Estoy nostálgico con la ausencia de mi padre. Además de la Navidad, que fuera víctima letal del COVID es algo que me lo recuerda 24/7 la nueva ola de la pandemia.
Por eso, voy a contarte una historia, para que veas lo maravilloso que era: Así me desveló la verdad sobre los Reyes.
Mi padre era un hombre de pocas letras. Tanto era así, que prácticamente aprendió a escribir ya de mayor con una profesora con la que más tarde se casaría (mi madre). Pero esa es otra historia. El caso es que era un hombre pobre de un barrio obrero económicamente muy deprimido.
Trabajaba como soldador naval en un taller en el que lo explotaban por menos de 20.000 pts a la semana (120€).
Tenía una familia numerosa que mantener y, encima, su último hijo, había nacido un tanto diferente 😉
Si hubiera nacido hoy, me habrían detectado y catalogado pronto como un niño ALCAIN. En aquella época, mis profes se limitaron a decirle que era “como superdotado”, pero que sí quería “que no perdiese aquello”, tenía que meterme “en un colegio de pago” que no podía permitirse.
Mi padre no pudo meterme en un colegio especial. Pero, a pesar de su falta de conocimiento y de recursos, hizo lo posible para que “no perdiese aquello”. Me metió en clase de mecanografía con la máquina de escribir de mi abuela y permitió que monopolizara la TV para esto:
Eso sí, tenía claro que, por mucho que adelantase a mis compañeros, yo tenía que vivir una infancia normal: inocente, ilusionante y llena de magia.
Con tanta familia y tan poco dinero, fue difícil, pero lo logró.
Eso sí, con respecto a los Reyes Magos, fue difícil porque mi mente analítica le ponía palos en las ruedas😞
Yo era muy joven para cuando empecé a percibir que niños que se portaban muy mal en clase recibían mejores regalos que los míos y muchos más que yo. Aquello me hizo pensar
Tenía 5 añitos 🤷🏼♂️
Con 7, empecé a “investigar”. Mi primer experimento fue modificar mis cartas a los Reyes. Pasaron a ser de 8 y 9 folios mecanografiados por ambas caras 🤣 ¿Pensáis que porque pedía mucho? ¡Qué va! Solo podía pedir tres cosas pequeñas, o una mediana y una pequeña o una grande.
Escribía a los Reyes como si fueran amigos, contándoles cosas.
Pero era una trampa 🤦 ocultos entre las palabras, había detalles que “los verdaderos Reyes Magos” sabrían leer e identificar, y que modificaban ligeramente mis peticiones (tipo de papel, dedicatoria, color…).
Si los regalos venían de mi padre, aquellos detalles no serían atendidos, pues eran muy sutiles.
De adulto… me contó que dedicaba horas a descifrar mis cartas con un diccionario en la mano y acordándose de mis muertos 🤣
Pero los detalles se cumplían 🤷🏼♂️ así que, para mí, los Reyes debían ser una realidad.
Entonces pasó algo terrible: crecí lo suficiente (no mucho, ocurrió pronto) como para que el campeón/repetidor de la clase se dedicase a destruir la ilusión de los demás.
Yo me negaba, pero aquel niño me trataba como a un idiota ante todos y utilizaba un argumento difícil de contradecir: “Los Reyes no existen. Yo he visto a mis padres poniendo los regalos”.
Mi ilusión se tambaleaba 😞
Se lo conté a mi padre.
Entonces, aquel señor de pocas letras y hogar humilde, para el que su hijo era a veces un alienígena que pasaba horas mirando unos y ceros en una pantalla y leyendo la enciclopedia antes de dormir, me dijo una genialidad:
“Cuando un niño deja de creer en los Reyes, estos no vuelven a visitarlo. Es por eso que los peques que han perdido la fe se quedarían sin regalos. Para que no sufran, sus padres les compran regalos, y eso es lo que ven. Pero quienes creen de verdad, son visitados por los Reyes”.
Y esa fue la verdad sobre los Reyes que me contó mi padre.
De un plumazo, no solo pude seguir creyendo a pesar de un mundo de materialismo carente de ilusión, sino que pasé de sentirme el tonto, a mirar con lástima a mis compañeros sin fe.
Después de todo, ellos tenían regalos…
pero yo tenía magia.
