Corre la primavera del año 425, la guerra entre Esparta y Atenas llevaba ya 6 años en los cuales la estrategia de ambos bandos había quedado claramente delineada: Esparta dominaba la tierra pero Atenas el mar, por lo que ninguna de los dos tenía una ventaja clara.
Sin embargo, hoy hablaremos del mayor revés espartano de esta contienda: la derrota de Esfacteria.
Durante el año 425 Atenas tiene dos prioridades: mantener el status quo en Sicilia y evitar que la Liga del Peloponeso se haga con el control de Córcira (actual Corfú).
Para ello envían una de sus principales fuerzas navales con 40 trirremes al mando de Sófocles y Eurimedonte, la cual debe ir a Sicilia pasando por Córcira.
Sin embargo, junto a ellos viajaba Demóstenes el cual tenía una idea muy definida: capturar Pilos y construir una fortificación permanente ahí para atraer a su causa a los mesenios (entonces subyugados por los espartanos) y lanzar ataques hacia Esparta, que se encuentra a 70 kms.
Demóstenes no consiguió convencer a Sófocles y Eurimedonte que decidieron seguir hacia Córcira. En este caso, la fortuna le sonrió a Demóstenes ya que debido a la tempestad tuvieron que atracar ahí, con lo que, finalmente, Demóstenes se quedó con unos pocos hombres
e inició las labores de fortificación.
En el bando espartano, por otro lado, es distinto, Agis, rey espartano, pone fin a la invasión más corta en Ática (la región en la que estaba Atenas) de tan solo 15 días y se encontraba volviendo cuando le llegan las noticias.
También llegan a oídos del comandante naval Trasimélidas que estaba en Córcira con 60 trirremes y pone rumbo a Pilos.
Un contingente que se encontraba en Esparta, junto con algunos aliados parten rápidamente hacia Pilos para capturarla antes de que llegara Sófocles.
Demóstenes en Pilos se encontraba en una situación bastante precaria: contaba con pocas tropas y solo 5 trirremes; mientras que Esparta mandaba una avanzada y los 60 barcos de Trasimélidas con el fin de atacar anfibiamente Pilos. Para ello dejaron a 420 hoplitas en Esfacteria.
La realidad era que Sófocles y Eurimedonte se encontraban muy cerca de Pilos, en Zacinto, con lo que tardarían muy poco en llegar. Esto lo sabían los espartanos que se dispusieron a desembarcar. Demóstenes consiguió defender el desembarco durante 2 días enteros.
Al tercero llegaron los refuerzos de Zacinto.
Trasimélidas no había podido bloquear el puerto y lo único que quedaba era una batalla naval. Se enfrentaron frente a las costas de Pilos 50 trirremes atenienses (se habían unido 10 más) y 60 espartanos.
Los atenienses contaban con inferioridad numérica pero eran expertos en batallas navales y eso acabó notándose al derrotar claramente a la escuadra espartana.
Esta derrota era un gran varapalo para Esparta, no tanto por la derrota en sí sino porque los 420 soldados espartanos (de los cuales 180 eran espartíatas, es decir, ciudadanos plenos espartanos y la élite social y militar) se habían quedado encerrados en la isla de Esfacteria.
Esos 420 soldados representaban nada menos que el 10% del ejército espartano regular y una buena porción de los espartíatas (que cada vez quedaban menos). Por lo tanto, los espartanos solicitaron una tregua para negociar una paz (sí, tan importantes les consideraban).
Como garantía, Atenas se quedó los 60 barcos espartanos, que se los devolvería tras las negociaciones (se supone, porque no se los devolvieron).
La oferta de paz espartana, sincera o no, incluía mantener el status quo sin cesiones territoriales.
Sin embargo, un sector belicista ateniense, liderado por Cleón, tenía miedo de que una vez devueltos los rehenes de Esfacteria Esparta reanudaría la guerra. Esta facción solicitaba garantías de paz más duraderas y su oferta incluía la entrega de ciertos puertos como el de Acaya.
Por supuesto, los negociadores Espartanos no podían aceptar esto y se rompieron las negociaciones. Al poco se terminó la tregua y, con ello, el suministro de alimentos y bebida a los soldados de Esfacteria. Por supuesto, de los 60 barcos ni noticia, se los queda Atenas.
La situación de los espartanos en la isla es crítica, no hay alimentos, apenas agua potable y está deshabitada. Por lo que en la capital espartana se pusieron manos a la obra para intentar solucionar estos problemas y fueron muy creativos:
ofrecieron dinero a las personas libres y la libertad a los ilotas (esclavos de Esparta) que consiguieran enviar alimentos y agua a los de Esfacteria. Y, la verdad es que fue todo un éxito, incluso a nado, les llegaban. Eran medidas desesperadas para una situación desesperada.
