Cuando doy una charla en un colegio o instituto siempre cuento el mismo caso. Un trabajador que ha firmado el recibo de una cantidad y niega haberlo recibido. Y se plantan empresario y trabajador delante tuyo y te dicen que si y que no con la misma convicción, ambos indignados...
Y claro, el Derecho te da mecanismos, reglas o técnicas para intentar acercarte a la “verdad”. Y tu mirándoles y preguntándote: ¿quien me está engañando? Tienes un 50% de posibilidades de acertar. Aciertas,de lujo. Si no,uno se va acordar de ti toda la vida y el otro de rositas
Porque esto no es interpretar una cláusula o un convenio, es que alguien te está mintiendo en tu cara. Y es una mezcla de zozobra, indignación, rabia y responsabilidad. Y lo peor, NUNCA sabes si has acertado.
Por eso hay que renunciar a estar seguro de si has descubierto al malo. El trabajo difícil es motivar y razonar por qué te has creido a uno. Y razonándolo y motivando has hecho tu trabajo. Pero te vas a tu casa cabreado con el mundo.
Y sí, hay cosas peores en la vida. Mucho peores. Pero yo les cuento esta. Un saludo.
