Esta semana se ha puesto de manifiesto, y más claramente que nunca, la brecha entre las élites progres y la realidad de los españoles. Ha sido un experimento muy interesante. Vamos con ello:
Tras todos esos dislates, viene la traca final: Vox tiene que apoyar el acuerdo en el que le hemos vetado porque sí. Sin negociar
Pues bien, ante la evidencia de que @vox_es no se amedrenta con pataletas infantiles llegaron las presiones.
Así que la presión mediática no ha servido para doblegar a Vox. En cambio sí ha servido, y mucho, para otra cosa.