Los atenienses, en cambio, cada vez estaban más faltos de suministros, especialmente de agua potable y con el invierno amenazando. Los soldados estaban cada vez más desesperados y salían a buscar manantiales.
En una de estas uno de ellos acabó provocando un incendio en un bosque que dejó al descubierto a los espartanos que se escondían ahí (su principal fortaleza era esta y la habían perdido).
Al mismo tiempo, en Atenas había una pugna en la Asamblea sobre si enviar tropas o no.
Por un lado estaba Nicias que quería la paz y pensaba que si se capturaban a los espartanos los atenienses no iban a querer la paz y, por otro, se encontraba el conocido Cleón, que fue quien acabó imponiéndose y lideró las tropas ligeras atenienses que se enviaron como refuerzo.
Demóstenes y Cleón pensaron en cómo atacar y encontraron una ventaja que había quedado descubierta por el incendio, una zona pobremente vigilada (30 soldados). Desembarcaron ahí cuando estaban durmiendo y tomaron el lugar, desembarcando el resto del ejército.
Demóstenes decidió rodear casi toda la isla. Se enfrentaban 420 espartanos (y otros tantos ilotas) frente a 8.000 remeros, 800 hoplitas, 800 arqueros y 2.000 infantes ligeramente armados atenienses, por lo que tras intentar cargar varias veces sin éxito decidieron replegarse.
El momento fatal para los espartanos llegó cuando Comón, un general mesenio, desembarco en su retaguardia dando lugar a que los espartanos pidieran una tregua para escoger si se rendían o luchaban a morir.
Tal era la decisión que, inicialmente, no se atrevieron a tomarla ellos y mandaron a un enviado a Esparta para que les dijera qué hacer, pero tampoco se atrevió devolviéndoles "la patata caliente", ante lo cual se decidieron rendir. Atenas tomó de rehenes a 292 espartanos.
De los cuales 120 eran espartíatas. La batalla se saldó con 128 bajas espartanas y apenas atenienses. La Guerra continuaría durante 21 años más.
FIN
Fuente: "La guerra del Peloponeso" de Donald Kagan.
[HILO] Infancia y vida de Alejandro Magno antes de llegar al trono.
La parte menos conocida de la vida de Alejandro.
Alejandro nació el 20 ó 21 de julio del año 356 a. C. en Pella, la nueva capital del Reino de Macedonia hijo de Filipo II del cual ya hablamos ayer, de la dinastía reinante de Macedonia, los Argéadas y de Olimpia de Épiro, de la dinastía real de Épiro (hija de Neoptólemo I y
hermana de Alejandro I, ambos reyes de Épiro).
Filipo heredó un reino maltrecho después de varias derrotas de sus sucesores, siendo la más sonada la de su hermano, Pérdicas III, que murió junto con su ejército frente al caudillo ilirio Bardilis. Sin embargo, Filipo se repuso.
Cómo se moldeó el ejército que conquistó media Asia para Alejandro Magno
Antes de entrar en los detalles de cómo se modificó el ejército macedonio hay que entender cómo estaban formados los ejércitos griegos clásicos.
Básicamente estos estaban compuestos por hoplitas (infantería pesada), escaramuzadores (peltastas y arqueros) y, a veces, caballería.
Se trataba de una disposición bastante rígida y que hacían depender el resultado de la batalla del empuje de los hoplitas en el centro. El papel de la caballería y de los escaramuzadores era más bien menor, con honrosas excepciones, por supuesto.
¿#Sabíasque hubo un conjunto de astrónomos en Babilonia que durante SIGLOS estuvieron recopilando datos astronómicos, del tiempo y los precios de los bienes en los mercados? Más aún, buena parte de ellos nos han llegado a hoy en día.
[HILO] Los Diarios Astronómicos de Babilonia
Sí, tal y como has leído. Hablemos primero de esta gente y después de su ciclópea obra.
Estos eran académicos profesionales, muy preparados y bien cuidados (como se verá cobraban bastante bien). Se cree que comenzaron durante el reinado de Nabonassar (c. 747-743 a. C.).
Aunque inicialmente solamente recogían datos del firmamento celeste y de las estrellas finalmente acabaron por recoger datos sobre la posición de los planetas, los signos zodiacales, los equinoccios y solsticios así como el tiempo (como en las noticias) y los precios del mercado.