Dado que ayer vi la película de Uncharted donde hace mucha referencia a la historia naval española del siglo XVI, voy con un pequeño hilo sobre los errores y anacronismos navales más frecuentes de Hollywood. Para empezar, España tuvo algo más que galeones.
El primer error, y más repetido, es asimilar la historia naval española al siglo XVI. El siglo XVI fue la era de oro de la navegación y tecnología naval española, pero la tradición marítima en España era muy antigua; en el siglo XIII Castilla y Aragón ya eran potencias navales.
El segundo error más frecuente es situar al galeón en cualquier época de la historia naval española, ya sea en el siglo XV o en el XVIII. Naturalmente esto no fue así, ya que apareció hacia mediados del XVI (1540) y para el primer tercio del XVIII (1720) ya había desaparecido.
Por ello es absurdo ver galeones en el contexto del siglo XVIII (como en Piratas del Caribe) a principios del XVI, como en la propia Uncharted. Por otra parte, las naos, carracas y carabelas no son galeones, y sí fueron las naves predominantes en el siglo XV y XVI.
Pero centrándonos en el galeón, habitualmente lo que hacen en Hollywood es oír campanas y no saber dónde: galeones con rueda de timón, foques, cañones con cureña naval y demás anacronismos no dicen más que el productor se ha ahorrado un asesor histórico. Y pasa todo el tiempo.
La rueda de timón fue un invento tardío y comenzó a usarse a muy finales del siglo XVII, a inicios del XVIII ya era frecuente. Los foques por su lado desplazaron a las cebaderas y son de mediados del siglo XVIII, igual que las velas de cuchillo tipo cangreja.
Por otro lado, por su tamaño, era extraordinariamente raro que los galeones llevaran velas más altas a la gavia. Algunos ocasionalmente llevaron juanetes, pero no fue lo frecuente. La mesana siempre era vela latina. Y desde luego nunca llevaron foques, que son tardíos.
Confundir galeones del siglo XVI con los de finales del XVII también es algo muy frecuente, aunque ya es para nota. Si bien el problema es usar galeones para contexto a inicios del siglo XVI, como en Uncharted. Las naos y carracas tienen diferencias notables.
Para empezar no solían estar perforadas con troneras para llevar artillería naval. Solo llevaban falconetes de pequeño tamaño montados en horquillas o sobre afustes de 2 ruedas. Esto fue así incluso en los galeones hasta casi finales del siglo XVI, cuando apareció la protocureña.
A partir de ese momento se hicieron cada vez más baterías de troneras, normalmente dos más la principal, y los galeones pasaron a montar hacia los 50 cañones. Pero estamos hablando de galeones típicamente de la década de 1570 y 1580, como fue el San Mateo o el San Martín.
Respecto a la forma y al casco ocurre de forma similar, técnicamente los galeones están muy acastillados por popa, cosa que no pasa tanto en las naos y las carracas. Y esto va en aumento hasta finales del siglo XVII. Lo que es la forma de las cuadernas y quilla no tienen que ver.
Y luego llegamos al asunto de los navíos, España comenzó a fabricarlos ya a inicios del siglo XVIII, de ahí viene el sistema Gaztañeta, ya que los últimos galeones que se fabricaron fue en la década de 1700: San José (1698) y El Salvador (1703).
De hecho, el navío Real San Felipe y serie San Luis son de la década de 1717. A partir de ese momento, España centró su producción naval en la construcción de navíos y fragatas, aunque se pudo construir algún galeón de forma ocasional para la Carrera de Indias y Nao de China.
Por supuesto, siempre se alegará que todas estas cuestiones son licencias artísticas, aunque más bien es un puro y llano desconocimiento de la historia naval en general y española en particular. Tema aparte está la Leyenda Negra y las tergiversaciones malintencionadas.
Bibliografía:
Fernández Duro, C. (2007). A la mar madera. Madrid: Maxtor.
Canales, C.; Del Rey, M. (2011). Naves mancas. Madrid: EDAF.
Láminas:
Carlos Parrilla
Augusto Ferrer-Dalmau
Guillermo González de Aledo
y otros
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Tal día como hoy, 22 de febrero de 1744, el escuadrón de 9 navíos de Juan José Navarro se las veía con una escuadra británica de 19 navíos frente al cabo Sicié, cerca de Tolón. Los británicos se retirarían con 10 navíos seriamente dañados y doblando las bajas españolas.
En el contexto de la Guerra del Asiento, aunque en su vertiente europea de la Guerra de Sucesión Austriaca, Francia y España planeaban movilizar 30.000 hombres a Italia para hacerse con el control efectivo de la península y desalojar a las tropas imperiales.
