Thread by @DaniNovarama

Llevo un tiempo bastante desconectado de todo lo que es política, tanto nacional como catalana. No por nada, ando liado y el tema me agota un poco. Pero claro, ante el revuelo a cuenta de los indultos, quería dar una opinión. Dentro hilo.

Y me encantaría que leyesen este hilo desde el sosiego, tanto los catalanes como los del resto de España. Porque quizás chillando menos y hablando más se entenderían mejor las cosas. Si algo sobra en este país es sobreactuación y cinismo mediático para vender clicks.

Como bien saben, yo soy catalán. Estuve en los hechos de la Consellería de Economía, cuando se produjo la famosa „sedición“. Estuve el 1 de Octubre cuando el referéndum. Viví los barcos llenos de antidisturbios, las cargas y todo lo demás.

Con lo cual, tengo una opinión clara y directa de qué sucedió esos días. No me hace falta que me lo cuente ningún periodista o político: yo estuve allí, todo. Sé lo que vi, lo que pasó, lo que no pasó. Como millones de catalanes. Y precisamente ahí nace el problema.

El problema es que, de una misma realidad, existen dos interpretaciones distintas. Y no voy a entrar en el juego de cuál es correcta: como verán, creo que es perder el tiempo. El hecho es que, del Ebro para allá, si usted pregunta: hubo una sedición en Catalunya?

La respuesta será „sí“. Y si acto seguido pregunta: „cree usted por tanto que se han de quedar en la cárcel?“ le dirán „claro que sí“. Lógico: si ellos creen que esto fue un golpe de estado, es normal quieran a Junqueras y compañía entre rejas. Nada raro en ello.

El problema es que, si usted viene aquí, y hace la misma encuesta, la inmensísima mayoría le dirán: „no, aquello fue una mani cívica, con los desórdenes habituales en los finales de este tipo de manis, y se inventó un delito para pararles los pies“. Y esos catalanes le dirán:

„es una salvajada que esta gente esté en la cárcel“. Y insisto: no entro al debate de quién tiene razón, expongo lo que hay: una realidad (sea cual sea) con dos interpretaciones diametralmente opuestas. Y NO, por más que pasen los años, no van a convencer a esos...

... catalanes de que aquello fue una sedición. Y nunca lo conseguirán por una cuestión de psicología básica: es muy dificil imponer *desde fuera* una interpretación de la realidad a gente que las vivió en *primera mano*. Es decir, es difícil que un señor de Madrid...

... convenza a esos catalanes, porque él no estaba aquí, pero los catalanes sí. Y por tanto lo lógico es que esos catalanes vean esas opiniones vertidas desde Madrid como las de una metrópolis distante que impone un criterio erróneo de forma colonialista.

En este sentido, es clamoroso el silencio de catalanes no indepes acerca del tema del indulto. Gente como Iceta y compañía, que vieron lo mismo que vimos todos, a los que nadie puede acusar de ser indepes, pero que deberían decir alto y claro: esta sentencia es injusta.

Alguno me dirá „pero la realidad es la que establece el juez“, lo cual es ingenuo. Que un juez aplique la ley no implica que la población acepte sus sentencias como justas. Porque esa población puede entender que la ley es injusta, ergo la sentencia también.

Y no me vengan con el „pues que los catalanes reformen la ley“: ya hemos hablado mil veces de cómo una mayoría (España) puede suprimir las reformas que una minoría (Catalunya) proponga usando su poder: parece democracia, pero de facto es tiranía.

Este último argumento, tan útil en Madrid, es tan de sobras falaz que hasta tiene artículo en la wikipedia: (es.wikipedia.org/wiki/Tiran%C3%…). No, la mayoría de catalanes no creen que se pueda reformar estructuralmente España.

Y una vez más, esto va de tendencias y de su evolución. Porque no se engañen: nadie en Catalunya piensa en esto en términos de este año o el año que viene: aquí todo se mira en clave de movimientos generacionales. Y la tendencia es que el voto indepe sube.

