2. Decisiones difíciles. Tener poder, en las buenas, es muy lindo. Pero, muchas veces, el mejor líder se nota cuando hay que tomar decisiones difíciles. Y son muchas. Sí, echar por ejemplo: 5/12
3. Dar feedback es duro. Quieres que tu equipo crezca, pero tienes que orientarlos, guiarlos. Y no querrán escucharte, muchas veces. 6/12
4. Exposición. "¿Viste con qué cara vino el jefe? Hoy nos echa a todos.". Todos miran al líder, tratando de ver más allá, de adivinar su futuro. Aunque tal vez, su gato maulló toda la noche, van a pensar que es el fin del mundo. Lo van a criticar, igual que con este hilo. 7/12
5. Dormir mal. El jefe recuerda con cariño las épocas en donde se relajaba de verdad porque era otro el que tenía todo el peso del equipo en sus espaldas... 8/12
6. No hace nada.
¿Cómo?
Claro, el buen jefe es prescindible en el corto plazo. "Hace hacer", pero no hace directamente. ¡Es un inútil! (este tweet no puede ser vendido por separado) 9/12
7. Las malas noticias vienen solas... Y no solamente en nuestro país, en todos lados.
El buen jefe tiene como trabajo buscar, proactivamente, buenas noticias, sabiendo que las malas están en camino. 10/12
En resumen, ser jefe, tener más poder (y los beneficios que eso trae) es genial.
Sí, siempre que conozcamos "el lado oscuro". 11/12
¿Ya recibes el newsletter "CEO en camiseta" todos los lunes? Pueden gustarte o no mis ideas pero pensar vale la pena.
¿Alguna vez sentiste en el trabajo que tenías que luchar por algo importante, algo que era lo correcto, que iba a hacer todo mejor? 1/6
Me pasó muchas veces, discusiones con la casa matriz, con mi equipo, con abogados, con IT... Como si tuviera que defender las cosas a capa y espada. 2/6
Era, sí, agotador.
Mi tasa de éxito habrá sido del 50%.
Y me alegra saber que no estoy solo, que a muchos les ha pasado.
Incluso a @BarackObama, cuando asumió como presidente. 3/6
Vergüenza, dudas, miedo al qué dirán, sensación de ser un impostor, temor a las preguntas y sensaciones físicas me hacían muy difícil hablar frente a otros.
Algunos estudios dicen que la glosofobia (sí, tiene nombre) es nuestro segundo mayor temor, después del de morir.
No les creas, están mal hechos.
Estos son los principales 10 aprendizajes de mi recorrido de introvertido a orador @TEDx 2/14
1. Formación: en la escuela y universidad no aprendí, así que hice cursos de Oratoria de todo tipo y hasta un curso de un año de standup comedy con el genio de @diegowainstein
Sí, tuve un show en la avenida Corrientes. Pero por algo no te enteraste. 3/14
Del @EdelmanPR Trust Barometer: a nivel global no confiamos ni en líderes de gobierno, ni en periodistas, ni en CEOs (aunque sí confiamos en el nuestro, claro 🧐)
Confiamos en quienes están más cerca, vecinos, colegas...¿Estaremos realmente yendo a un modelo mucho más local? ¿Cómo luce el futuro?
Y las empresas deben, cada vez más, hacerse cargo de sus responsabilidades para seguir vendiendo, contratando o recibiendo inversiones.
Cada vez está más presente en nuestras carreras el tradeoff entre "Seguridad" y "Libertad" que se resuelve, en mi opinión, negociando y pensando en el largo plazo
Otro gráfico que tuvo mucho éxito y aporta a esta conversación: ¿Cuánto valor agrega un gerente a lo largo de su gestión? ¿Cómo se compara con su "costo"?
"Hay que capacitarlo", podrías decir.
Claro, cuánto más tiempo pasa más necesitamos aprender... Pero menos aprendemos, y las áreas de RRHH de las empresas son parte del problema.
Nunca me sentí discriminado en la oficina. Hasta que Facebook arruinó todo. Seguido, demasiado seguido, me encontraba con fotos perturbadoras: gente con la que compartí horas, días, años, que se juntaba y se divertía. Pero a mí no me invitaban. 1/26
Cuando asumí como gerente general solía ser el primero en llegar. A las 8 estaba ya en la oficina, una hora antes que la mayoría. Por suerte, Facebook no existía, así que podía enfocarme en algunos temas estratégicos, planificación y análisis. 2/26
El resto del equipo empezaba a llegar a las 9. En promedio, los empleados de Officenet teníamos 30 años... Muchos llegaban con cara de no haber dormido lo suficiente. Yo no. 3/26