iPad a mi hijo?". Y le digo: "diciéndole que NO". Y el tipo me contesta: "es que no puedo, se enfadará". Y yo, alucinando. Mi hija tiene una Switch. Lo primero que le dije es: cuando yo te diga, "a cenar", se apaga la Switch.

"El primer día que no la apagues en 10 sec., me la cargo de un martillazo, y ya sabes que papi nunca hace bromas". Resultado: lleva sus 200h al Animal Crossing, más feliz que una perdiz, en dosis de media horita un par o tres de días a la semana. No es tan difícil joder. Sigamos.

Llegan a la uni. Recuerden: hace 20 años que soy profe. Bien, las carreras técnicas siguen siendo desequilibradas. Señores del gobierno (fíjense, primera vez que pido que hagan algo): hagan una puñetera campaña de concienciación entre padres y hijos de las carreras técnicas...

... sobre todo centrada en las mujeres. Sabían que en los 60-70 la mayoría de informáticos eran mujeres? Pues ya lo saben. Necesitamos mujeres técnicas. Las quiero ver en el gobierno, en las series, en la tele. Bien, pregúntense hoy, quién gana más...

... pasta, si el chico deportista cachas de los 80 o el friki que estaba todo el día con ordenadores. Pues eso. Cuando yo me saqué la carrera (Informática, años 90) había un 3% de mujeres en mi curso de graduación. Un desastre.

Y, hecho esto, hablemos de todo lo demás: de igualar las bajas de maternidad y paternidad. De dejar de subvencionar instituciones que fomenten o sean segregadas (sí, Iglesia Católica, va por tí). De sistemas de inspección y denuncia de posibles desigualdades salariales. Claro!

Pero siempre he creído que los cambios empiezan desde abajo. Que es ahí donde, con acciones quirúrgicas, haces más palanca para cambiar el mundo. Cambien preescolar. Cambien la forma de pensar de los padres. Cambien los patios. Cambien el acceso a la uni.

O, si lo prefieren, seguimos todos haciendo discursitos épicos. Y medidas como ésta, que vi ayer. Si es que, Dani, eres gilipollas. Tanto pensar, cuando lo que hacían falta para arreglar el machismo eran silbatos de color lila. Piensas demasiado tío.

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