Thread by @jmlopezzafra

Estos días se ha hablado mucho de la competencia fiscal entre regiones, da igual que sea dentro de un mismo país o entre distintos. Voy a tratar de explicar por qué es buena y necesaria. Hilo largo, aviso.

Cada región (o país) tiene sus necesidades y su forma de evaluarlas. Además de esta obviedad (Madrid tiene Metro, Soria pinares), también tiene su forma de conseguir la financiación para mantenerlas.

Y aquí entran, obviamente, la política económica y la política fiscal que necesariamente acompaña a la anterior. Eso que se simplifica en “la ideología”, pero que realmente es lo que impulsa la evolución social.

Puedes partir de la base de que un ente superior conoce mejor que nadie las necesidades de la sociedad. Partes de que esa sociedad es un ente global, sin fisuras, y que responderá uniformemente al reparto de fondos.

En el fondo, subyacen 2 cosas:
*la creencia de que el grupo dominante es mejor, sabe más de las necesidades de todos que cada elemento que integra ese todo, y
*la desconfianza en que el individuo haga las cosas “bien”.

De esa forma, sumamos la soberbia a la desconfianza y tenemos la perspectiva socialista de la economía: nosotros sabemos lo que necesitas y te lo vamos a dar. De ahí mi famoso “me lo debéis todo.”

Luego está la perspectiva individualista. La que cree, por encima de todo, en la capacidad del individuo de asignar eficazmente los recursos que genera. Y, mediante la agregación de esas micro-asignaciones, conformar una sociedad mejor.

Evidentemente, para que esto funcione es necesario garantizar una serie de cosas: una buena formación, para que todos puedan partir de una línea de salida similar; una buena salud, para que no haya diferencias derivadas de lo que el dinero puede comprar;

un marco jurídico que respete al individuo y su propiedad;
una fuerzas de seguridad que garanticen el respeto al marco jurídico.

El mercado es una consecuencia natural de la situación anterior. Si impones restricciones a la libertad de intercambio, el mercado no funciona. Si impones decisiones políticas para “orientarlo”, el mercado no funciona. El caso de los derechos de emisión es sintomático.

Este preámbulo es necesario para entender la existencia de la competencia. Todos intercambiamos constantemente bienes y servicios, y lo hacemos en virtud del valor añadido que creemos percibir o que generamos.

Y en ese marco surge la forma en la que las instituciones de las que nos hemos dotado interfieren en el intercambio. Para quienes desconfían en la capacidad del individuo de actuar correctamente, el estado debe intervenir/interferir constantemente.

Para los que creemos que el individuo aprende y actúa, el estado debe intervenir/interferir lo menos posible.

Si el individuo fuese tan torpe como sus (teóricos) defensores piensan, el mercado negro no existiría, porque los individuos no serían capaces de detectar esas necesidades que el estado cubre mediante transferencias/subvenciones.

No hay necesidad que el mercado no cubra. Siempre habrá alguien que detecte esas necesidades, o incluso que las cree de la nada (¿realmente existía una necesidad del iPhone cuando Jobs lo inventó?)

Y así llegamos, por fin, a la competencia fiscal. Todas las regiones/países tienen capacidad para definir sus impuestos.

Los que parten de la incapacidad del individuo para conocer sus necesidades tratarán de extraer la mayor renta posible del tejido productivo para reasignarlo como creen que deben hacerlo.

Las que creen en la soberanía del individuo, en su capacidad de elegir correctamente (muchas veces equivocándose, claro, y aprendiendo por tanto del error), tratarán de extraer la mínima renta posible para proveer las necesidades que garantizan esa base común de partida.

Si el marco jurídico es claro, común y transparente, todas las regiones/países escogerán cómo quieren prosperar.

Pueden competir a partir de un conjunto de normas que asfixian al empresario y al individuo, eliminando los estímulos para el crecimiento, o de otro que permita el desarrollo de cada uno según sus capacidades.

Irlanda tenía la misma renta per capita que España en 1980, unos 6200$. Hoy tiene 84.000$ frente a nuestros 27.000$. ¿Cómo se explica que uno de los países más pobres de Europea sea hoy uno el 4º más rico, sin recursos naturales (Noruega) ni ser un centro financiero (Lux, Suiza)?

En 1988 Irlanda empezó a reducir el tipo del IS, que en ese momento era del 50 %, pasando al 40 % en 1991, 20 % en 2001 y 12,5 % en 2003. El impacto en las cuentas públicas fue brutal, al ser un atractivo inmediato para todas las empresas tecnológicas, biotecnológicas y farmas.

Cuando Irlanda comenzó su agresiva política de competencia fiscal, la tasa de paro rondaba el 15.5%. Hoy (07/21) está en el 6.5%, subiendo desde del 5% antes de la pandemia. No voy a comparar con España porque duele.

“Tax competitiveness has taken our country out of poverty. It has been a successful policy. On the cranky left that is very annoying, I can see that. But tax competitiveness is why Ireland has stayed afloat.” Bono, U2

Una crítica habitual es que es imposible competir, porque el límite es 0. Recuerden la competencia entre VHS, 2000 y Betamax en el campo del vídeo. ¿Desaparecieron Sony, promotor del Beta, o Philips, del 2000? No, se reinventaron. Pq la capacidad del individuo le hace superarse.

Esperen competencia fiscal de Madrid. Es la clave dl progreso, dl empleo y d la riqueza. Y si las regiones compiten, los individuos saldremos ganando. La historia dl capitalismo y d la competencia es la historia dl progreso. La historia dl socialismo es la dl fracaso. Escojan. ❌