Tal día como hoy, 22 de febrero de 1744, el escuadrón de 9 navíos de Juan José Navarro se las veía con una escuadra británica de 19 navíos frente al cabo Sicié, cerca de Tolón. Los británicos se retirarían con 10 navíos seriamente dañados y doblando las bajas españolas.
En el contexto de la Guerra del Asiento, aunque en su vertiente europea de la Guerra de Sucesión Austriaca, Francia y España planeaban movilizar 30.000 hombres a Italia para hacerse con el control efectivo de la península y desalojar a las tropas imperiales.
Una de las opciones para realizarlo, de forma preferente por su rapidez, era realizarlo vía marítima. Sin embargo, la presencia de la flota del almirante Mathews de 32 navíos de línea y otros 9 buques en el Mediterráneo, dificultaba las maniobras. Así pues se decidió expulsarla.
Desde 1742, la escuadra de Juan José Navarro, de 12 navíos de línea, se encontraba bloqueada en Tolón junto al a escuadra francesa del Mediterráneo, en reparación la primera. La flota francesa estaba compuesta por 17 navíos bajo mando del vicealmirante Court de La Bruyère.
Recibiendo ambos sus órdenes de unir sus fuerzas para romper el bloqueo y apoyar las operaciones terrestres, hubo notables tiranteces entre Navarro y Court. La flota combinada quedó bajo mando del francés aunque Navarro se negó que las divisiones navales fueran mixtas.
Por un lado, los españoles recelaban de la flexibilidad diplomática de los franceses, y por otro, el vicealmirante Court era un anciano que todo el mundo consideraba poco acto para mandos efectivos. En la flota británica pasaba algo parecido: Mathews y Lestock no se soportaban.
Las flotas se avistaban poco después de zarpar de puerto y el día 22 ya tomaban posiciones para el combate. El escuadrón español ocupaba la retaguardia y parte del centro de la flota aliada, mientras que el centro y vanguardia francesa quedaron bastante adelantados.
Cuando el almirante Mathews ordenó iniciar el combate, éste opuso sus dos escuadrones de vanguardia y centro contra la retaguardia española, 19 navíos contra 9. Navarro llevaba por insignia el navío Real Felipe, de 114 cañones, la joya de la Real Armada. El combate sería durísimo
Las maniobras españolas fueron reseñables, forzando la vela los últimos 3 navíos de retaguardia para llegar a su insignia y poniéndose en facha los del centro para retrasarse y unirse a los combates. Los franceses intentaron un hipotético corte de línea pero sin unirse al combate
Esto provocó que cada navío español tuviera que batirse hasta con 3 navíos enemigos. Finalmente, el centro francés de Court viró para socorrer a los españoles, mientras que la vanguardia de Gabaret no tuvo prisa, pasando frente a la vanguardia inglesa sin disparar un cañonazo.
Al unirse los franceses a los combates, el almirante Mathews, que contaba con superioridad numérica general pero en aquel momento no había llegado la retaguardia de Lestock, ordenó ponerse en fuga. Tenían 10 navíos muy dañados, 342 muertos y cerca de 800 heridos.
Los españoles perdieron el navío Poder, que fue quemado por su mal estado, y con 6 navíos con daños. Se habían perdido 149 hombres, entre ellos los comandantes del Neptuno, Constante y Real Felipe, con el propio Navarro herido y otros 467 hombres. Los franceses no tuvieron bajas.
La batalla del cabo Sicié es la muestra perfecta de la flexibilidad diplomática y falta de compromiso francés con España, ya que en un primer momento alegaron que no combatían porque no estaban en guerra con Inglaterra. Si bien observaron como la Royal Navy atacaba a sus aliados.
Posteriormente, hubo un cruce de acusaciones entre franceses y españoles, llegando a decir que Navarro había iniciado el combate y se había ocultado en la enfermería. Los oficiales españoles confirmaron que Navarro fue herido en 3 ocasiones y se retiró tras terminar la batalla.
Sin embargo, sí se supo que el 2º comandante del Real Felipe, que era el francés Lage de Cueilly, se había escondido tras el cabestrante cuando le tocaba hacerse con el mando del navío al morir Nicolás Geraldino, el comandante del insignia de Navarro.
Como anécdota se cuenta que Francisco Hidalgo de Cisneros, que era un joven teniente de navío en el Real Felipe, y otro oficial llevaron de la pechera al francés hasta el alcázar para que se hiciera cargo del navío como le correspondía. El vicealmirante Court fue destituido.
Bibliografía:
Fernández Duro, C. (1972). Historia de la Armada Española. Madrid: Museo Naval.
Láminas:
Carlos Parrilla
Augusto Ferrer-Dalmau
y otros
Nota: en algunas fuentes, se afirma que Francisco Hidalgo de Cisneros era guardiamarina y que fue ascendido a alférez de fragata en esta acción, por lo que quizás el teniente de navío fuera otro.
