Acabamos de conocer los resultados de #ElPorcentajeJusto EXTREME.
Esta vez, habíamos jugado con una lista de ingredientes; es decir, con la información real y a la vista.
Participaron 69 personas
Acertaron 3
Tardaron 11 minutos de media
En este #hilo, analizamos lo que pasó.
Jugamos con estas Gyozas de trufa y foie.
El reto consistía en responder qué cantidad de trufa y qué cantidad de foie tenían.
Normalmente, jugamos a ADIVINAR sin leer.
Esta vez no.
Esta vez había que LEER la lista de ingredientes.
¿Por qué no acertó todo el mundo si la información estaba ahí?
¿Por qué hubo respuestas TAN diferentes entre sí?
¿Qué pasó?
Para entenderlo, vamos a desmenuzar el asunto.
La lista de ingredientes, tal cual figura en el envase, es esta.
Dura, compacta… Más que una lista, es un ADOQUÍN de palabras.
Cuesta encontrar las cosas, organizar la información y jerarquizar los elementos.
Y, claro, resulta que organizar y jerarquizar es necesario para entender. Sobre todo, si es algo que vemos por primera vez. Así que empecemos por ahí.
Empecemos por desgranar el monolito ese de letras.
Las gyozas son empanadillas y tienen dos partes fundamentales: la masa y el relleno.
Ambas partes están hechas de diversos ingredientes.
La masa, por ejemplo, no tiene mucho misterio ni ofrece mayor complicación. Está hecha de cosas esperables y conocidas: harina, agua y sal.
Hasta aquí, bien. Pero ¿de qué está hecho el relleno?
Repasemos el adoquín.
Aquí, como se ve, hay mucha cosa apelmazada y toca prestar atención a la puntuación: a los paréntesis y los corchetes, a los dos puntos, a los puntos y comas.
¿Cómo se organizan estos ingredientes?
Se organizan así 👇
🤯 🤯 🥴 😳
¿Ehhh? Espera, espera. Pero esto qué es, ¿el Big Bang de las gyozas? ¿Qué ha pasado aquí?
Que qué ha pasado, te digo. ¡Oye! ¡Tú!
Tranquilidad… Vamos por partes (y nunca mejor dicho).
Lo que ocurre es que tenemos muchos ingredientes y que algunos de ellos, además, son compuestos; es decir, están hechos a su vez de otros.
Para entendernos, son como matrioskas.
Los pinto aquí para que los veáis con claridad:
Bueno… Pero lo que queremos averiguar es cuánta #trufa y cuánto #foie tiene esto, ¿no? A primera vista, cualquiera diría que 5% de trufa y 4% de foie.
Pero RESULTA QUE NO.
¿Cómo que no? ¿Por qué no?
Porque esos porcentajes están expresados tomando como referencia al relleno, que es solo el 55% de la gyoza. Es decir: este «5% de preparado de trufa» es el 5% del 55%. O, lo que es lo mismo, el 2,75% de la gyoza en sí.
Pero aquí no acaba la cosa, qué va. Si os fijáis, veréis que ese «preparado de trufa» es en realidad un ingrediente compuesto, hecho de muchas cosas (sobre todo, de champiñones). Y que tiene solo un 5% de trufa…
Así que la trufa de esta gyoza es el 5% del 5% del 55%.
¿O sea?
¡Un flamante 0,14% de #trufa!
(y trufa de verano, que es la baratita).
Con el foie sucede algo parecido. Tenemos un ingrediente compuesto que se llama «foie gras de pato» que es el 4% del relleno y que está hecho de varias cosas; en su mayoría (un 90%) de foie gras.
Por tanto, el foie gras de esta gyoza es el 90% del 4% del 55%.
¿O sea?
¡Un maravilloso 1,98% de foie gras!
Sin embargo…
—Sin embargo, ¿qué? Es 1,98% y ya está, ¿no?
—No, no está. No está porque esta gyoza tiene más foie.
—¡¿Ehh?! ¿Cómo que más?
Sí, más. Si os fijáis bien, este producto dice tener trufa y foie.
«Foie», no «foie gras».
El foie, así, sin apellido, es hígado de pato normal, mientras que el foie gras es un hígado graso, hipertrofiado exprofeso (cebando para ello al animal).
🦆 El foie gras está regulado y definido por ley: no solo debe ser graso, sino que debe pertenecer a unas especies de oca o patos concretas.🦆
El foie, a secas, no. Y estas gyozas, como decíamos antes, anuncian foie, tanto en el frontal como en la denominación del producto.
Así que, a ese 1,98% del foie gras hay que añadir este 5% de hígado magro de pato.
Bah, este 5% del 47% del 55%, no nos volvamos locos.
