Ayme es lo bastante lista como para entender un sencillo poema, pero sus gafas moradas la ciegan y su intelectualismo le hace leer unos versos como si fueran unas tesis teóricas. Al menos argumenta, así que aprovecho para comentar mi lectura de la poesía:
1. Evidentemente, el poema tiene una intención provocadora, agitativa. Sin duda lo ha logrado. ¿No es ésa una de las funciones del arte? Su contenido ideológico concreto (un canto universalista) ha escandalizado a quien debía: a quienes sólo son capaces de ver la particularidad.
2. Es evidente que no se trata de "resignificar" nada, porque hablar de "el hombre" SIEMPRE ha tenido el sentido de "humanidad" o "ser humano". Ayme se da cuenta, y recula un poquito:
3. Por lo tanto no es un uso "obsoleto", sino una tradición que conoce cualquier persona familiarizada con el pensamiento ilustrado y revolucionario de, por lo menos, los últimos dos siglos y medio.
4. Pero estamos hablando de un poema, y no de un sesudo ensayo teórico. El poema no propone dogmáticamente decir "el hombre" y prescindir de, por ejemplo, "ser humano". Los últimos versos (que Ayme corta), en su literaridad, lo dejan claro. También el sentido global del poema.
5. Aunque evidente para quienes hayan leído más de dos versos, lo que no han entendido nuestros expertos literarios es que el núcleo del poema realza la determinación subjetiva de las mujeres de vanguardia. La declaración, masticadita, podría resumirse así:
"A mí, mujer de vanguardia, me da igual leer 'el hombre', 'mujer' o 'ser humano'; lo único realmente importante es que pienso ocupar el lugar que me corresponde en el seno de las luchas por la emancipación de todos."
¿Tan difícil era entenderlo?
6. El reclamo es legítimo, y conecta con las mejores tradiciones revolucionarias. En el propio número de Línea Proletaria vemos ejemplos de esta actitud de vanguardia:
El fragmento anterior (de aquí: reconstitucion.net/Documentos/LP_…) es muy relevante: la revolución francesa no había dado aún derechos formales a las mujeres ('Declaracion de derechos del Hombre y el Ciudadano'...), pero las revolucionarias sabían que ése era el camino de la libertad.
7. Es más: el poema no es sólo universalista en relación con los sexos; también recoge la historia pasada ("los huesos que habitan..."), el presente (nuestra "ridícula finitud") y el futuro ("los niños que erigirán la piedra"). Pero algunos se quedaron donde dijo "hombre". ¡Vaya!
8. Así que el ridículo de los indignados sólo demuestra su estrechez particularista de miras: sencillamente no han entendido el poema, porque su cabeza no da para más que para escandalizarse al leer la palabra "hombre". ¡Pero gracias por viralizar el poema.., y el número entero!
9. A. El poema logró su objetivo agitativo. B. No propone usar "el hombre" como único universal. C. Llama a las mujeres a ocupar su lugar de combate con miras más amplias que la de su particularidad. D. Dice que la emancipación recorre los siglos... y es tarea de (y con) futuro.
10. Cuando leí el poema me recordó a estos geniales párrafos de LP1 (reconstitucion.net/Documentos/LP_…). Ésa es la cuestión: si las mujeres de vanguardia quieren ser primero mujeres y luego, si eso, comunistas... u ocupar su lugar como iguales luchadoras del proletariado revolucionario.
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Después de la genial campaña de viralización y propaganda gratuita (hasta para odiar hay que ser listo), hablemos en serio del contenido teórico del nuevo número de Línea Proletaria. A mi entender, los artículos se encargan de demostrar definitivamente tres cosas importantes:
1. El comunismo abordó la emancipación de la mujer con la misma radicalidad (y los mismos límites) con que se planteó construir una sociedad sin clases. No existe un agravio comparativo, no hubo ninguna "carencia" especial ni "despreocupación". Ésas son calumnias del feminismo.
2. Esta radicalidad hizo que el proletariado estuviera siempre a la vanguardia de la emancipación de la mujer. Desde el nacimiento del marxismo su teoría y su práctica fueron las más ambiciosas y profundas en el frente de la mujer.
Siguiendo la distinción que hace Platón entre el filósofo y el "filódoxo" (o "amante de la opinión", como se ha traducido al castellano alguna vez), uno se da cuenta que el núcleo de esa distinción sigue siendo útil en lo que respecta al marxismo.
El pensamiento burgués actual, también hegemónico en la vanguardia proletaria en forma de revisionismo, genera constantemente opiniones subjetivas, posiciones irreflexivas e ideas que, por su inmediatez, no tienen ningún contenido verdadero.
Por eso es tan relevante la tesis de Engels que estatuye que "el socialismo, desde que se ha hecho ciencia, exige que se le estudie". No vale con envolver las ocurrencias de uno (o de unos cuantos) en terminología supuestamente marxista para ser realmente marxista.
"... el obrar es él mismo esta escisión de ponerse para sí, y poner, frente a este sí, una realidad efectiva extraña y exterior; que haya tal realidad efectiva pertenece al obrar mismo, y es por medio de él." >
"Inocente, por eso, no lo es más que la inacción, como el ser de la piedra, ni siquiera la del niño."
Hegel, en la 'Fenomenología del Espíritu'
"La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien