En un inicio, la instauración de un hábito está directamente relacionado con el contexto que permite crear el hábito. Ejemplos:
1) Hacer ayuno intermitente (p.e. no desayunar) lo favorecerá que el desayuno de tus hijos lo haga otra persona, que puedas salir de casa poco tiempo después de despertarte, que dispongas de tiempo para cocinar al mediodía (o que alguien lo haga por ti), etc.
2) Quieres acostarte pronto lo favorecerá tener un horario laboral que te permita llegar tranquilamente al final del día o ganar el dinero que te permita dejar este trabajo, que alguien vaya acostar a tus padres enfermos, o que vaya tu pareja a la reunión del colegio, etc.
3) Ir al gimnasio cada día lo favorecerá tener una pareja que le gusta el gimnasio, tener el contexto socioeconómico para poder disponer de tiempo para ir a entrenar a horas normales, etc.
Dicho esto: una vez el hábito está instaurado es mucho más fácil mantenerlo en situaciones defavorables. Pero si tienes dificultates para establecer un hábito en tu vida, es probable que tenga más relación con el contexto que con la fuerza de voluntad.
Y es necesario recordar algo: si alguien hace mucho de algo, hace poco de otras cosas.
Que el tiempo, el dinero, la situación laboral y la situación familiar sean favorables al hábitos que quieres instaurar va a ser determintente. O trabajas para modificar el contexto, o adaptas las expectativas de tus hábitos, o un poco de cada cosa.
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