Eso nos da un majísimo 1,29%, que no es que sea mucho, pero es de justicia ponerlo.
Total, que 1,98% de foie gras + 1,29% de foie nos sitúan en un 3,27% de foie.
¡Menudo dispendio!
Si habéis leído hasta aquí, muchas gracias.
Voy a cerrar este hilo explicativo retomando los datos del principio y añadiendo una pequeña reflexión.
✨Los datos:
Participaron 69 personas
Acertaron 3
Tardaron 11 minutos de media.
La mayoría necesitó calculadora, boli, papel… Incluso hubo quien tiró de tabla Excel o hizo esquemas para romper el adoquín y ordenar la información, como comentábamos al principio. Mirad:
No importa el método o la estética de ahí 👆; el objetivo en esos casos era el mismo que los esquemas de este hilo: organizar unos datos que, a priori, nos echan para atrás.
✨Ahora, la reflexión:
Al súper no vamos con mucho tiempo. No tenemos 11 minutos para leer una etiqueta.
Al súper no llevamos boli, folio y calculadora. Allí, este razonamiento es mental.
En el súper, nos guiamos por el frontal de los envases.
El frontal, ya lo sabemos, es publicidad. Ahí todo reluce.
Por eso, hay que dar un paso más y leer la lista de ingredientes.
⛔️El problema es que, cuando damos ese paso, lo que encontramos no siempre nos ayuda.
Esta lista de ingredientes, como tantas otras, no está escrita para ser leída ni entendida con facilidad.
Está porque tiene que estar, porque es obligatoria. Pero no es útil.
NO
ES
ÚTIL
No cumple con su cometido, que es brindarnos información de manera CLARA y UNÍVOCA.
Y esto, que no es una excepción ni mucho menos, necesariamente debe mejorar.
Como he dicho alguna vez, y me repito, hay 3 líneas de trabajo por delante:
1) Información útil a la vista y un márketing alimentario más honesto 2) Mayor control de las malas prácticas, con arreglo a la ley 3) Educación nutricional para la ciudadanía
#DaleLaVuelta a los envases, siempre. Si no entiendes lo que lees, compártelo, señálalo, pregunta. Y, sobre todo, no te avergüences.
Como consumidores, tenemos el derecho de saber lo que comemos y de comprender una información que, a priori, va dirigida a nosotros.🔚
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Aprender de los errores está bien, pero compartir lo aprendido está mejor.
A eso vengo con este #hilo: a contaros la historia de un error y una obsesión, y a compartir lo que aprendí gracias a eso durante el último mes y pico. 👇
Empiezo por algo que ya sabía: debemos jugar más con la comida. No me refiero a lanzar guisantes con la cuchara, en plan catapulta de sobremesa, sino a jugar para aprender. El juego es un instrumento didáctico. Y va genial para conocer cosas nuevas.
Eso es lo que hacemos en ✨El @PorcentajeJusto✨: jugar para aprender sobre lo que comemos. Mejor dicho, para tomar conciencia de que las fotos y los mensajes destacados en los envases no siempre son un buen reflejo de la realidad.
Comer es una necesidad fisiológica: comes para estar vivo. Pero también es una necesidad emocional: comes para SENTIRTE vivo y tener un buen momento, a solas o con los demás. Hoy, en ✨La felicidad del pobre✨: por qué un bote de garbanzos no arregla la obesidad estructural #Hilo
Antes de empezar, definiciones: cuando hablo de #obesidad no hablo de estética, de cánones de belleza ni de lo perturbadores que le resultan a mucha gente los «cuerpos indisciplinados», como dice @rgay en su maravilloso libro 'Hambre' (ed. @Capitan_Swing).
Cuando hablo de obesidad hablo de la enfermedad. Una patología que se define por la acumulación excesiva de grasa corporal, y que es precursora de otras enfermedades que reducen nuestra esperanza de vida y su calidad. Diabetes. Hipertensión. Cáncer. Dolor en las rodillas.
Hace días que hablamos sobre #obesidad, #malnutrición y posibles medidas para afrontar este problema. Hoy, que llueve y está desapacible, voy a compartir una historia que siempre tengo presente cuando hablamos sobre esto. #Hilo 👇
Hace años, muchos años, pasé frente a una casa abandonada que tenía más o menos este aspecto. Conservaba las paredes y el techo, pero estaba totalmente hueca. Firme y con agujeros, aquella casa parecía un colador de vientos.
La casa me llamó la atención porque en esa zona no era frecuente encontrar viviendas vacías. El lugar era un sitio humilde, de periferia y semi-rural, donde nadie podía permitirse dejar atrás unas paredes y un techo. ¿Qué había pasado allí? ¿Cómo se explicaba esa estampa?