❗️ Lo que dice Mikel es para reflexionar. ¿Qué transparencia es esta si para utilizar los datos públicos hay que ser un supermán o darse la paliza que me estoy dando? Las AAPP tienen que publicar datos que tengan un mínimo de calidad.
Y la calidad del dato no es solo que estén libre de errores (los que me leéis os lo estaréis pasando pipa con la cantidad de ellos que estoy cazando y comentando). Es también que los datos sean precisos.
Son 5.000 euros y el objeto del contrato solo tiene una palabra: «mascarillas». Mascarillas, sí, pero… ¿cuántas?, ¿de qué tipo?…
El expediente tiene que describir con un mínimo de rigor lo que se compra. Ahora hay MILES de contratos públicos con un objeto impreciso, ambiguo…
¿Por qué se da cuenta del destino de los fondos públicos con esta ligereza?
Por poner un ejemplo que demuestra que no cuesta nada hacerlo bien, este de un instituto público de investigación, que describe con precisión el objeto de la compra:
Y es que esto va de MUCHO MÁS que de transparencia. Va de confianza en nuestras administraciones. Va de hacer las cosas bien. Y va de analizar los contratos públicos con tecnología y ciencia de datos para cazar chanchullos, sí, pero también para optimizar las compras públicas.
Porque si registramos bien lo que compramos, luego podemos analizarlo con los ordenadores. Y entender mejor cuál es el destino de los fondos públicos y cómo darles el mejor uso.
Que es, además, lo que dice la Constitución en su artículo 31: eficiencia y economía.
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Hoy he dedicado mi día a perfeccionar el método de extracción del NIF de los contratistas que encuentro en los datos oficiales. A priori parece fácil. Basta con utilizar el dígito de control (o la letra) para comprobar la validez de cada NIF.
Chupado, ¿verdad? Pues no.
El problema es bastante más complejo. Y, algorítmicamente, muy interesante.
La primera vuelta de tuerca viene cuando el funcionario aplica la imaginación a la hora de escribir el NIF en el expediente. Pero tiene fácil solución 🎉.
Pero con tantísimos contratos públicos, tarde o temprano te encuentras con casos más exóticos, como estos de la imagen. Porque las herramientas informáticas de algunas administraciones no validan los datos al introducirlos, así que pueden escribir cualquier cosa…
Sigo revisando los trillones de datos de la Plataforma de Contratación. En los capítulos anteriores os contaba que hay cientos de organismos públicos cuyos datos son manifiestamente erróneos. Es el caso, por ejemplo, del Ayuntamiento de Centenera…
Hoy he dado un paso más en la validación de los datos de los contratantes y contratistas: he buscado todos los NIF en el censo de contribuyentes de la Agencia Tributaria 🎉.
Así he podido cazar errores difíciles de cazar.
¡Veamos uno muy escurridizo! 👇
Se trata de los datos erróneos de la empresa pública HOSTELERÍA ASTURIANA, S. A. (HOASA). En el portal de contratación del Estado, y si te fijas mucho, puedes ver dos NIF diferentes para esta empresa, lo cual ya es un cantazo…
Qué curioso esto. Entre los órganos de contratación del Estado encuentro RUMASA. La empresa original, la de 1961 que fue expropiada en 1983. Está aún en liquidación.
Por cotillear, me he bajado el último informe de auditoría y las cuentas anuales, donde se resume la historia. 👇
No puedo enlazar el documento porque es uno de esos enlaces mágicos del Estado que desaparecen… ☹️. Ni siquiera Google llega a ellos, y por lo tanto no aparecen en buscadores.
Documentos públicos que no se publican.
La transparencia de Schrödinger.
La historia de siempre.
La memoria dice que el culebrón de RUMASA provocó MÁS DE 1.500 JUICIOS y procedimientos.
📄 Anoche explicaba que hay miles de expedientes oficiales de contratación con datos erróneos de empresas, y ponía ejemplos. Bueno, ¡pues también en los órganos de contratación hay errores!
De verdad, alucino con la pésima calidad de los datos públicos. Me explico… 👇
El órgano de contratación es la entidad pública que contrata. El pagano (el que paga, vamos). Cuando este órgano es una corporación local (un ayuntamiento), su NIF comienza por la letra «P».
Es lo que sucede, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Torrelavega (Cantabria). 👇
Sin embargo, hay entes públicos cuyos datos están mal en la Plataforma de Contratación del Sector Público 🤦♂️. Es el caso, por ejemplo, del Ayuntamiento de Vierlas (Zaragoza). Han puesto un DNI en lugar del NIF del ayuntamiento. Y eso no puede ser. 👇
Observo que en los contratos públicos el nombre de un mismo contratista puede aparecer de muchas formas diferentes:
ACME, S.A.
ACME, S. A.
ACME S.A.
ACME SA
ACME SOCIEDAD ANÓNIMA
…
En mi herramienta quiero presentar los nombres de una forma homogénea, dentro de lo posible. ¿Alguien sabe si hay una forma canónica, un estándar para nombrar?
Se me ha ocurrido ir a la Agencia Tributaria y mirar su listado de grandes morosos. Suelen hacer estas cosas bien™️.
Pero parece que en la AEAT tampoco hay una forma canónica, estándar, de nombrar las sociedades. Solo en esta página aleatoria del listado de morosos veo que utilizan hasta cuatro sufijos diferentes para las sociedades limitadas.
Esta noche estoy en una fiesta.
¡Es la fiesta de los NIF de los contratistas del Estado 🎉🥳🍾!
Os lo cuento… 🧵
A los contratos públicos concurren licitadores (empresas y autónomos) que presentan sus ofertas. El nombre del ganador (o ganadores, pues pueden ser varios si el contrato tiene lotes) queda grabado con letras áureas en los anales de la historia: el expediente del contrato.
(Sí; eso de «los anales de la historia» suena fatal).