Una de las opciones para realizarlo, de forma preferente por su rapidez, era realizarlo vía marítima. Sin embargo, la presencia de la flota del almirante Mathews de 32 navíos de línea y otros 9 buques en el Mediterráneo, dificultaba las maniobras. Así pues se decidió expulsarla.
Tal día como hoy, 20 de febrero de 1524, Carlos V ordenaba una expedición para estudiar la navegación del istmo de Panamá y ver si era posible construir un canal para conectar como paso interoceánico el Atlántico y el Pacífico. Sería el primer proyecto del canal de Panamá.
La idea había surgido tratando de optimizar la navegación entre ambos océanos, evitando el cabo de Hornos, que siempre resultaba ser un peligro en términos de navegación y meteorología. Este canal iba a ser utilizado principalmente por galeones de la Carrera de Indias.
El primer proyecto se presentó en 1529, pero la tecnología de la época tenía muchas limitaciones y no se pudo llevar a cabo. Por tierra también existían problemas, como fue el Camino Real de Nombre de Dios, por lo que en 1533 se estudió un segundo proyecto para construir el canal
El 18 de febrero de 1637, a la altura de la Punta del Lagarto, en Cornualles, la escuadra del almirante Miguel de Horna interceptaba y capturaba un convoy holandés de 44 mercantes y una escolta de 6 buques de guerra. Su escuadra estaba compuesta por 6 galeones y 2 fragatas.
La escuadra de Miguel de Horna era un conglomerado aliado hispano-flamenco, en la que servían como capitanes Antonio de Anciondo, Marcus van Oben, Cornelis Meyne, Antonio Díaz y Salvador Rodríguez. Habían partido a mediados de febrero de Dunquerque para acciones de castigo.
Tras patrullar el canal de la Mancha habían avistado un gran convoy anglo-holandés de 44 mercantes, siendo más de la mitad holandeses, y con una escolta de 6 buques de guerra. Al confirmar las banderas enemigas, Horna ordenó poner proa hacia el convoy. Estaban en Lizard Point.
Tal día como hoy, 16 de febrero de 1700, nacía Pedro Messía de la Cerda, brillantísimo marino, uno de los mejores de su generación, que participaría en uno de los mayores hitos militares de la Historia Naval: la Carrera del Glorioso. Alcanzó el grado de teniente general.
Aunque en nuestros días se le conoce como el comandante del navío Glorioso en su carrera y combates, los hechos de armas de Pedro Messía comenzaron en su época de guardiamarina, siendo egresado de la primera promoción de la Real Academia de Guardias Marinas de Cádiz en 1717.
Participó en las conquistas españolas de Cerdeña y Sicilia bajo órdenes de Esteban de Mari y Antonio de Gaztañeta y posteriormente también en la batalla del cabo Passaro. También estuvo destinado a la escuadra de Baltasar Vélez de Guevara y en la de Rodrigo de Torres.
El fin de semana les preguntaba qué errores tiene este cuadro naval y hoy vamos allá con las respuestas. Hay errores náuticos e históricos, aunque cabe destacar que son pequeños detalles y que el cuadro en sí es magnífico. ¿Qué tipo de barco es? Una fragata de 5ª clase.
Fijándonos un poco parece que sólo tiene una batería aunque las bandas en negro engañan. La banda amarilla superior no corresponde a una batería sino a una separación. Esto lo confirma el alcázar y la pequeña toldilla. Si fuera navío tendría una toldilla mucho más acastillada.
Los primeros errores que encontramos están en las grímpolas y banderas. Se ve claramente un grimpolón de dos puntas, insignia de brigadier, en la mayor, y una insignia de general en el trinquete. Esto significaría que lleva embarcado a un teniente general con mando.
Al final de la batalla del cabo de San Vicente de 1797, el navío San Nicolás de Bari, a pesar de que su comandante y gran parte de sus oficiales estaban muertos o malheridos, todavía conservaba izado su pabellón. Un granadero de Marina lo defendió "a sangre y fuego".
El navío San Nicolás de Bari se había batido en apoyo del San José contra más de 4 navíos enemigos durante horas. La última orden que había recibido el granadero Martín Álvarez Galán de su comandante, el brigadier Tomás Geraldino, era que el pabellón no fuera arriado.
Poco después, el brigadier Geraldino fallecía en el cuerpo a cuerpo del abordaje a causa de un bayonetazo y oficiales españoles que quedaban vivos al verse rodeados decidían rendir el navío. Pero según la convención, si el pabellón ondeaba el navío seguía en el combate.