Aunque en su etapa inglesa rodó varias comedias, cuando saltó a Hollywood se especializó en el suspense y solo hizo una película alocada: ‘Matrimonio original’.
Él decía que fue para complacer a su amiga Carole Lombard, aunque probablemente fuera para complacerse él mirándola.
Es una comedia romántica de equívocos que llegó cuando el “screwball” ya había pasado su gran época.
No es memorable, pero me sirve para contar que Lombard llevó al set tres vacas con los nombres del reparto al cuello, en respuesta a la frase de Hitch: “los actores son ganado”.
En la época de los grandes productores, Hitchcock supo crear su propia marca.
¿Cómo lo hizo? Pues apareciendo en pósters, protagonizando los tráilers o haciendo cameos en casi todas sus películas, primero como recurso y después como broma recurrente.
Las películas de Hitchcock eran películas de Hitchcock, pero él no escribió ninguna. Eso no significa que les dejará total libertad a sus guionistas. Todo lo contrario, llamémosle co creación.
El humor de Hitch es tan frecuente como sutil. Bajo esta escena de amor entre Ingrid Bergman y Cary Grant hay una forma ingeniosa de saltarse el código que prohibía besos de más de tres segundos en pantalla.
Así logró rodar una escena tórrida de tres minutos.
Se trata de una escena de ‘Encadenados (‘Notorious’), una de sus películas más aclamadas.
Pero dos años después Hitchcock se reía de ella, sin mencionarla, en este diálogo magistral de otra de sus obras maestras, ’La soga’.
La más cómica de sus películas "serias", al margen de ‘Pero ¿quién mató a Harry?’, es quizás ‘Con la muerte en los talones'.
Si tienes a un genio cómico de la talla de Cary Grant, es muy fácil provocar risas con cualquier cosa. #MakeEmLaugh
Hitchcock decía que, en el fondo, hasta ‘Psicosis’ era una comedia.
🚿Para él, seguro: se reía de la audiencia matando a la protagonista, Janet Leigh, a mitad del metraje o desdeñando el dinero que ella robaba y que nos había hecho creer que era tan importante.
Además plagaba sus films de bromas que solo pillaba él. El cuadro que Norman Bates retira en 'Psicosis' para ver cómo se desnuda su huésped, es ‘Susana y los viejos’ de Van Mieris, que recrea una escena bíblica del ataque de dos hombres a una mujer que se baña desnuda.
📺Pero dónde Hitchcock pudo dar rienda suelta a su vena humorística fue en la televisión, con un show semanal que estuvo en antena durante 10 años y que se ha reemitido hasta casi nuestros días.
Es imposible no asociar esta pieza musical con el orondo cineasta.
No es una música creada para la serie, sino una composición del francés Charles Gounod, de 1872, titulada 'Marcha fúnebre para una marioneta'.
Pero para todos es la música de Alfred Hitchcock. Por cierto, se la descubrió su compositor de cabecera, Bernard Hermann.
‘Alfred Hitchcok presenta’, que en su etapa final se tituló ‘La hora de Alfred Hitchcock’ se convirtió en un referente de la televisión
¿Sabéis como presentó Hitch a la prensa la serie?
“Llevará el asesinato a los hogares americanos, que es donde siempre ha pertenecido”
La serie aterrizó en la CBS cuatro años antes de que lo hiciera Rod Serling y su ‘The Twilight Zone’.
Es muy frecuente confundir episodios, en parte porque ambas series compartían actores y directores y casi todos solían tener un giro final inesperado.
'The twilight Zone' añadía un toque fantástico o paranormal a las tramas, mientras que las de Hitchcock se centraban en la psique y el comportamiento humano.
Es normal: la serie de Serling bebía de Ray Bradbury o Richard Matheson; la de Hitchcock, de Roald Dahl y Henry Slesar.
Uno de los episodios más recordados es ‘El hombre del sur’, basado en una historia de Dahl, en el que Steve McQueen se apuesta el meñique a que es capaz de encender su mechero diez veces seguidas sin fallo.
También adaptación de Dahl es ‘Lamb to the Slaughter’, en el que una ama de casa mata a su marido con una pata de cordero que luego sirve a la policía que investiga el caso.
¿Os suena? ¿Y si cambiamos a Barbara Bel Geddes por Carmen Maura y la pata de cordero por una de jamón?
