Primer requisito para dejar de votar con las nalgas cuando elegimos al congreso: olvídense de los colores.
Los colores en la labor legislativa son como la cuchara en casa del oráculo: se tuercen, se doblan y se trasvisten con gran facilidad PORQUE NO EXISTEN.
Los colores en la labor legislativa son como la cuchara en casa del oráculo: se tuercen, se doblan y se trasvisten con gran facilidad PORQUE NO EXISTEN.
Ayer en @PoliticaNACOnal , @Oscar_Chavira me preguntaba en qué se basa el éxito de #Querétaro y su capacidad de elegir bien a sus gobiernos.
Una de las claves está en que votamos a favor de proyectos y personas, no de partidos o colores.
Una de las claves está en que votamos a favor de proyectos y personas, no de partidos o colores.
Ese enfoque, curiosamente, nos vacuna en #Querétaro contra CUALQUIER proyecto nocivo, cancelando los membretes y colores aborrecibles mucho antes de que lleguen a la boleta: #morena aquí es nada, y después de Junio será aún menos.
Durante la campaña, acá se van a ver más ejemplos de cómo los colores son secundarios, de cómo no nos estorban para armar proyectos chingones, y de cómo el membrete más nocivo ni siquiera entra en la ecuación.
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