Gustavo Bueno, Etnología y utopía.
Capítulo XI. El «cierre categorial» de la Etnología. Resumen (1/2):
Desde una perspectiva constructivista, el concepto de «autonomía de una ciencia particular» debe ser redefinido a un nivel sintáctico. Generalizaremos aquí un concepto familiar a la Teoría de los Algoritmos –el de «cierre operatorio»– para tal fin.
(La generalización se apoya en el supuesto constructivista de que el dualismo dicotómico entre «ciencias formales» y «ciencias reales» es aparente. El criterio del constructivismo es el que formuló Arnold Geulincx hace trescientos años: Verum est factum).
Distinguiremos tres tipos de componentes de una ciencia (considerada como un «programa» de construcción de verdades):
1.º Términos (a, b, c ... n) o «funtores de grado cero» del campo categorial U. A los términos, asociamos como modus sciendi característico, las definiciones.
2.º Relaciones (R₁, R₂, R₃, ... Rk). A las relaciones asociamos los Axiomas de la ciencia (Axiomas canónicos).
3.º Operaciones (O₁, O₂, O₃, ... On), o funtores de grado 1, 2, &c. (uniádicos, diádicos, n-ádicos). En general, «leyes de composición». A las operaciones, asociamos los Postulados propios de cada ciencia (Axiomas operatorios).
Una operación O₁ que compone términos U –v. gr. a, b– es cerrada respecto de U cuando su resultado –c = aO₁b– también pertenece a U; es decir, cuando mantiene con a o con b alguna de las relaciones R.
Por cierre categorial entendemos la aptitud que un conjunto de componentes gnoseológicos (de tipo 1, 2 y 3) tiene (cuando sus operaciones son cerradas) para construir verdades científicas [identidades sintéticas].
Suponemos que la unidad de una ciencia se constituye en virtud de un cierre categorial. Una ciencia, considerada sintácticamente queda analizada en tres niveles, que llamaremos respectivamente:
1. Nivel protocolario, en el que se establecen términos («hechos»). A este nivel, la Etnología, en sentido lato se presenta como «Etnografía».
2. Nivel estructural. Se establecen relaciones entre los términos. Pondríamos en este caso la «Etnología», en sentido estricto.
3. Nivel axiomático y operatorio. Lo que Lévi-Strauss llama «Antropología» –inadecuadamente, según nuestra tesis– correspondería a una Etnología desarrollada a nivel axiomático.
Además de este «eje sintáctico» en el que podríamos situar sus componentes gnoseológicos, es preciso considerar otros ejes –semántico y pragmático. En el eje semántico, la distinción esencial es la que media entre un nivel fisicalista y un nivel fenomenológico.
La distinción entre estos niveles obliga a introducir un tercer nivel «semántico», que llamamos ontológico, desde el cual se formula la articulación entre los dos primeros.
De la combinación de los ejes sintáctico y semántico resulta una matriz de clasificación de las verdades etnológicas. Ofrezco a continuación, y en esbozo, un programa de análisis gnoseológico del «cierre categorial» de la Etnología, en cuanto ciencia efectiva:
1. Los términos pertenecen al plano fisicalista (cuerpos, movimientos, «exocultura»), o al fenomenológico (cauris, mitos…) o al ontológico (concepto de organismo individual). Las definiciones son el resultado de «despieces» orientados a determinar «rasgos», «pautas culturales».
2. Las relaciones que ligan términos, también se mantienen en distintos planos. Los «postulados culturales» se mantienen en el plano fenomenológico aunque no se den a nivel protocolario, sino estructural.
3. Las operaciones se mantienen también a distintos niveles –acaso no a nivel ontológico–. Es esencial tener en cuenta la circunstancia de que las operaciones gnoseológicas corresponden a operaciones del propio «material» investigado.
El nivel ontológico de la Etnología es la «Civilización». Cuando –víctima de la ilusión etnológica– alguien cree poder habitar en las sociedades primitivas, lo único que puede conseguir es mantenerse en un nivel fenomenológico.