Las historias estaban llenas de un humor negrísimo, pero dónde Hitchcock se lucía era en las presentaciones.
Dirigiéndose a cámara y tras un “good evening” de rigor, hacía comentarios sarcásticos sobre la vida y los más ocultos y escabrosos deseos humanos. #MakeEmLaugh
Los comentarios los escribía James B. Allardice, un guionista de humor que tenía un Emmy y había escrito varias comedias del dúo Jerry Lewis-Dean Martin.
Allardice combinaría su papel como negro de Hitchcock con guiones para ‘La familia Munster’ o ‘Los héroes de Hogan’.
Con su ácida escritura, Allardice contribuyó a consolidar la marca Hitchcock, dotándola del sarcasmo, la truculencia y el gusto por lo macabro que ahora consideramos intrínsecos, pero que a mediados de los 50 no lo eran tanto.
En las presentaciones solía haber cortes para anuncios y Hitch decía a la audiencia que se prepararán para ver un “anestésico de un minuto”.
Para las emisiones para el resto de países, Hitchcock y Allardice hacían versiones alternativas llenas de chistes sobre los americanos.
El éxito de las introducciones de la serie hizo que Hitchcock se animara a protagonizar trailers larguísimos en los que, con humor, presentaba sus nuevas películas.
Esos monólogos, como este de 'Los pájaros', también los escribió Allardice.
Bonus track solo para suscriptores del #MakeEmLaugh.
¿Os acordáis que hemos dicho que Hitchcock llamaba ganado a los actores? En la BBC le preguntaron al respecto y el bueno de Alfred no solo no rectificó sino que echó más sal en la herida.
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Ni Johnny Carson, un emblema del "late night" americano con más tablas que Moisés, puede prever las respuestas del director cuando le pregunta sobre su nueva película.
Un #MakeEmLaugh terrorífico: 'El jovencito Frankenstein'.
'Young Frankenstein' es una película de Mel Brooks sí, pero más del 50% del mérito hay que atribuírselo a Gene Wilder, que tuvo la idea, escribió la mayor parte del guion y la protagonizó.
En cualquier caso, juntos hicieron una de las 15 mejores comedias de todos los tiempos.
Los setenta no eran buenos tiempos para la comedia en EE.UU: Vietnam, los magnicidios o el escándalo del Watergate habían pintado la década de gris.
Los americanos parecían no estar para risas y preferían distraerse con dramas románticos, películas policiacas o de corte social.
Se ha criticado mucho la connotación xenófoba y humillante que John Cleese y su mujer Connie Booth vertieron sobre el personaje de Manuel cuando escribieron la serie.
Cleese explica el verdadero motivo del personaje. Algo así como el "Pay them more" de Joe Biden.
Pese a su voluntarismo y jovialidad, el limitado dominio del inglés de Manuel le impide ejecutar correctamente lo que su mezquino jefe o los clientes le piden.
Eso provoca infinidad de situaciones cómicas, que no son la esencia de la serie, pero sí las que más se recuerdan.
Al final de la segunda serie del 'Flying Circus', John Cleese (asiduo de los #MakeEmLaugh y lo que queda) advirtió al resto de los Monty Python que quería dejar la serie.
De hecho ya andaba con otros proyectos como la compañía 'Video Arts'.
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Lo convencieron para seguir una temporada más, pero al acabar la tercera sentía que se repetían y eso, junto a las divergencias personales y creativas con Graham Chapman, le empujaron a romper con la tropa.
Solo quería escribir algo con su mujer, Connie Booth, pero ¿sobre qué?🤔
Wilder tuvo diferentes coguionistas, aunque con dos tuvo una relación más fructífera: Charles Brackett, hasta 1950, y I.A.L Diamond, que lo acompaño durante más de 25 años.
Con Brackett era una colaboración; con Diamond, una hermandad. Se entendían. Se llevaban más que bien.
Empezaron a colaborar en 'Ariane' y desde entonces ya no dejaron de hacerlo.
En su haber: 'Con Faldas y a lo loco', 'Irma la dulce', 'Uno, dos, tres' y 'El apartamento', por la que ganaron el Oscar en 1960. Su agradecimiento es directo, preciso y sutil como sus guiones.