Fíjense: Catalunya tiene hoy un presidente de ERC. Sí, el partido de Companys, fusilado por Franco en 1940. Les recuerdo que la R de ERC es de „republicana“. Esta gente no gobernaban desde entonces. Esta gente no eran nadie en los 80 y 90. Del mismo modo...

...la tendencia es que, del otro lado del Ebro, van ganando terreno los radicales. Ya sea bajo la guisa de Vox, o bajo ese evidente reducto de judicatura tradicionalista, o bajo la aún más evidente escuadra mediática centralista, España pide mano dura en Catalunya.

E insisto: ahora ustedes se esperan que yo me envuelva en la bandera catalana y les diga que si yo opino ésto o esto otro: no lo voy a hacer, es irrelevante y además evidente qué opino. Sólo quiero hacerles pensar sobre los colectivos convergentes, o divergentes.

En general, para vivir juntos, es importante buscar terrenos comunes. En eso se basa la idea de patria o, en diferente, un matrimonio. Por eso las parejas que funcionan se van mimetizando con los años: van encontrando esos espacios comunes que les unen.

Mi mujer y yo nos parecemos como un huevo y una castaña. Pero llevamos 28 años juntos. Poco a poco, hemos ido convergiendo a un espacio común que nos funciona. Igual que lo hicieron las dos Alemanias. O los Beatles: todos los colectivos funcionan igual.

Hay que vigilar cuando un colectivo (país, matrimonio, grupo de música, lo que sea) tiene una tendencia divergente. Porque el tonto se obsesionará en imponer su forma de ver las cosas. El listo verá que eso no importa. Lo que importa es no diverger.

Porque, si no, es cuestión de tiempo que el país, el matrimonio o lo que sea, se rompa. Y cuando eso suceda, el tonto dirá „no sé por qué ha pasado“. Y no habrá una respuesta simple: la respuesta serán años y años de pequeñas divergencias acumuladas.

Conocen divorciados? Seguro que lo han visto: él dice que ella es imbécil. Y ella dice que él es gilipollas. Pero los dos la cagan: deberían haber visto las pequeñas acciones que les iban separando. Porque, cuando todo se rompe, echarse las culpas es lo único que queda.

El independentismo catalán, en los 90, no llegaba al 15%. Nadie pedía la independencia: se pedía cambiar España. Hablar de un estado plurinacional. Reformar el senado. Converger hacia una nueva idea de qué es España. Y salió el PP contra el Estatut y hinchó el independentismo.

Hoy, el voto indepe es mayoritario. Y el PP aplica un nacionalismo madrileño que es exactamente aquello que Catalunya denunciaba en los 80. Y ese mismo PP quiere manifestarse contra el indulto. Eso sí, la culpa es de los catalanes, por querer irse.

El asunto del indulto demuestra, en mi opinión, que el relato de España está dominado por gente que, bajo una apariencia de patriotismo, son sus peores enemigos. Porque defendiendo una visión inmovilista del país, contribuyen a la divergencia.

Y en unos años, el independentismo habrá seguido subiendo por agotamiento del modelo, y la divergencia será irreversible. Por contra, lo astuto sería reunir un grupo de gente centrada, y buscar cuál es esa realidad convergente hacia la cual se puede avanzar.

Y estoy seguro que existe. Igual que estoy seguro que no es la imagen de España que vende el señor Abascal, o buena parte de la prensa. Si España quiere subsistir, tiene que encontrar un relato integrador viable para sus pueblos, no uno que sólo satisface a parte.

Por eso no me preocupa lo que diga Abascal o Casado: eso era previsible. Me preocupa el silencio de toda esa otra España que seguramente piensa: „la sentencia es injusta“. Porque, callando, están tirando la toalla y están regalando el relato de qué es España a los radicales.

Poco a poco, Catalunya y España van avanzando en senderos divergentes. Tenemos una oportunidad de oro de dar un paso en la dirección correcta, o cagarla aún más. Sería bueno que la gente que piensa que debemos converger no se quede callada.

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