Tengo una clienta que admiro mucho, hemos trabajado juntos desde hace muchos años. Y tiene una (para mí) asombrosa peculiaridad: casi siempre que me pide un proyecto, en sus requerimientos y comentarios, me incluye una o dos canciones...
La primera vez que hizo ésto, sentí pánico. Me dijo: arquitecto, necesito que escuches ésto, y esa misma sensación que te habrá de provocar la música, es la misma sensación que quisiera experimentar yo, al estar ahí, en esa cabaña...
Incluyó en un sobre grande: documentos, una lista de necesidades, 4 cartas personales de sus hijos, una de su esposo fallecido, fotos de su familia, y fotografías de ejemplos de diseño. Por último, un disco compacto con el track específico marcado e indeleble en la carcasa.
Obviamente tuvimos varias reuniones y pláticas previas y posteriores, mucho café y galletitas de avena, pero la música siempre fue (y es hasta el día de hoy), parte fundamental y columna vertebral de sus proyectos.
"Quiero sentir lo que le estoy pidiendo, arquitecto.
Es un reto que reblandece siempre mi experiencia y confianza como profesional, como ser humano: "diseñame y constrúyeme algo, que me haga sentir ésto."
No solo que sea seguro, no solo que tenga 4 recámaras y un estudio de 6 x 6 con vista a la montaña. Sino que me haga sentir.
Y hasta hoy, lo he logrado. Sinceramente no estoy seguro si estoy haciendo trampa, porque la mayoría de esas canciones resultan ser parte del soundtrack de alguna película, así que también veo la película completa, y hablo mucho con algunos de sus familiares y amistades.
Es un entender y zambullirme a lo más profundo posible de sus "sentimientos y sensaciones" para lograr materializar en un espacio físico y tangible, lo que ella siente y vive, recuerda y sueña al momento de escuchar esa, su canción ancla.
Y debo de sincronizarlo todo.
He estado a punto de rendirme, he estado a punto de decirle: verás, tal vez solo he tenido suerte porque, la verdad es que no puedo leer tu mente ni escuchar tu corazón. Pero también creo que pueda estar yo equivocado, y en realidad sí lo esté logrando de alguna extraña manera.
La semana pasada acaba de pedirme un proyecto más, con track incluido (que no es el que aquí les comparto). Deséenme suerte.
Con lo de la torre de control inclinada en Santa Lucía, aprendí que las personas de 4ta, son capaces de mentir inmediatamente, incluso si dices que el polvo de la obra en el aeropuerto ensucia la ropa, aunque sea verdad, aunque no tenga nada de malo, aunque todo el polvo ensucie.
El General Vallejo es capaz de salir a decir que miento, que su ropa no se ha ensuciado un solo milímetro, que quien guste, puede ir a subírsele encima para verificar que todo está perfecto.
Qué estupidez.
Los medios, o más específicamente los presentadores de noticias fans, saldrán a decir que ellos mismos han estado ahí, que han grabado con sus cámaras y drones, y que aún así, no han visto lodo en sus pantalones y camisas.
Quienes sigan usando fotos y/o videos para desestimar o seguir hablando de la verticalidad de la torre, están hablando de un meme, de un chisme, o de cualquier cosa que distraiga de lo verdaderamente importante y real:
HAY UN ERROR DE 18 CMS EN LA VERTICALIDAD DE LA TORRE.
Basar el discurso, en un falso dilema (una simple imagen), los expone como pendejos, o como quienes sabiendo del error, intentan desviar la atención.
Los 18 CMS derivan de estudios con una ESTACIÓN TOTAL de precisión y equipada con rayo laser, no de fotos o videos.
Lo dije desde el principio, lo he repetido chingos de veces, y hay quienes siguen montados en una imagen para aprobar o desaprobar la información compartida.
El error no vino de ver fotos, sino de datos de la estación total usada en sitio.