Una sugerencia o consejo, que por supuesto me aplico a mí mismo el primero: no dejarse llevar por el frenesí mediático; la comprensión de fenómenos complejos y multifactoriales requiere necesariamente de una reflexión pausada frente a la inercia inmediatista.
Dos principios esenciales generales: el comunismo revolucionario no está para defender a 𝑛𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑜 de los rapaces imperialistas en liza; la violenta espontaneidad de las masas es impotente y fácilmente reconducible por la burguesía mediante el palo y la zanahoria.
Dejo por aquí unos fragmentos de interés respecto a la experiencia soviética en Asia central y el Cáucaso que recopilé en este hilo:
Y estos otros, que tocan sobre todo directamente los estallidos que sacudieron la periferia de la URSS socialimperialista, en particular la revuelta kazaja de Almaty, en su fase final (2/2).
Reitero que esta obra me parece especialmente importante para la cuestión. Lamentablemente no está disponible en PDF en castellano, pero sí en francés: es.es1lib.org/book/12162893/…
En el bosquejo final que hace Roy de las repúblicas centroasiáticas del espacio postsoviético aparece un nombre propio —y, sobre todo, un problema de fondo— que parece conocido en relación con los acontecimientos en Kazajistán...
Con la cautela siempre recomendable para conflictos tan en caliente, los choques entre las distintas fracciones dominantes de Kazajistán no parecen desempeñar un papel secundario precisamente, aunque resulte siempre más fácil mirar al exterior...
Más información jugosa que me acaban de pasar y que apuntaría en una misma dirección de "política por otros medios" entre distintos sectores de la burguesía kazaja:
Hipótesis plausible: explosión e ira de una parte de las masas obreras de Kazajistán (explosión e ira legítimas, pero incapaces de ir más allá), necesariamente rentabilizadas por alguna de las fracciones burguesas en liza, a falta de una política proletaria independiente.
La defenestración de Nazarbaiev es sospechosa... De lo que no creo que haya ninguna duda es que la burguesía rusa tiene ahora una muy buena baza diplomática con el despliegue armado en Kazajistán de cara a las próximas negociaciones interimperialistas respecto al peón ucraniano.
Decía un filósofo que los convenios sin la espada no valen nada. La diplomacia, la otra cara de la guerra; no negocia quien quiere, sino quien puede. Lamentablemente, lo de siempre (por ahora): la clase universal de los desposeídos, en medio del fuego cruzado de los verdugos.
Creo que a Dmitri Trenin y a todo el Centro Carnegie de Moscú hay que leerlos siempre. Más material imprescindible para forjar una posición independiente, proletaria, respecto al conflicto kazajo: carnegiemoscow.org/commentary/861…
Sigo viéndolo también como aviso a navegantes para la próxima ronda de negociaciones sobre Ucrania entre Rusia y la OTAN, los dos hegemones imperialistas en liza. Curiosa división del trabajo entre las fuerzas capitaneadas por Rusia y las aún leales a la fracción de Tokayev.
Está por ver que la jugada le vaya a salir bien a la gran burguesía rusa. Pero es contundente (el despliegue de fuerzas armadas ocupantes no es poca cosa), muy en la línea del alto mando ruso de disuadir con una gran acción de fuerza intimidatoria (almendron.com/tribuna/wp-con…)
La realidad vuelve además a echar por tierra el cliché obsesivo y simplista de las "revoluciones de colores", que en política internacional tiende a ver un poderío omnímodo del imperialismo yanqui que ya en absoluto tiene, y menos aún en el patio trasero de la Rusia imperialista.
Esa visión maniquea y propia del ultraimperialismo kautskiano impide también ver que si algo demuestran claramente los acontecimientos en Kazajistán (y lo que se avecina en el Donbas), es que el "león ruso" está de todos menos dormido.
Lo que debería preocuparnos como comunistas revolucionarios es que la tendencia es inevitablemente hacia una mayor agudización de las contradicciones interimperialistas, quizá a un ritmo aún más acelerado de lo esperable, con una clase proletaria desarmada en todos los sentidos.
