Como docente es tu obligación ejercer tu autoridad con tus alumnos. Que no te engañen con equivocados buenismos, esa autoridad la necesitan/demandan tus alumnos (explícita o implícitamente) para q su día a día en los centros no se convierta en un infierno. No eres su amigo (hilo)
Pero no te confundas,"compañero", ejercer tu autoridad no significa en ningún caso faltar al respeto a los alumnos (hagan lo que hagan) ni abusar de tu posición de superioridad jerárquica para tomar decisiones arbitrarias que terminen confundiéndolos y encabronándolos (con razón)
Pocas cosas me desagradan más de mi trabajo que la certeza de que existen docentes q tratan mal a ciertos alumnos de manera sistemática. Casi siempre por debajo del radar de la posibilidad de denuncia o escándalo. No es extraño: se puede ser un mierda pero no por ello ser imbécil
Sé que este es un tema incómodo para el gremio docente, que en general hacemos como que no existe o que, como tutores (benditos tutores, jamás se reconocerá lo suficiente su labor), procuramos ir poniendo paños calientes para salvar a nuestros alumnos de ciertos "compañeros".
Somos profesores de la pública. Nos pagan nuestros conciudadanos (y nosotros mismos) para intentar enseñar a todos. A TODOS. Si no te gusta el plan siempre puedes dejarlo. Pero es peligroso olvidar el origen de tu salario. Y tus obligaciones: eres el adulto a cargo de esa aula.
No me vengas a este hilo con lamentos, "compañero". Conozco perfectamente la dificultad de la trinchera, somos muchos los que vivimos en ella pero ello no justifica tu despotismo. Puedes (y debes) supenderlos si demuestran no saber nada pero no tienes derecho alguno a humillarlos
Aunque suelen ser minoría en los institutos jamás sufren el rechazo que merecen (algo sobre lo que deberíamos reflexionar) a pesar del daño que hacen. Trasladan una imagen distorsionada de lo que debe ser un docente y nuestro corporativismo los legitima a ojos de nuestros alumnos
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Volvemos a los "saberes básicos" que se inventa la LOMLOE. Los contenidos de siempre. Esos que algunos consideramos la clave de la enseñanza mientras que para otros (hasta ahora) suponían una pesadilla y el obstáculo fundamental para construir sus ensoñaciones pedagógicas (hilo).
Cuando salió el currículo de Secundaria algunos compañeros nos decían que no nos precipitáramos en la crítica, que después las Comunidades podrían ampliarlo. Que era un decreto de mínimos, que tampoco pasaba nada por el hecho de que esos saberes básicos pareciesen tan simples.
Después, salió el currículo de Bachillerato.... Y se produjo el milagro. Me centro (por aclarar mi idea) en mi materia, Física y Química, y en 2 ejemplos: a la izqda, el bloque de "la interacción" en FyQ de 4ºESO. A la drcha, el bloque de "campo gravitatorio" en Física de 2ºBach.
Pocas cosas me gustan más en la ESO que explicar el experimento de la lámina de oro de Rutherford sin más apoyo visual que mis (pobres) dibujos en la pizarra. El objetivo es que los alumnos tengan que atender a mi relato (entusiasta) y piensen... Que piensen en abstracto...(hilo)
Creo que es un gran error que todas nuestras explicaciones científicas sean mediadas por simulaciones audiovisuales que, por su gran calidad, imposibilitan que los alumnos tengan que "imaginar" nada. Se convierten en un obstáculo para el desarrollo de la capacidad de abstracción
Los alumnos consumen esas simulaciones científicas sin reflexión alguna. No suponen ningún reto intelectual; esas imágenes se ocupan de "imaginar" científicamente por ellos, construyen al detalle los mundos a los que no podemos acceder sin dejar espacio a la reflexión profunda.
Es mi experiencia, primero como alumno, ahora como profesor (de FyQ en ESO y Bach): en el mejor de los casos (es decir, con un buen profesor q es capaz de conectar con sus alumnos), el alumno nunca termina de comprender todo lo que se le explica en clase. Ni falta que hace (hilo)
Los docentes deben dominar la materia que enseñan pero ello no los capacita inmediatamente para el "arte de enseñar". Han de ser capaces de ponerse en el lugar del otro, del alumno al que presenta por primera vez esos conocimientos tan complejos que para él ya son "tan simples".
Este es el motivo fundamental por el que para nuestros adolescentes la enseñanza presencial es imprescindible: solo el profesor que mientras explica es capaz de interpretar los silencios, las miradas e incluso la respiración de sus alumnos será capaz de resultarles de utilidad.