Thread by @IrvingGatell

1. Me llamó la atención algo que señaló @jshm00 en su artículo sobre la paranoia de López: que en su calidad de político paranoico, no entiende su rol como administrador de la vida pública, sino como el héroe de una epopeya.
Muy acertado. Te explico un par de cosas.

2. La visión del héroe está íntimamente arraigada al pensamiento mágico propio de la mitología. El héroe es el elegido por los dioses o por el destino para devolverle el orden al mundo. Es quien debe derrotar al caos o a las fuerzas del caos.
Es una idea profundamente irreal.

3. El puro concepto de que el mundo está inmerso en una lucha entre el orden y el caos ya es, por sí mismo, una visión fragmentada e incompleta de la realidad. Es fruto de la ignorancia implícita, obligadamente, en el pensamiento mágico.

4. Cuando tienes una percepción unificada de la realidad (ah, ese formidable monismo de Baruj Spinoza), no existe el caos, ni su lucha contra el orden. Existen cosas que desconoces, o cosas que funcionan mal. Pero tienen una explicación. Y una solución.

5. Si no las conoces, las estudias; si funcionan mal, las arreglas. Ese es el hermoso privilegio del razonamiento científico que, como bien señaló Carl Sagan, no radica en el cuerpo de datos, sino en el modo en que analizamos esos datos.

6. La democracia es resultado del mismo proceso de evolución social e intelectual que nos permitió alcanzar el razonamiento científico. Por eso, la democracia no se asume como una lucha entre el orden y el caos. Eso es territorio del mito.

7. La democracia es un profundo ejercicio de conocernos y corregirnos. Y su primer resultado es que está en contra del poder absoluto, porque el poder absoluto también es producto de nuestra condición primitiva, brutal, arcaica, neolítica.

8. El poder absoluto, por lo mismo, está vinculado a los héroes y a los mitos. Por eso todos los mitos neolíticos explicaban, entre otras cositas, por qué el poder lo tenían quienes lo tenían, y por qué además tenían derecho de ejercerlo de manera absoluta, sin contrapesos.

9. Un personaje tan rudimentario como López -neolítico- vive aferrado a ese paradigma. Es su anhelo, su más profundo deseo: el poder absoluto. Por eso sólo puede verse a sí mismo como un héroe, y por eso el poder sólo tiene sentido si es absoluto.

10. Es la misma experiencia en Cuba o Venezuela, Bolivia o el Perú de Pedro Castillo. Más que unirse por el marxismo o el Foro de Sao Paulo, en el fondo está esa visión incompleta, fragmentada de la realidad, traducida al idiotérrimo delirio de grandeza.

11. Para López y sus similares, todo es una lucha entre el orden y el caos. Oigan sus mañaneras: sus desplantes contra los conservadores, los fifís, la UNAM, lo que sea, sólo es su esfuerzo por convencernos de que la lucha primordial orden vs. caos sí existe.

12. Eso es lo que, para el mexicano ignorante, resulta atractivo de su discurso contra lo "neoliberal", que no es otra cosa sino el caos en el que proyectamos todos nuestros miedos surgidos de nuestra propia ignorancia.

13. El caos no existe, salvo en el discurso del líder y caudillo que aspira al poder absoluto, y que por lo mismo quiere, necesita vendernos su imagen de héroe. La parte trágica que los mitos no nos dicen explícitamente, es que los héroes sólo pueden ser paranoicos.

14. El verdadero político, estadista, bien conectado con la realidad, sabe que lucha contra cosas que no conocemos -y se pueden conocer-, o no funciona -y se pueden corregir-. Silva-Herzog Márquez lo define muy bien como un administrador, la antítesis del héroe.

15. Los estados modernos -coño, ya no estamos en el neolítico- necesitan políticos eficientes, no héroes, porque esto no es una lucha contra el caos, sino con nuestras digresiones como sociedad.
Ahí es donde radica el peor engaño de López.

16. ¿Le compraste la idea de que está luchando contra la corrupción? Te vio la cara. Su lucha, en sus términos, es irreal. Es mitológica. Es una ficción.
Sólo es un vulgar vejete obsesionado con el poder absoluta, creyéndose héroe.
Y, para colmo, paranoico.