El fin de semana les preguntaba qué errores tiene este cuadro naval y hoy vamos allá con las respuestas. Hay errores náuticos e históricos, aunque cabe destacar que son pequeños detalles y que el cuadro en sí es magnífico. ¿Qué tipo de barco es? Una fragata de 5ª clase.
Fijándonos un poco parece que sólo tiene una batería aunque las bandas en negro engañan. La banda amarilla superior no corresponde a una batería sino a una separación. Esto lo confirma el alcázar y la pequeña toldilla. Si fuera navío tendría una toldilla mucho más acastillada.
Los primeros errores que encontramos están en las grímpolas y banderas. Se ve claramente un grimpolón de dos puntas, insignia de brigadier, en la mayor, y una insignia de general en el trinquete. Esto significaría que lleva embarcado a un teniente general con mando.
En el caso de que una fragata llevara a un teniente general con insignia de mando no podría llevar grimpolón de brigadier, llamado gallardetón, ya que una supera a la otra. Tendría que llevar una grímpola simple llamada gallardete, de una punta y más larga.
Es posible que en una fragata vaya embarcado un teniente general con mando de flota, pero no es lo habitual. Lo propio sería un navío de línea de 1ª clase y tres puentes. Los siguientes errores ya son náuticos. Según las grímpolas el viento le viene por la amura de estribor.
Es difícil saber a cuánto, pero posiblemente de largo entre las 10 y las 14 cuartas. Siendo así, los foques estarían más o menos bien dispuestos para la mayor y la de trinquete estaría mal braceadas. El oleaje va contraviento, lo que es posible pero no tan cerca del barco.
Por otro lado, da la impresión de llevar demasiado trapo para navegar en conserva, a lo lejos aparece otra fragata francesa y española. En esta situación posiblemente iría sobre gavias y juanetes pero sin velas mayores. No se entiende que lleve cebadera y sobrecebadera.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Tal día como hoy, 16 de febrero de 1700, nacía Pedro Messía de la Cerda, brillantísimo marino, uno de los mejores de su generación, que participaría en uno de los mayores hitos militares de la Historia Naval: la Carrera del Glorioso. Alcanzó el grado de teniente general.
Aunque en nuestros días se le conoce como el comandante del navío Glorioso en su carrera y combates, los hechos de armas de Pedro Messía comenzaron en su época de guardiamarina, siendo egresado de la primera promoción de la Real Academia de Guardias Marinas de Cádiz en 1717.
Participó en las conquistas españolas de Cerdeña y Sicilia bajo órdenes de Esteban de Mari y Antonio de Gaztañeta y posteriormente también en la batalla del cabo Passaro. También estuvo destinado a la escuadra de Baltasar Vélez de Guevara y en la de Rodrigo de Torres.
Al final de la batalla del cabo de San Vicente de 1797, el navío San Nicolás de Bari, a pesar de que su comandante y gran parte de sus oficiales estaban muertos o malheridos, todavía conservaba izado su pabellón. Un granadero de Marina lo defendió "a sangre y fuego".
El navío San Nicolás de Bari se había batido en apoyo del San José contra más de 4 navíos enemigos durante horas. La última orden que había recibido el granadero Martín Álvarez Galán de su comandante, el brigadier Tomás Geraldino, era que el pabellón no fuera arriado.
Poco después, el brigadier Geraldino fallecía en el cuerpo a cuerpo del abordaje a causa de un bayonetazo y oficiales españoles que quedaban vivos al verse rodeados decidían rendir el navío. Pero según la convención, si el pabellón ondeaba el navío seguía en el combate.
Tal día como hoy, 14 de febrero de 1797, frente al cabo de San Vicente, la escuadra de 15 navíos del almirante Jervis vencía decisivamente a la española de 24 navíos del teniente general Córdova. Aunque no fue así, fueron 12 los navíos españoles que cargaron con los combates.
No hacía mucho, Reino Unido y España había compartido operaciones navales conjuntas en Tolón y otros escenarios en el contexto de la Primera Coalición contra la Francia revolucionaria. Sin embargo, tras la debacle de la Guerra del Rosellón, se producían cruces de alianzas.
En este nuevo contexto, tras la firma del Tratado de San Ildefonso, España pasaba a ser aliada de Francia, y enemiga otra vez, como había sido natural durante todo el siglo XVIII, de Reino Unido. Esto obligada a los británicos a replegarse del Mediterráneo hacia Portugal.
Se habla mucho de la maniobra de Horatio Nelson en la batalla del cabo de San Vicente a bordo de su HMS Captain, pero hubo una mejor y más inteligente. La llevó a cabo Juan Moreno de Mondragón en el navío Príncipe de Asturias. El propio Nelson le escribió para felicitarle.
El navío el Príncipe de Asturias y su matalote, el Conde de Regla, se habían interpuesto cortando la virada general de la línea británica para que no alcanzara la retaguardia española. Estos dos navíos sostuvieron combate contra toda la línea enemiga.
Esto dio tiempo al teniente general Córdova para rehacer la línea y virar para unirse al combate, protegiendo así su retaguardia. La maniobra de Moreno de Mondragón salvó la retaguardia española a coste de sufrir muchas bajas y llevar el peso del combate durante horas.
Tal día como hoy, 10 de febrero de 1780 fallecía Andrés Reggio, uno de los marinos más importantes de su tiempo, y director general de la Real Armada (interino) tras la muerte de Juan José Navarro. Participó en las grandes operaciones anfibias del inicios del siglo XVIII.
Aunque de familia siciliana, siguió muy joven los usos de la época por los que los nobles italianos servían a España en el oficio de las armas. Así, con 25 años ya era capitán de navío y había participado en las conquistas de Mallorca, Cerdeña y su natal Sicilia.
También resistiría heroicamente en la batalla del cabo Passaro, socorrería Ceuta y estaría en la reconquista de Orán y Mazalquivir. Como comandante de las fuerzas navales del Caribe impulsó la ampliación del astillero de La Habana, que llegó a ser el más importante del mundo.
Tal día como hoy, 9 de febrero de 1588, moría el mejor marino de la Historia de España, y posiblemente del mundo, don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz. Genio de la táctica, brillante estratega y hombre ducho y sabio, no perdió una sola batalla en su larga vida de servicio.
Sus primeros hechos de armas fueron en la batalla de Muros, donde la flota española de Álvaro de Bazán el Viejo, su padre, arrasó a la escuadra francesa frente a la ría de Muros. Posteriormente participaría en casi todas las grandes batallas navales del siglo XVI.
Sin embargo, sus adiestramiento en la náutica y navegación había comenzado a los 9 años, acompañando a sus padre en sus numerosas campañas. Con 17 ya tenía formación en construcción naval y se había recorrido los astilleros del Norte de España, tomando contacto con los galeones.