𝗗𝗲 𝗰ó𝗺𝗼 𝗺𝗲 𝗵𝗶𝗰𝗲 𝗮𝘁𝗲𝗼 𝗽𝗿𝗲𝗰𝗼𝘇
La experiencia de acompañar a mi abuela a la iglesia era encantadora. Sus pláticas con Dios eran mucho más largas que las mías, que se reducían a un Padrenuestro. Para ahorrarme la aburrición, me permitía llevar unas historietas.
La verdad es que no me aburría para nada. Podía pasar horas fascinado frente a las escenas de las ánimas achicharradas en el Infierno, San Andrés en su cruz en forma de equis, San Pedro, crucificado patas arriba…
… o Dionisio de París (nada que ver con Dionisio Aeropagita), a quien se le representa sosteniendo su propia cabeza entre las manos mientras unos chorritos de sangre muy roja se proyectan al cielo desde su cuello seccionado.
Aunque, a decir verdad, lo más estimulante de los templos era la fantasía erótica de levantarle el vestido a las imágenes de las santas para espiarles la entrepierna. Y digo fantasía, porque la estatura infantil no me daba para llegar hasta los altares en donde se encontraban.
Aun parado de puntillas, mis dedos se quedaban a pocos centímetros de aquellas telas preciosas que vestían a las damas de mis deseos.
En suma: no fueron las mujeres con poca ropa que decoraban los talleres mecánicos las que me provocaron erecciones infantiles sino Santa Teresa, Santa Cecilia, la Virgen María y, desde luego, Magdalena, la más cachonda de todas.
Todo se resolvió de manera tan natural como inesperada: crecí. Un día me estiré hasta el límite de lo posible, logré pellizcar con el índice y el pulgar el borde del vestido de una de esas imágenes y separarlo lo suficiente para atisbar lo que ocultaba: una armazón de palos.
El desencanto fue tan brutal que dejé de creer de golpe en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Virgen María, en las santas, los santos, los ángeles, los tronos, los querubines, el Paraíso y el Infierno, y ya fue que me quedé ateo.
F I N
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• En Francia, Venezuela, Italia, Cuba, Estados Unidos y muchos otros países las autoridades encarcelan a quienes realizan manifestaciones violentas.
• Los gobiernos de Colombia, Chile y Nicaragua encarcelan y balacean a quienes llevan a cabo protestas pacíficas.
• En España 14 políticos catalanes fueron detenidos en 2017 por organizar un referéndum democrático. Nueve de ellos estuvieron tres años y medio en prisión. Otros debieron partir al exilio.
En democracias representativas como Gran Bretaña y España, el jefe de Estado no es electo por el pueblo: el cargo es hereditario.
Al igual que en esos países, en Alemania y otras repúblicas parlamentarias el jefe de gobierno sí es electo, pero no de manera directa: los electores votan por representantes y son éstos los que eligen al jefe de gobierno.
Lo mismo pasa en Cuba: los ciudadanos eligen cada 5 años a los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de 605 diputados. La constitución señala que es “el órgano supremo del poder del Estado” y representa “a todo el pueblo y expresa su voluntad soberana”.
Aunque la historia oficial se haya quedado sólo con los nombres de Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario, en la revolución de Independencia participaron incontables mujeres en las más diversas tareas:
como correos de los insurgentes, recaudadoras de fondos para la adquisición de armas y vituallas, agitadoras, propagandistas y periodistas, fabricantes de armamento, espías infiltradas, enfermeras, conspiradoras y también, desde luego, como combatientes activas.
Combatientes fueron, entre muchas otras, María Ubalda Sánchez, Manuela Medina, “La Capitana”, Altagracia Mercado, María Josefa Martínez y las hermanas Trinidad y Ana María Ortega. Desde luego, es seguro que hubo bajas femeninas entre las filas insurgentes.
Hace muchos años, cuando Internet era joven, encontré una página en la que se reunían una secta de trepanados.
No es metáfora: esas personas estaban firmemente convencidas de que una pequeña perforación en la bóveda craneana permitía reducir la presión en el cerebro y, con ello, pensar con mayor lucidez y conciencia del entorno.
Invocaban, claro, los ejemplos de los egipcios, los mayas y los paracas, cuyas osamentas exhibían las huellas inequívocas de esas prácticas, las cuales explicarían la supraconciencia universal y atemporal que lograron sus sacerdotes.
¿De dónde viene la fobia a las vacunas?
Les dejo un texto mío al respecto y alguna información adicional sobre este fenómeno que parece surgir casi al mismo tiempo que las propias vacunas: navegaciones.blogspot.com/2014/02/la-vac…
"Europa, una de las regiones del mundo con mayor educación y acceso a la sanidad, es paradójicamente donde más recelo suscita uno de los pilares fundamentales para mantener la salud de la población: la vacunación." lavanguardia.com/ciencia/cuerpo…
"Con solo mostrar evidencia científica favorable a la aplicación de vacunas no se logrará cambiar las actitudes de las personas que desconfían de ellas, pues sus motivaciones para negar el consenso científico sobre la vacunación son más profundas".
Desde antes, Ruy y yo nos habíamos hecho la promesa de ir a Chile a combatir si el gobierno de Allende era atacado. Así que aquel día 11, cuando me enteré de lo que estaba pasando en Santiago, le marqué para ponernos de acuerdo.
Una vez que colgamos, nuestras respectivas mamás, que habían escuchado la conversación, complotaron entre ellas y luego, por separado, nos hicieron ver que no había manera de llegar a Chile sin atravesar un continente infestado de dictaduras militares.
Nos dijeron también que éramos menores de edad y que de ninguna manera nos iban a autorizar los pasaportes, que éramos un par de idiotas y que si insistíamos en el viaje, a ver de dónde sacábamos dinero, porque ellas no nos iban a dar un centavo.