La prueba de esta tesis se basa en el análisis interno de la propia Etnología efectiva, en particular, en el análisis de las constantes etnológicas.
Llamaré constantes etnológicas a aquel conjunto de términos o relaciones (predicados) incorporados al vocabulario etnológico tales que resultan ser imprescindibles para que la construcción etnológica sea posible en cuanto etnológica.
Las constantes a que me refiero son de esta índole: «tradición», «mentira», «relato», «pacto», «muerte», «genitor», &c., y se oponen a otras significaciones tales como «dios» o «espíritu difunto», que, sin embargo, tienen una verificación fenomenológica.
Pero los «dioses» o los «espíritus difuntos» no existen. La Etnología debe, precisamente, construir sus contenidos fenomenológicos, a partir de los elementos de su nivel ontológico.
Por ello, una de las tareas más características de la ciencia etnológica es la definición y redefinición de las constantes etnológicas.
Las definiciones de términos, por otra parte, no se prueban sólo por su capacidad de aplicarse a un material, sino por su capacidad de componerse con otros términos definidos en una construccion desarrollada con identidades sintéticas.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo IV. Selección natural, o la supervivencia de los más adecuados. Divergencias de caracteres. Resumen:
Las variedades, aun las muy marcadas, aunque tengan algo de carácter de especies –como lo demuestran las continuas dudas para clasificarlas–, difieren mucho menos entre sí que las especies verdaderas y distintas.
Sin embargo, las variedades son especies en vías de formación o, como las he llamado, especies incipientes.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo IV. Selección natural, o la supervivencia de los más adecuados. Extinción producida por selección natural. Resumen:
Debido a la elevada progresión geométrica de aumento de todos los seres vivientes cada territorio está ya provisto por completo de habitantes.
De esto se sigue que del mismo modo que las formas favorecidas aumentan en número de individuos, así también las menos favorecidas generalmente disminuirán y llegarán a ser raras.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo IV. Selección natural, o la supervivencia de los más adecuados. Circunstancias favorables a la producción de nuevas formas por selección natural. Resumen:
Un gran número de individuos compensará una variabilidad menor en cada individuo y es un elemento importantísimo de éxito. Cualquier especie que no se modifique y perfeccione en el grado correspondiente con relación a sus competidores será exterminada.
Dentro de una región limitada, con algún puesto en la economía natural no bien ocupado, todos los individuos que varíen en la dirección debida, aunque en grados diferentes, tenderán a conservarse.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo IV. Selección natural, o la supervivencia de los más adecuados. Sobre el cruzamiento de los individuos. Resumen:
Todos los vertebrados, todos los insectos y algunos otros grandes grupos de animales se aparean para cada vez que se reproducen. Un gran número de los hermafroditas verdaderos se aparean, o sea: dos individuos se unen normalmente para la reproducción.
Pero a pesar de esto hay muchos animales hermafroditas que positivamente no se aparean habitualmente, y una gran mayoría de plantas son hermafroditas.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo IV. Selección natural, o la supervivencia de los más adecuados. Selección sexual. Resumen:
Esta forma de selección depende no de una lucha por la existencia en relación con otros seres orgánicos o con condiciones externas, sino de una lucha entre los individuos de un sexo –generalmente, los machos– por la posesión del otro sexo.
El resultado no es la muerte del competidor desafortunado, sino el que deja poca o ninguna descendencia. La selección sexual es, por tanto, menos rigurosa que la selección natural.
Charles Darwin, El origen de las especies.
Capítulo IV. Selección natural, o la supervivencia de los más adecuados. Selección natural. Resumen:
El hombre no puede crear variedades ni impedir su aparición; puede unicamente conservar y acumular aquellas que aparezcan. Somete a los seres a nuevas y cambiantes condiciones de vida, y sobreviene la variabilidad; pero cambios semejantes de condiciones ocurren en la naturaleza.
¿Podemos dudar que los individuos que tienen ventaja, por ligera que sea, sobre otros tendrían más probabilidades de sobrevivir y procrearse su especie? Por contra, podemos estar seguros de que toda variación en el menor grado perjudicial tiene que ser rigurosamente destruida.