Por medio de mi formulario de contacto llegó hace casi un año un #CasoDeInformáticaForense que jamás olvidaría. Uno que situó los límites del acoso más allá de lo que esperaba. Uno que implicó a instituciones públicas que fueron instrumentalizadas.
⚠️Como siempre, aviso de que cuento con el permiso expreso de mi cliente para divulgar este caso, y de que, para proteger su intimidad, modificaré, omitiré y agregaré datos. El hilo debe ser leído como una ficción novelada⚠️
La petición de Lorena no tenía nada fuera de lo común: un tipo que había sido rechazado y que no lo había asimilado bien.
La llamé para darle algunos consejos y contactos, pero pensando rechazar el caso.
Sin embargo, la conversación hizo que me acabase interesando mucho:
-Lo conocí en internet. Salí 2 veces con él, una para saber cómo era y otra para divertirme. Nos tomamos un par de cervezas y nada más, ni siquiera un beso.
Me cayó bien, pero nada más. No hubo chispa y no tenía pensado que fuera a más.
Por lo que sea, decidí que no habría una 3ª cita y se lo dije.
Por lo que sea, él decidió que aquello era una terrible ofensa, una traiciónalo hacia sus sentimientos y que desde entonces me haría la vida imposible. Cumplió su objetivo: Desde entonces me acosa sin descanso.
-Lamentablemente, lo que me cuenta es más habitual de lo que parece. Déjeme adivinar: llamadas, intentos de intrusión a sus dispositivos, datos divulgados, su teléfono en una página de contactos…
-Todo eso, pero hay algo más. Un día la policía tocó a la puerta de mi casa.
Abrí con un mal presentimiento. Pensé que quizás se habían acercado a mi domicilio en respuesta a alguna de mis múltiples denuncias, aunque con pocas esperanzas. Era más probable que hubiera pasado algo malo en mi edificio. Pero no, venían a por mí:
Querían investigar si yo tenía en situación de abandono a mi hija, si la maltrataba. Al parecer, una “llamada anónima” al teléfono de protección al menor había informado de cosas terribles.
Que vinieran a mi casa para evaluar si era una madre terrible, fue malo, pero no dañino:
podía demostrar que cuidaba bien de mi hija.
Me pidieron pasar y tenía la casa echa un desastre… pero no era el hogar de una familia desestructurada.
El verdadero problema fue que antes habían preguntado a mis vecinos, y que se habían personado en el cole de mi hija
para preguntar al director si alguna vez habían detectado en la pequeña evidencias de maltrato o abandono por parte de su madre.
Eso sí que fue dañino. No solo el juicio de los funcionarios, sino el que se originó entre mis vecinos y los profesores. Me había puesto en duda como
madre ante todos.
Usó algo tan positivo como un instrumento de la administración pública destinado a proteger a los niños… para dañarme socialmente.
Y lo consiguió.
Ahora las vecinas me miran y cuchichean.
Ahora los profes preguntan de vez en cuando a mi hija si le pego.
Soy “la maltratadora”. Ha utilizado algo tan sagrado para mí como a mi pequeña para hacerme daño. Y todo porque no quise una tercera cita con él, alguien con quien solo tomé un par de cervezas. Necesito que me deje en paz, profesor.
-¿Hay constancia de llamadas, mensajes…?
-Todas las que quiera y más: solo se esconde tras identidades falsas para que acepte sus comunicaciones. Una vez lo ha logrado, me descubre que es él y que sigue castigándome por haberle traicionado.
-Entonces empecemos por el principio:
Acepto el caso.
Vamos allá:
¿Por dónde empiezo?
A los lectores que seleccionaron la petición de orden judicial: siendo perito de parte, no tengo potestad para pedirla. Eso solo puedo hacerlo cuando soy perito designado por el Juez, y no es el caso.
Pero tiene sus ventajas: puedo hacerme mis propias preguntas 😊
La opción más votada coincide con lo que hice yo: primero, certificar las comunicaciones.
En internet, todo es volátil. No solo podría borrar los mensajes privados que ha mandado a Lorena, sino que si cierra (o le cierran) las cuentas, podrían dejar de estar accesibles.
Está claro que las comunicaciones son evidencias muy probatorias, muy valiosas desde el punto de vista estratégico del caso y la prioridad.
¿Qué hago con las ellas?
