Quiero desearos feliz año nuevo a todos y todas. A quienes pasáis esta Nochevieja en familia o con amigos y a quienes la pasáis en soledad, a quienes disfrutáis de unos días de descanso y a quienes os toca limpiar mesas,
servir copas o velar por la seguridad de todos, a quienes, viviendo fuera, habéis podido coger un avión y volver a encontraros con vuestra gente y a quienes os habéis tenido que quedar allá lejos.
Os deseo lo mejor para el próximo año a todas las personas que vivís en España,
habléis la lengua que habléis, os emocionéis con los símbolos que os emocionéis, tengáis las ideas que tengáis y hayáis votado a quien hayáis votado.
habléis la lengua que habléis, os emocionéis con los símbolos que os emocionéis, tengáis las ideas que tengáis y hayáis votado a quien hayáis votado.
Este año me ha ocurrido algo maravilloso: he sido padre de dos niños. Cuando hace casi 6 meses mis hijos llegaron por sorpresa recibí el apoyo y el calor de mucha gente muy distinta; de familiares, amigos y compañeros,
pero algunos de los abrazos más sinceros vinieron de adversarios políticos. Fue una demostración hermosa de que la humanidad, la empatía y la amistad no son el patrimonio de ninguna causa.
Me gustaría que estas fechas nos sirvan para recordar que la patria es el otro; que nuestro país se construye con los demás, con quien es diferente y con quien no piensa igual que uno.
En España sigue habiendo muchísimas dificultades, pero creo que debemos estar orgullosos como país de algunas cosas que hemos conseguido este año.
Porque no las ha conseguido ningún político, las ha conseguido la gente. 2018 ha sido el año en el que las mujeres españolas se han puesto a la vanguardia en el mundo y han dicho que no van a parar hasta conquistar la plena igualdad;
el año en el que los pensionistas, la generación que trajo la democracia, han vuelto a dar una lección de cómo se defienden los derechos; el año en el que hemos conseguido algo que era una urgencia:
sacar democráticamente, por primera vez en España, a un gobierno corrupto de nuestras instituciones; y el año en el que hemos conquistado la mayor subida del salario mínimo de la democracia, que será de 900 euros.
Millones de familias que lo están pasando mal van a poder empezar un año un poco mejor, y creo que ese es un gran motivo para celebrar en estas fiestas.
Y además de desearos que tengáis una noche fantástica y un buen comienzo de año, quería deciros hasta luego por unos meses en los que voy a estar de permiso de paternidad.
Voy a estar cuidando a mis hijos, pero voy a seguir atento a lo que pasa, conectado con vosotros y vosotras a través de las redes y pensando en cómo salir con más fuerza a seguir cambiando nuestro país en 2019.
También me gustaría aprovechar para hacer autocrítica y para reflexionar -con toda la calma que me permitan mis hijos- sobre las cosas que hemos hecho bien pero también sobre los errores que hemos cometido.
Espero que lo paséis muy bien esta noche, que cojáis mucha energía para el próximo año y que se cumplan vuestros deseos.
El mío: que avancemos juntos hacia un nuevo proyecto de país con un horizonte de futuro que nos ilusione, una nueva república que no excluya y que no deje a nadie atrás. Feliz 2019. Un abrazo.
