La rutina muchas veces es vista como señal de que no estás disfrutando o no estás haciendo nada por tu vida cuando hacer lo mismo una y otra vez es lo que literalmente te lleva a ser experta en algo.
No tienes que “reinventarte” cada 6 meses.
Tu vida no sólo cobra valor cuando “sales de tu zona de confort” y está llena de adrenalina, espontaneidad y riesgo.
No todo tienen que ser emociones a flor de piel, “ambición” y cambio constante.
Me da risa como han demonizado el concepto de “trabajar de 9 a 5”, como algo aburrido, como ser una oveja del sistema y que ahí no puede posiblemente estar el progreso.
Broder DONDE ESTÁ ESE TRABAJO DE 9 A 5 DÁMELO A MI prefiero esa estabilidad a la mentalidad de tiburón barata.
La concepción del éxito es extremadamente subjetiva. Que no te vendan un sueño que no es el tuyo.
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No es realista pensar que todos los miedos que nacieron a partir de relaciones previas van a desaparecer, automáticamente y sin esfuerzo, por el mero hecho de entrar a una relación sana.
La relación sana no te sucede, se hace.
Muchas veces veo que hay gente que evita involucrarse en relaciones por el simple hecho de que no han sanado heridas anteriores.
Es válido, pero creo que también es cierto que involucrarse con alguien puede ser a veces la oportunidad perfecta precisamente para aprender a sanar.
Hay heridas de relaciones que pueden venir de o ser influídas por problemas más “individuales” (autoestima, por ejemplo) pero ¿cómo vamos a aprender a relacionarnos mejor con otras personas si estamos evitando relacionarnos con otras personas?
Veo que en el sexo hombre-mujer se define muchas veces al hombre “bueno en la cama” como el que hace que la mujer tenga uno o varios orgasmos antes de que él eyacule, en contraposición con el típico que sólo le importa su propio placer y orgasmo.
Veo varios problemas con esto:
1. Se delega la mayoría de la responsabilidad del “éxito” del encuentro al hombre.
2. Creer que si no hay orgasmo, no hay placer. Creer que entre más orgasmos, más placer. El orgasmo de ella es como una “cuota”, una manifestación de la “habilidad propia”, como algo que “le das”.
3. Pone mucha presión en la mujer de tener uno (o muchos) orgasmos, cuando esa presión es contraproducente.
4. Da un esquema muy rígido de “primero ella, luego yo”, concentrarse en “dar” orgasmos mientras empleas estrategias para retrasar el propio.
Al contrario de lo que comúnmente se piensa, la fuerza de voluntad y la motivación no se “tienen”, sino que se aprenden.
Por eso, para adquirir disciplina, es crucial saber modificar nuestro entorno.
Les quiero compartir algunos “tips” para hacerlo.
✨abro hilo✨
Empecemos por la justificación teórica: no “creamos” conducta “de la nada”.
Desde la oscuridad de los tiempos, los humanos siempre nos hemos preguntado por el origen de la conducta y a esta la hemos situado [erróneamente] dentro de nosotros: el cerebro, la mente, el alma, etc.
La conducta (pensamientos, acciones, emociones) no se sitúa en ningún lado sino que es, más bien, la relación entre organismo y ambiente.
(Si, repetiré esto hasta el fin de los tiempos).
Por lo que, para “tener” disciplina, nos debemos enfocar justo en esa relación.