Gracias, padre, por contarme esa verdad sobre los Reyes Magos que me hizo sentir una ilusión que no dependía de los regalos.
Gracias por protegerla a pesar de que yo mismo te lo pusiera difícil.
Te echo de menos.
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Hace dos años pusieron un casino en mi barrio.
Imagináoslo: el típico con la puerta y escaparates llenos de luces de neón. Llama mucho la atención y, los críos que pasan por allí, sienten curiosidad.
Al casino no le iba mal, la verdad.
Justo al lado del local, había una ludoteca.
El casino la compró y amplió su local para acabar creando un casino mucho más grande (con sus luces de neón y su parafernalia).
Por si acaso hubiera confusiones, el dueño del casino puso un cartel en la puerta: “No se admiten niños”.
Pero aquella no fue la única jugada estratégica que realizó el dueño (Chanín). También puso de vigilante en puerta a la persona más afectada por consumo de drogas que os podáis imaginar. Este chico, conocido en el barrio por sólo quedarle el 10% del cerebro, se llama Ramón.
Es muy importante que nuestros profes mejoren sus competencias TIC y sus habilidades ciberprotectoras 😞
Hoy me llega una consulta. No cuestiono a esta maestra, pero sí que creo que la situación que se le ha montado en clase refleja una falta de conocimiento clave.
Hoy es el último día de clase antes de vacaciones, y la actividad lectiva se relaja: juegos, charlas, golosinas, música…
¡A mí también me ocurre! 😊
Esta maestra de 6º (10-11 años) decide facilitar portátiles a sus niños para realizar juegos online.
Entonces… sus alumnos le piden entrar en una app WEB súper divertida llamada Omegle. Ella no sabe qué es y les da permiso.
Espero que todos los que lo sepáis qué es… ahora mismo os hayáis dado un golpe en la frente 🤦
Eso, por no mencionar que está considerando efectivos los consentimientos de menores de más de 14 años… que tienen una relación de subordinación con él.
Todo esto, claro, imaginando que el colegio no recoja en su NOF deontología y buenas prácticas relacionadas con que sus trabajadores graben con dispositivos privados a sus alumnos durante las clases y los expongan en sus cuentas privadas.
Yo… lo dudo.
Pero lo averiguaremos 😉
-“El vídeo es de una alumna, yo lo resubí”.
¡Ostras! Aquí el profe podría estar reconociendo un ilícito.
Es cierto que el vídeo estaba en la cuenta de una menor, que el profe SE LO DESCARGÓ y que el profe SUBIÓ A SU RED su copia.
#TeachToker (profe con gran presencia en #TikTok) decide grabarse (en su cole y durante horas de clase) con 2 alumnas bailando y cantando:
“Mamaíta que está tan rica
Sin pegar los dientes como abuelita
Mamaíta que está tan rica
Sin pegar los dientes como abuelita”
La cosa sigue
Como siempre, antes de montarle un hilo a un #TeachToker, median comentarios a él y un intento de conversación para hacerle entrar en razón y que haga lo correcto por las buenas
En este caso, ni me responde a los intentos.
Esperemos que después de montarle el hilo se lo replantee
Perdón, algunos lectores me corrigen. Es que me cuesta entender el reggaetoniano😅
La letra dice:
“Dame la mamada que está tan rica
Sin pegar los dientes, como abuelita
Mamaíta que está tan rica,
Sin pegar los dientes como abuelita”
Musculoso profe de Secundaria y TikToker de influencia, utiliza su cuenta personal para subir vídeos de su torso desnudo (desenfocados) y vídeos de sus alumnos (pixelados). Aquí un trozo minúsculo de su perfil anonimizado.
La historia continua y tiene revelación final 👇
Os resumo:
Este señor tiene cuentas de TikTok y de IG con muchísimos seguidores. Las usa para lucir sus atributos y capacidades físicas. Hasta aquí ningún problema: un profe puede posturear cuanto quiera en la red.
Y, a este señor, se le da tan bien que consigue más de 15.900 seg
El problema surge cuando descubrimos que los vídeos de menores que sube a su cuenta PERSONAL son con/de sus ALUMNOS, filmados durante el HORARIO DE CLASE y dentro del CENTRO ESCOLAR. Por si esto fuera poco, la red en la que divulga es TIKTOK, una red para adultos.