Hoy volví al centro comercial que visité un par de meses durante los momentos de mayor restricción en la pandemia: el flujo de visitantes es prácticamente normal, pero hay algo que se torció y creo que ya no se compondrá...
Ya no caminé solo por el estacionamiento vacío, ni vi a lo muy lejos alguna persona avanzando en forma casi furtiva... pero la compañía, el sonido, incluso la luz parecen ser otros a los que fueron antes de la pandemia; antes del miedo.
Las mercancías alusivas a la Navidad en el primer fin de semana de septiembre.
Las ofertas personales de vendedores a los que les urge cerrar un trato, pero los nuevos ritos obligan a hablarte a gritos a cinco pasos.
Los tapetes sanitizantes.
Todo tiene un aire paródico.
Las ofertas personales de vendedores a los que les urge cerrar un trato, pero los nuevos ritos obligan a hablarte a gritos a cinco pasos.
Los tapetes sanitizantes.
Todo tiene un aire paródico.
Hay un tono crepuscular en todo ello. Un aire de fin de fiesta. La voz del cliente que se aferra a la barra, pidiendo la última ronda antes de cerrar.
No se, pero creo que no habrá restauración o regreso. Habrá algo quizá mejor, pero sin duda diferente.
A ver...
No se, pero creo que no habrá restauración o regreso. Habrá algo quizá mejor, pero sin duda diferente.
A ver...
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