Exacto: todo.
Certifícanos con un TimeStamp para garantizar la cadena de custodia, avalamos la integridad certificando su huella hash y transcribimos al informe pericial.
Todo ello, usando entidades prestadoras de servicios digitales de confianzas aprobadas por @_minecogob.
Entre las más de 300 comunicaciones que analicé, destacan las amenazas a las claras (5) y las veladas (72).
Me impresionó mucho un mensaje en concreto que, con permiso de la afectada, he transcrito aquí para mis mecenas:
En él, llama la atención cómo pasa de ser una persona “enamorada” pidiendo una “oportunidad” de redención… a convertirse en un vengador violento que no repara en advertir sobre su peligrosidad y en insultarla con desprecio.
⚠️Advierto: amenaza no censurada⚠️
Una vez certificadas (y clasificadas, que también conlleva su trabajo, pero claro, Su Señoría agradecerá tener separadas las amenazas de los insultos de las súplicas y de todo lo demás) todas estas evidencias están garantizadas: DA IGUAL QUE SEAN BORRADAS DE LA RED.
¿Ahora?
Me veo en la obligación de recordaros de nuevo que no he sido designado por un Juez: en este peritaje no tengo ninguna autoridad.
No puedo investigar la llamada: tendría que pedir datos a la oficina de protección al menor y/o a la compañía telefónica para rastrear la llamada.
Eso, sin una orden judicial de por medio, sería un atentado contra la LOPD-GDD 🤷🏼♂️
No puedo investigar (lícitamente) esa llamada.
Voy a por la WEB, a ver si hay más suerte 🤞
“Madre fogosa se lo traga todo sin preguntas a cambio de un billete azul con el que secarse las babas”.
Así de desagradable es el texto de la publicación en una WEB llamada quinientosanuncios.com
Me tomo un almax, certifico la publicación y comienzo a analizar.
Hagamos un kit-kat aquí para plantearnos lo siguiente:
El anuncio incluye el teléfono real y la dirección actualizada de Lorena (¡donde vive una menor!).
¿Os imagináis cuánta gentuza la molestó y la violentó como resultado de este anuncio?
Por supuesto… acabó cambiando de línea. Esto, lejos de ser un atenuante, es otro daño más a resultas del acoso de este individuo.
Tenemos buenas noticias: por el proceso de creación de anuncios de esta página, es necesario dar un método de contacto al que se manda un link de validación que el anunciante ha de aceptar para concluir con el proceso.
En este caso, un correo electrónico.
¿A que no imagináis?
¡El tipo ha puesto el suyo!
Además, un correo así, tipo nombre.apellido@dominio.com 🤦
Esta evidencia es:
Todavía no es vinculante, solo induce a pensar en su culpabilidad.
Me explico: aunque nombre.apellido fuera el del presunto acosador, y aunque el sistema garantice que el anunciante tiene acceso al correo… ¿no sostendrá la defensa que el correo no es suyo?
¡Pues no!
(Ahora sí que la volvemos concluyente)
Porque es el correo por medio del cual se conocieron Lorena y él 😊
Podemos demostrar (certifícanos y aportamos pruebas de ello) que es suyo.
Así que su correo es el responsable del anuncio.
Lo tenemos.
¿Lo dejamos ahí?
¿Opiniones?
Bueno, seguro que Lorena agradece la enorme empatía y sensibilidad que demostráis hacia su caso, pero no olvidemos que yo soy perito INFORMÁTICO. Con las otras agresiones… yo no puedo ayudarla 😞
Solo soy el tipo de los unos y los ceros.
No obstante, sí que hay algo lícito que puedo hacer con esa llamada “anónima”.
Me pongo en contacto con la administración que la recibió y le facilito mis credenciales. Le dejo claro que mi intención no es solicitar datos de la llamada, pero le explico la situación de mi cliente. Le pregunto que si, en los informes generados para los trabajadores sociales,
suelen incluir datos de la persona que deja el aviso de una posible situación de abandono/maltrato infantil.
¿Cuál creéis que es la respuesta?
Pues… como es un (loable) servicio en el que se desea garantizar el anonimato, para que los denunciantes se sientan cómodos y seguros a la hora de reportar, solo se incluyen si quien llama así lo permite.