Hay que reconocer que la feminista Fraser, citada en el último monográfico de Línea Proletaria (reconstitucion.net/Documentos/LP_…), dibuja bien, pese a las gafas feministas con que ve el mundo, la lógica corporativizadora de la que participa el feminismo en el capitalismo maduro:
Dejando a un lado la ridiculez pedante de "conflictos postsocialistas", básicamente en lo mismo incide otra feminista, Beltrán:
¿Reconocimiento de quién, para qué y por parte de quién? No extraña que otra feminista (Olivia Blanco) hable del feminismo como "pactos entre mujeres de diferentes países e ideologías (...) que han llegado a constituirse en un sujeto colectivo" para un "nuevo Contrato Social".
Cuál no será el estado real de desorientación del movimiento comunista, que uno tiene más fácil escuchar a mandos de la burguesía relacionar las enseñanzas de un Clausewitz o un Moltke con la línea militar proletaria.... que a un comunista promedio.
"[Las lecciones de Clausewitz] las recogen de alguna manera los revolucionarios rusos, la recoge Mao...". Muy ilustrativo.
Hablando de mandos militares de la clase capitalista, espero poder resumir pronto la brillante exposición que, pese a todos sus prejuicios, hizo Guillermaz sobre la Guerra Popular desplegada por el PCCh en las tres guerras civiles revolucionarias y contra el Japón.
Ahí van unas pinceladas para animar al estudio del segundo de los trabajos que han aparecido en el último número de Línea Proletaria —reconstitucion.net/Documentos/LP_…— acerca de la experiencia revolucionaria china y el 𝑎𝑛𝑡𝑎𝑔𝑜𝑛𝑖𝑠𝑚𝑜 entre comunismo y feminismo.
El objetivo ideológico y político principal del trabajo del Comité por la Reconstitución (CxR) es manifiestamente claro y no llama a engaño a nadie:
Frente a toda clase de mixtificaciones, el feminismo en China, como en el resto del mundo, actuó de hecho como mecanismo contrarrevolucionario de encuadramiento femenino, en este caso de las masas femeninas organizadas por el Kuomintang (KMT).
De hecho, la mayoría de la vanguardia proletaria está tan acostumbrada a tragarse la(s) película(s) del feminismo que ni siquiera ha leído a las propias feministas más honestas, que dejan muy clara la indisociabilidad entre feminismo y Estado burgués:
La desesperación por intentar casar dos movimientos y visiones del mundo antagónicos como el comunismo revolucionario y el feminismo se estrella incluso contra aquel feminismo que se sabe dominante y que no necesita al marxismo ni como elemento discursivo a instrumentalizar.
Es tal la fuerza del feminismo entre el comunismo que los que buscan salvar ese "infeliz matrimonio" aún no se han percatado de que el feminismo aspira, una vez enterrado el marxismo como teoría de vanguardia, a ser totalizador desde y por la perspectiva de género.
El énfasis internacionalista proletario en la denuncia del chovinismo español presupone una línea política independiente de los nacionalismos periféricos, sobre todo por parte de la vanguardia de tales territorios. Algo que muchas veces no ha sucedido. Un breve repaso histórico.
A lo largo de la historia del comunismo en el Estado español ha habido múltiples siglas que, con una política frentepopulista y electoralista, han confluido de un modo u otro con los nacionalismos periféricos, lo cual ha tenido y sigue teniendo consecuencias funestas.
En el Partido Bolchevique, con Lenin a la cabeza, la denuncia más implacable del chovinismo gran-ruso no solo no fue incompatible con el combate al nacionalismo periférico, que también "llegaba a ser franco chovinismo" (Stalin), sino que ambos eran elementos inseparables.
Las cantinelas de los farsantes socialpatriotas de hoy sobre la "dominación de España" por poderes extranjeros son bien conocidas, pero quizá no tanto sus profundas raíces, y menos aún que desde el 36 fueron la carta de presentación de buena parte del movimiento obrero.
Incluyendo, por supuesto, al anarquismo y al anarcosindicalismo, lo cual demuestra por enésima vez que oportunismo y nacionalismo, en cualquiera de sus formas, son indisociables. Pocas declaraciones como estas condensan tan bien la renuncia nacionalista a toda revolución social.
En el mismo órgano de expresión, por si quieren aprender nuestros oportunistas de hoy, tan solo varios días después la otrora poderosa CNT firmó junto al PSOE-UGT, PNV y ERC (sí, PNV y ERC) un manifiesto en el que denunciaba la "venta del Estado español" al imperialismo yanqui.