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Dado que ayer vi la película de Uncharted donde hace mucha referencia a la historia naval española del siglo XVI, voy con un pequeño hilo sobre los errores y anacronismos navales más frecuentes de Hollywood. Para empezar, España tuvo algo más que galeones.
El primer error, y más repetido, es asimilar la historia naval española al siglo XVI. El siglo XVI fue la era de oro de la navegación y tecnología naval española, pero la tradición marítima en España era muy antigua; en el siglo XIII Castilla y Aragón ya eran potencias navales.
El segundo error más frecuente es situar al galeón en cualquier época de la historia naval española, ya sea en el siglo XV o en el XVIII. Naturalmente esto no fue así, ya que apareció hacia mediados del XVI (1540) y para el primer tercio del XVIII (1720) ya había desaparecido.
Tal día como hoy, 20 de febrero de 1524, Carlos V ordenaba una expedición para estudiar la navegación del istmo de Panamá y ver si era posible construir un canal para conectar como paso interoceánico el Atlántico y el Pacífico. Sería el primer proyecto del canal de Panamá.
La idea había surgido tratando de optimizar la navegación entre ambos océanos, evitando el cabo de Hornos, que siempre resultaba ser un peligro en términos de navegación y meteorología. Este canal iba a ser utilizado principalmente por galeones de la Carrera de Indias.
El primer proyecto se presentó en 1529, pero la tecnología de la época tenía muchas limitaciones y no se pudo llevar a cabo. Por tierra también existían problemas, como fue el Camino Real de Nombre de Dios, por lo que en 1533 se estudió un segundo proyecto para construir el canal
El 18 de febrero de 1637, a la altura de la Punta del Lagarto, en Cornualles, la escuadra del almirante Miguel de Horna interceptaba y capturaba un convoy holandés de 44 mercantes y una escolta de 6 buques de guerra. Su escuadra estaba compuesta por 6 galeones y 2 fragatas.
La escuadra de Miguel de Horna era un conglomerado aliado hispano-flamenco, en la que servían como capitanes Antonio de Anciondo, Marcus van Oben, Cornelis Meyne, Antonio Díaz y Salvador Rodríguez. Habían partido a mediados de febrero de Dunquerque para acciones de castigo.
Tras patrullar el canal de la Mancha habían avistado un gran convoy anglo-holandés de 44 mercantes, siendo más de la mitad holandeses, y con una escolta de 6 buques de guerra. Al confirmar las banderas enemigas, Horna ordenó poner proa hacia el convoy. Estaban en Lizard Point.
Tal día como hoy, 16 de febrero de 1700, nacía Pedro Messía de la Cerda, brillantísimo marino, uno de los mejores de su generación, que participaría en uno de los mayores hitos militares de la Historia Naval: la Carrera del Glorioso. Alcanzó el grado de teniente general.
Aunque en nuestros días se le conoce como el comandante del navío Glorioso en su carrera y combates, los hechos de armas de Pedro Messía comenzaron en su época de guardiamarina, siendo egresado de la primera promoción de la Real Academia de Guardias Marinas de Cádiz en 1717.
Participó en las conquistas españolas de Cerdeña y Sicilia bajo órdenes de Esteban de Mari y Antonio de Gaztañeta y posteriormente también en la batalla del cabo Passaro. También estuvo destinado a la escuadra de Baltasar Vélez de Guevara y en la de Rodrigo de Torres.
El fin de semana les preguntaba qué errores tiene este cuadro naval y hoy vamos allá con las respuestas. Hay errores náuticos e históricos, aunque cabe destacar que son pequeños detalles y que el cuadro en sí es magnífico. ¿Qué tipo de barco es? Una fragata de 5ª clase.
Fijándonos un poco parece que sólo tiene una batería aunque las bandas en negro engañan. La banda amarilla superior no corresponde a una batería sino a una separación. Esto lo confirma el alcázar y la pequeña toldilla. Si fuera navío tendría una toldilla mucho más acastillada.
Los primeros errores que encontramos están en las grímpolas y banderas. Se ve claramente un grimpolón de dos puntas, insignia de brigadier, en la mayor, y una insignia de general en el trinquete. Esto significaría que lleva embarcado a un teniente general con mando.
Al final de la batalla del cabo de San Vicente de 1797, el navío San Nicolás de Bari, a pesar de que su comandante y gran parte de sus oficiales estaban muertos o malheridos, todavía conservaba izado su pabellón. Un granadero de Marina lo defendió "a sangre y fuego".
El navío San Nicolás de Bari se había batido en apoyo del San José contra más de 4 navíos enemigos durante horas. La última orden que había recibido el granadero Martín Álvarez Galán de su comandante, el brigadier Tomás Geraldino, era que el pabellón no fuera arriado.
Poco después, el brigadier Geraldino fallecía en el cuerpo a cuerpo del abordaje a causa de un bayonetazo y oficiales españoles que quedaban vivos al verse rodeados decidían rendir el navío. Pero según la convención, si el pabellón ondeaba el navío seguía en el combate.