😞 No espero que sea tan torpe como para haber consentido 😞
Pero, al llamar al servicio, lo primero que se escucha es una locución informándote de la gestión de tus derechos personales y sobre cómo modificarlos o cancelarlos…
Pregunto si tienen un archivo de llamadas y me confirman que sí, para cumplir con los requisitos de la LOPD-GDD.
¡Ay! ¡La burocracia! Normalmente da disgustos, pero… ¡mira tú por dónde!
Por supuesto que me dicen que no me van a facilitar los datos. No esperaba menos, tampoco era yo quién para pedirlos.
Pero sí que les pregunto cada cuánto purgan sus archivos, cuál es el tiempo máximo que almacenan los datos. Con la respuesta, les comento que hay un proceso
judicial en marcha y que, probablemente, a no mucho tardar un Juez solicitará los datos de tal rango de fechas. Que si serían tan amables de apartar del borrado automático ese fragmento del archivo y guardarlos bien hasta que sean requeridos.
“De mil amores”, me responden.
Actualmente, este proceso aún no ha concluido, pero es cierto que las perspectivas de Lorena de alcanzar paz y justicia son mucho mayores tras la pericial.
Y permitidme recordaros que si tenéis a un menor siendo víctima de un agresor como este, o cualquier otro peligro de las redes, #CiberProtecter os ayuda sin cobro.
Aquí os cuento más sobre cómo pedir y proporcionar ayuda a la iniciativa 😊
Y también recordad que mi libro contra el #bullying “Te espero a la salida, un manual para padres frente al acoso escolar” está en Amazon y a la venta en papel en Librería Atlantic, C/Jericó, 46, 35018, Las Palmas de Gran Canaria.
Tras un juicio en el que se demostró que su ex pareja no había sido quien había difundido sus nudes, el padre de Lola me contrata como perito de parte para localizar al responsable.
✅Lola
✅19 años
✅Práctica sexting con sus parejas estables desde los 14
✅Corta con su último novio
✅Detecta un mal funcionamiento en su portátil
✅Lo diagnostica como una intrusión
✅Lo lleva al servicio técnico a formatearlo
✅A partir de entonces, los nudes que mandó a su último novio se difunden
✅Pero también fotos que no llegó a mandarle
✅Se demuestra (en el caso anterior) que no ha sido el chico
Estuve dos años divulgando objetiva, científica, pedagógica y elegantemente sobre el horror del #bullying… y mucha gente me respondió que exageraba, que tampoco era tan horrible.
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Hace poco retuiteé (no lo subí yo) un vídeo que mostraba una agresión de un caso (ni siquiera de los peores, “simplemente” golpes de una bully a su víctima grabados por una compinche), y esa misma gente se indignó por mi falta de elegancia al publicar algo tan horrible.
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Es para titularlo “el #bullying de Schrödinger”, porque “es, a la vez, no horrible (como para divulgar sobre el tema) y horrible (si me lo pones delante), pero, en cualquier caso, lo que me molesta no es que exista, sino quien me saca de mi ignorancia (sea elegantemente o no)”
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Compañeros docentes, recordad que a los bullies les encanta hacerse pasar por víctimas, e incluso señalar a sus víctimas como agresores.
Además (sobre todo los aficionados a la violencia epistémica) suelen jugar a torturar a sus presas de manera sibilina y a conseguir que sus víctimas contesten acorralados delante de figuras de autoridad, de manera que parezcan ser agresores.
Por eso, cuidado con las respuestas reactivas sin análisis previo:
Impedid las agresiones, limitad la interacción, separad a los implicados y atended posibles heridas, pero, como primera reacción, no optéis por la bronca.
Las reflexiones han de llegar tras el análisis del caso.
-Sí, diga.
-Buenos días perito. Soy el Letrado de la Administración de Justicia del Tribunal de lo Penal N°X de Madrid. Contactamos para consultarle si podría realizar un peritaje a instancias del Juez. Es sobre su especialidad.
Como siempre aviso, se omitirán, modificarán o agregarán datos al caso narrado, a fin de que sea irreconocible y sus protagonistas no sean identificables.
Este hilo debe leerse como una ficción.
Viaje inesperado (afortunadamente en verano) y me presento al servicio de Su Señoría. Allí me facilitan el dossier del caso que, como siempre, es imposible de leer en el tiempo con el que cuento para decidirme si acepto el caso.
Para no hacerlo a ciegas, hago lo que todos: