Thread by @frantoniomaria

SEMANA SANTA CON EL HERMANO RAFAEL (este es para mañana, día de gran silencio)

"Dios mío…, enséñame a amar tu Cruz. Enséñame a amar la absoluta soledad de todo y de todos. Comprendo Señor, que es así como me quieres, que es así de la única manera que puedes doblegar a Ti este

corazón tan lleno de mundo y tan ocupado en sus vanidades.

Asi en la soledad en que me pones, me enseñarás la vanidad de todo, me hablarás Tú solo al corazón y mi alma se regocijará en Ti. Pero sufro mucho, Señor…, cuando la tentación aprieta y Tú te escondes…

cómo pesan mis angustias!... Silencio pides y silencio te ofrezco. ¿qué queréis de mí? ¡¡Amor!! Ah. Señor! Eso quisiera poseer a raudales, quisiera amarte como nadie…bendito Jesús, cuanto más sufra más te amaré… más feliz seré cuanto mayor sea mi dolor. Mayor será mi consuelo,

tanto más carezca de él. Cuanto más solo esté, mayor será tu ayuda…
Es tan doloroso querer amarte y no poder! Ampárame, Virgen María…sé mi luz en las tinieblas que me rodean. Guíame en este camino en que ando solo y a tientas, guiado solamente por mi deseo de amar a tu Hijo.

Soledad y silencio son dos temas clave del sábado santo. Maria está sola y la Iglesia calla. El dolor se agudiza en la soledad, parece como que saca su verdadero y siniestro rostro. Muchos son los momentos en que nos podemos encontrar en desolación a lo largo de la vida.

Momentos en que parece que todo se acaba, la familia, el trabajo, el amor, la salud, la vocación…incluso hay momentos en que es verdad que se acaba. Es el momento del morir de verdad. Aquí el hombre, creo, tiene dos caminos. O bien se endurece llevado d la mano de la desilusión,

del tedio por el fracaso, de la decepción… o bien se abre a Dios y a su voluntad. Esta es la diferencia entre la forma responder según Dios o según las tripas como me decía el padre Isaac. Es verdad que la vida te puede endurecer, y de hecho lo hace. Silencio es 👇

el habitáculo del amor, allí crece y se desarrolla alcanzando cotas insospechadas. El Sábado Santo es el día de amar a Cristo que muerto y enterrado ha bajado a lo más profundo de la tierra.
La victoria no es de mal, del malvado, del fracaso y el dolor.

La muerte no es el final, cantábamos en la mili. Cristo va a vencer por nosotros, hay una oportunidad, una razón para vivir, para desear la felicidad, para la esperanza. A veces en la oración creemos que cuanto más sentimos mejor ha sido ésta. Esto es algo erróneo, incluso👇

a veces viene del enemigo. No, contra menos sienta uno la Presencia, el amor, los afectos y consuelos, más verdadera es nuestra oración y más realmente esta Cristo allí presente. Pues ¿cómo podemos conocer que Dios está en ese momento de oración con nosotros? ¿Acaso podemos decir

que lo conocemos para reconocerlo? es más, ¿acaso todas esas cosas no son muestra de que nuestra oración no es más que búsqueda de consuelo? Cuando Jesús se da cuenta de eso, zas, desaparece. No podemos estar con los ojos cerrados y la mente buscando a ver si siento algo que👇

me indique que Jesús está ahí conmigo. Eso no es oración, es más, eso no es amor. Y como decía santa Teresa: "oración es estar a solas con Aquel a quien sabemos nos ama"

Despojémonos de estereotipos orientales y de la necesidad de afecto y de consuelo y en silencio adoremos a Dios, que está ahí, en lo escondido, en la brisa que no es perceptible, y amémosle.
Acompañemos a María.