«average» cuando Reino Unido es uno de los países donde el discurso «progresista» más arraigo tiene entre su población actual. Reino Unido, junto a Holanda o los países nórdicos, está a la cabeza en la aceptación y apertura a temas como el racismo, homosexualidad o transexualidad
Y creo necesario resaltar «ACTUAL», porque el hecho de que su sociedad hace cincuenta, cien o ciento cincuenta años atrás haya sido de las más racistas de Europa y su Imperio Colonial uno de los más esclavistas y represivos me importa bien poco.
Sí, evidentemente aún quedan remanentes de estas actitudes del pasado en la sociedad británica en muchos individuos, pero eso no quita que la sociedad británica es una especialmente abierta y progresista™, seguramente de las que más en todo el mundo.
Y bueno, solo hay que ver lo cosmopolitas que son sus ciudades para darse cuenta de eso.
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Farouk al-Shara —Vicepresidente de Siria y en ese entonces Ministro de Asuntos Exteriores— se encuentra en la Casa Blanca con el Primer Ministro israelí Ehud Barak para negociar una reconciliación sirio-israelí bajo mediación de Clinton (1999)
Las conversaciones fueron un proceso complicado y espinoso, pero se dieron a lo largo de 1991 hasta el 2000 bajo mediación estadounidense. Damasco conversó con Tel Aviv la posibilidad de reconocer al Ente Sionista y cortar lazos con la resistencia palestina como hizo Egipto.
A cambio, Israel devolvería los Altos del Golán a Siria y entablaría relaciones comerciales y políticas con el gobierno de al-Assad. A pesar de lo largas y complejas que fueron estas conversaciones, estuvo apunto de llegarse a un acuerdo en 1999 entre ambas partes.
La historia de conflictos en el seno del NSDAP como la de su ala paramilitar, las SA, son conocidas, aunque su importancia a menudo ha sido subestimada o mal entendida.
La crisis más destacada en la relación de las SA con el Partido fue, sin dudas, la Revuelta de 1931.
Revuelta que suele aparecer en la literatura, en gran medida, como «un obstáculo en el camino hacia el poder de Hitler» y a la que a menudo se la atribuye al hecho de que los implicados en la rebelión dudaban de «la autenticidad del socialismo de Hitler».
Quizás una de las dictaduras modernas menos conocidas pero una de las más largas y brutales del siglo pasado, también una de las más interesantes fue el régimen de Hastings Kamuzu Banda, quién rigió Malawi con puño de hierro durante treinta largos años.
En su momento líder del anti-colonialismo en su país, Banda fundó el Partido del Congreso de Malawi —Malawi Congress Party (MCP)—, el cual manejaba un discurso nacionalista, que exigía la descolonización de Malawi y al mismo tiempo adoptaba una postura anti-comunista y pro-EE.UU.
Con la independencia del país el 6 de julio de 1964, Banda se convierte en el primer ministro durante los dos primeros años. En 1966 llega a presidente y en 1971 asesta un auto-golpe de estado, convirtiendo a Malawi en una dictadura conservadora y sumamente autoritaria.
Durante su visita a Canadá en mayo de 1992, el líder islamista sudanés Hassan al-Turabi fue atacado el karateka cinturón negro Hashim Bedreddin Muhammad, quién asestó un fulminante golpe a al-Turbani, haciéndolo caer contra el asfalto donde rompió su cabeza.
Muhammad atacó con rabia a al-Turabi y le hizo una llave con las manos conocida como tegatana para inmovilizarle y posteriormente le dio una brutal patada. La patada de Muhammad hubiese sido mortal de no ser porque un presente trató de empujar a Muhammad al asestar su golpe.
Pensando que al-Turabi estaba muerto, Muhammad huyó de las escena antes que las autoridades apareciesen. Cuando la policía y las ambulancias llegaron, al-Turabi yacía en un charco de sangre, con la cabeza abierta. Milagrosamente, aún seguía vivo.
Por las redes lleva tiempo rondado este video de un discurso del presidente Nasser en 1958 acerca de las mujeres y la obligatoriedad del hijab, lo cual ha creado una falsa imagen acerca de Nasser y la errónea idea llevó acabo una secularización del país.
Empecemos por el hecho de que el uso del hijab ya desde mucho antes de que Nasser ascendiera al poder no era generalizado entre la clase urbana, y ya para inicios del siglo XX la mayoría egipcias urbanitas no lo empleaban más allá de en ceremonias religiosas.