No es mi campo, pero algún día me gustaría TANTO hablar de aviones raros.
Este es el modelo de anfibio experimental soviético Bartini Beriev VVA-14. Una de las cosas más extrañas que han volado nunca. Un espécimen clarisimo de la Guerra Fría.
📷 Alex Beltyukov
El VVA-14 podía hacer despegue vertical, despegue y aterrizaje horizontal en tierra y agua y, además, volaba a 0.7 mach a apenas unos metros del mar. Su objetivo eran los submarinos de la US NAVY.
El último se decomisionó a finales de los 80 (en el 87 dice la wiki).
Muchos estáis citando a los ekranoplanos, que eran *incluso* más raros, porque técnicamente no eran aviones. Quicir, no volaban.
El VVA-14 sí volaba y, de hecho, podía volar gran altitud, como se ve en la foto.
Mi tío tenía una maqueta de un VVA-14 y me flipaba.
Años más tarde descubrí el Su-47 Berkut y me pareció y el avión más molón que jamás haya surcado los cielos.
Aparte del diseño, al loro a los colores.
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En Granada hay un viajero del tiempo, una cuadratura del círculo y un edificio renacentista italiano anterior a los mejores palacios del Renacimiento Italiano.
Parece un invasor pero es la obra que salvó a la Alhambra
Granada: el pueblo al pie de las montañas donde no vive nuestro amigo Marco porque no es un pueblo italiano, sino una ciudad con 200.000 habitantes y unos mil años de historia.
Granada existe desde antes de que existiese el monumento más famoso de Granada: las tapas.
Vale, okay, las tapas solo son el segundo monumento más famoso de Granada. El monumento más famoso de Granada es, obviamente, la fotaleza roja nazarí.
Una brevísima reflexión respecto a Lacaton y Vassal.
Espero de verdad que se quiera copiar lo que hacen y no que se copie su "éxito", porque eso nos llevaría a la glorificación del policarbonato y las cosas sin terminar como objetos estéticos instagrameables. Es justo al revés.
Que ya me veo a la peña poniendo galerías de policarbonato orientadas a oeste en Madrid porque está "de moda". Y una galería de policarbonato a oeste en Madrid convierte tu casa en un infierno.
Y también me veo a la peña dejando los clavos de obra por fuera ahí a tope de tétanos porque quedan guay en la foto del Instagram.
El 7 de noviembre de 1968, un sonriente Paulo Abreu Sodré, gobernador de São Paulo, cortó la cinta del nuevo Museo de Arte de la ciudad. El MASP.
Una monumental caja colgada de dos enormes pórticos de hormigón visto.
Era un edificio único en el mundo.
Junto a Sodré se encontraban los prebostes de la ciudad de Sao Paulo, así como unas cuántos próceres locales.
Allí también estaba una mujer de 54 años aún más sonriente que todos los demás: Lina Bo Bardi, la arquitecta del MASP.