Tomás Sandoval, el abuelo que nos hizo llorar en la marcha de los pensionados, sigue recibiendo ayuda. Hoy entregamos un aporte por parte del equipo de @NTN24ve a quien agradeció por el video que dio la vuelta al mundo. 
Cuenta que luego de ese video le cambió la vida: " pasé de estar muy afligido, muy triste, a esta felicidad que no me cabe en el pecho. Me llaman de California, de Hungría. El video lo vieron en el Parlamento Europeo". Y me muestra la agenda donde anota las llamadas.
Vive con su única hermana, también jubilada, y con quien comparte un modesto apartamento, propiedad de ella, en la parroquia El Valle, donde creció el presidente Maduro, y a una cuadra de la Maternidad Hugo Chávez, cerrada por la desidia.
La visita fue varias veces interrumpida por llamadas telefónicas, algunas ofrecen algo material, otras son apoyo emocional de ancianos como él, y se ponen a llorar juntos " por lo que han hecho con el país".
Una de las llamadas fue amenazante. Algún tarifado le preguntó su nombre, apellido y le reclamó que no reconozca las virtudes de este gobierno. El no se intimidó y con respeto colgó la llamada. No hay quien perturbe la felicidad de este "tuyero" de ojos verdes.
Tomás es el reflejo de nuestros viejos. Ellos no deben llorar frente a una cámara para exigir sus derechos. Si Ud tiene a su abuelo quiéralo, toñequéelo, mándele platica aunque le diga que no la necesita. Porque todos, con suerte, vamos a llegar a su edad.
