#HOY Continúa el juicio hacia los 26 militares, policías y civiles que fueron responsables de la desaparición y muerte de más de 100 personas durante la última dictadura en La Huerta, Tandil. El grito de Memoria, Verdad y Justicia resuena en los testimonios de sobrevivientes.
"Vamos a poder sentarnos frente a estos tipos y decir que, en La Huerta, civiles, integrantes de la Iglesia, médicos y militares torturaron, mataron, violaron y desaparecieron personas", Walter Fernández, secuestrado en 1977.
"Declaro por los que no están, por los compañeros que tiraron al mar, por los bebés que no podemos encontrar, porque no nos dicen dónde los enterraron, por las mujeres que violaron y por las cosas que se robaron", Walter Fernández, secuestrado en 1977.
"Me tocó ser la primera en declarar, fue una gran responsabilidad y una satisfacción expresar la voz de tantas compañeras y compañeros que ya no están. El juicio es un triunfo de tantos años de lucha por memoria, verdad y justicia", Carmen Silva, secuestrada en 1977.
"Deseo que el juicio no pierda vigencia, porque es una forma de que Tandil tome conciencia de lo que sucedió acá. Los que cometieron delitos deben estar en una cárcel común y la reparación a las víctimas tiene que ser un hecho", Carmen Silva, secuestrada en 1977.
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Hace 45 años, nuestro redactor en jefe, Rodolfo Walsh, era emboscado, secuestrado y desaparecido después de terminar su último escrito, el más urgente, el más valiente: “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”.
Además de detallar los horrores de los crímenes de lesa humanidad, Walsh denunciaba la atrocidad de la política económica de la dictadura “dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia”...
Que sólo reconocía como beneficiarios “a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales”, y que castigaba “a millones de seres humanos con la miseria planificada”.
#MarDelPlata
El rebrote de COVID-19 se sigue agudizando; y, como siempre, la situación en los barrios populares es aún más complicada, en particular en el extremo norte de la ciudad.
Si alguien que vive en un barrio de la zona norte de Mar del Plata necesita testearse, tiene que recorrer al menos 4km, para llegar a un dispositivo de testeo que solo atiende hasta las 3 de la tarde y que tiene filas que demoran hasta 5 horas.
Andrea, vecina del barrio Las Dalias nos cuenta: “El centro de testeo al que fuí abría a las 9 de la mañana. Llegué a las 7 y ya había 60 personas adelante mío, solo entregaron 300 números. Estuve 4 horas y media para que me atiendan”.
DOS AÑOS IGUAL
El #COVID-19 no da respiro y en las villas de CABA la situación se agudiza gracias al poco personal, la baja capacidad de testeo y la falta de asistencia alimentaria a las personas aisladas.
📍En #Retiro, la Secretaría de Integración Socio Urbana solo abastece con bolsones a las personas hisopadas en la UFU del barrio, que no son más de 180 por día. Además, se cerró el vacunatorio del barrio por falta de personal, ya que hubo varios contagios y no hay reemplazos.
📍En #Zavaleta y la #Villa21-24, el Instituto de Vivienda de la Ciudad no está entregando bolsones a personas aisladas. Las filas para hisoparse en el Detectar son interminables, pero se atiende solo de 9 a 14, y muchos quedan afuera: el personal para atenderla no es suficiente.
🎙 #Ahora La semana pasada, una bala de la Policía de la Ciudad se atravesó en la vida de Lucas González y nos dejó el corazón hecho pedazos. Hoy, abrazamos a su mamá Cinthia y la acompañamos en su grito de justicia: ¡basta de gatillo fácil! ✊🏾
“Estamos destruidos, cada día que pasa se siente más la ausencia de Lucas. Yo, como mamá, me levanto porque tengo dos hijos, sino no podría, es lo que me da fuerzas porque estoy muerta en vida", Cinthia López, mamá de Lucas González.
"Todavía no entiendo por qué pasa esto, yo siempre lo veía por la tele pero no logro entender el por qué: son criaturas. No sé si los policías que hacen esto tienen familia, no lo acepto, no entiendo por qué le hicieron esto a Lucas y otros chicos", Cinthia López, mamá de Lucas.
👩🏽 Soy mujer y soy villera. En los medios de comunicación hablan mucho de mí, pero nunca vinieron a preguntarme cómo vivo. ¿Querés saber cómo es un día normal en mi vida?
⏰ 6:00: Me levanto, plancho los guardapolvos, preparo las mochilas.
📚 7:30: Llevo a mis hijos a la escuela.
8:00: Me pongo a limpiar, o salgo a trabajar. Ya estoy pensando en qué voy a hacerle de comer a los chicos.
12:00: busco a mis hijos y preparo el almuerzo.
🍵14:00: Voy al Comedor Comunitario y cocino para todo el barrio.
18:00: Sigo trabajando sin reconocimiento salarial del Estado. Hago una changa, acompaño a una vecina que sufre violencia, o trabajo en la Posta de Salud del barrio. Ya estoy pensando en qué van a cenar mis hijos.