Thread by @pablovaldezpy

El abroquelamiento en torno a Maduro es un acto de resistencia: esto es lo que se debe entender para comprender la mentalidad de una parte (no toda) de la izquierda latinoamericana. Es consecuencia directa del triunfo de Bolsonaro, es un reagrupamiento. Fijarse en el contexto👇

México es el éxito que tuvieron, y fué por vía electoral. Pero, también por vía electoral perdieron Argentina, Chile, Brasil y, en cierto sentido, Ecuador. Se estima que Uruguay seguirá el mismo camino. El más duro golpe: Brasil, porque ahí se perdió por directo rechazo a ellos.

Al perder Brasil, pierden el centro de poder más importante de esta región. Era más importante que Cuba y Venezuela porque era un poder legítimo en términos democráticos. Tenía autoridad moral y no era vergonzante (no era dictadura).

Pierden Brasil y, para decirlo de alguna manera, el 'Foro de Sao Paulo' debe reagruparse en otro sitio: Venezuela. Los otros países bajo tal eje siguen siendo Bolivia, Nicaragua, Cuba y alguno más. Por este motivo, que sea legítimo o no el poder de Maduro es lo de menos.

Mantener Venezuela es estratégico, no meramente táctico, visto en perspectiva de mantener el proyecto. Financiamiento; sí, financiamiento. Por ahí viene el oxígeno porque Venezuela está fuera del sistema de controles internacional. Rusia, China, Irán la sostienen financieramiente

No hay ninuna norma internacional que permita una intervención extranjera en Venezuela. Sólo se pueden aplicar sanciones políticas y económicas. Sí, es posible la vía de la Corte Penal Internacional para llevar ahí a Maduro. Esto abriría la puerta para algún tipo de intervención.

Esperanza que alguno tienen de levantamiento militar: poca espectativa. Fuera Nacional de Venezuela está completamente infiltrada por agentes cubanos y rusos. El espionaje y la dirección política desde La Habana han desvaratado varias oportunidades.

Pero Maduro tiene que tener bien proveídos a sus jefes militares: dinero de todo tipo de negocios. Por otro lado: situación humanitaria es tan grave que afecta la seguridad nacional de Colombia y Brasil. Es también un peligro para Maduro, pues uno o ambos países pueden reaccionar

Se puede hacer un análisis profundísimo, que twitter no alcanzaría para ello. Es bueno ver el panorama regional y global. Por ejemplo: Rusia no sostiene a Maduro por ideología, sino por razones estratégicas en su lucha de poder con EEUU. China, lo mismo. Irán, también.

En suma: izquierda, la hay autoritaria y también democrática; como ocurre con la derecha. La autoritaria se ve amenazada y, si hay que celebrar a Mexico y López Obrador, lo hace; pero si hay que sostener a Maduro y los Castro, lo hace sin pudor.

Cuando ganan elecciones, todo tranquilo. Cuando las pierden: en Argentina y Brasil, a la calle, a protestar; la barricada. En Paraguay: proliferan ocupaciones de tierra y culquier protesta se apoya. No para ganar 'ahora', sino para que 'democracia burguesa' sea insatisfactoria.

En EEUU, cuando perdieron en serio (no apenas de fachada) aparecieron grupos ULTRA VIOLENTOS llamados 'antifas', que amedrentan en las calles. Y, políticamente, se busca a toda costa la destitución de Trump. En Venezuela, grupos armados recorren las calles igual que en Nicaragua.

Sin embargo, cuando Bolsonaro o Trump se muestran favorables a la portación legal de armas para defender hogares, bienes, familia y propiedad, los mismos que respaldan a los antifas, o civiles armados de Venezuela o Nicaragua, los acusan de 'peligros para la democracia'.

Una herramienta que los ayuda mucho es la NARRATIVA. 'Autodeterminación de los pueblos' es el título del panfleto funcional en este momento. Otras veces, el victimismo: 'somos víctimas del imperialismo yanqui'. Siempre colectivizando: 'somos', lo que implica consciencia de clase.

No se juzga hechos concretos: elecciones no reconocidas, por ende, gobierno ilegítimo. Sino pertenencia: es legítimo porque es 'nuestro compañero'. La misma lógica en todo: se presume inocencia de Arrom y Martí, Lula es 'perseguido', etc. Narrativa. Lo hacía Hitler con los judios

Otra que usó la NARRATIVA de manera eficaz fué CFK: ellos (los malos) y nosotros (los buenos). Los buenos SIEMPRE son los que tienen consciencia de clase, o de género, o de lo que sea que en tal o cual momento es funcional al proyecto más amplio.

En la batalla ideológica lo que hay que hacer es entender la lógica que motoriza la acción política del adversario. El siglo XX mostró que el éxito o el fracaso son accesorios para que un proyecto se mantenga vigente: la propaganda, es decir, NARRATIVA es lo que debe mantenerse.

Tampoco quiero dejar de mencionar otro 'panfleto' o narrativa muy utilizada. Tiene todo: victimismo y villano. Me refiero a palestinos e israelíes. Todos sabemos: los primeros, siempre buenos; los otros, malísimos. Como en las viejas películas estadounidenses de indios y vaqueros

Ni todos los palestinos son buenos, ni todos los isrealies son malos. Pero así se lo presenta siempre, porque 'toda mentira varias veces repetida termina convirtiéndose en verdas' ¿Tal narrativa, contribuye a la paz? No, sólo a la batalla ideológica.

Tal es el éxito de la narrativa, que logró su máximo objetivo: la desmoralización de quien quiera expresar el problema palestino/israelí en términos de hechos. Es que quien se sale de tal visión es etiquetado de pro israelí (o sea, 'pro' los malos, para la narrativa).

En toda guerra, y la batalla por el poder lo es, la primera derrotada es la verdad.

Sólo entendien el contexto histórico de los últimos 20 años se puede comprender el surgimiento de Trump y Bolsonaro. La narrativa de éstos es la respuesta a la radicalización de la narrativa de la izquierda. Su lógica: a la fuerza, para derrotarla, se le debe oponer fuerza doble.

La izquierda ha impregnado el proceso de globalización con sus postulados. Por este motivo es que Trump y Bolsonaro hechan mano del rescate de los estados nacionales. Y han establecido una narrativa: vivimos en un mundo convulsionado y peligroso. El villano es: quien lo promueve.

Ni unos ni otros son buenos, o no completamente. Pero es la disyuntiva, la confrontación de este tiempo concreto de la historia. Por tal motivo es que estoy convencido de que el choque, con violencia real, es altamente posible. Es la lucha de un cambio de época.

En todo el mundo occidental, la inmigración masiva y forzada (no en todos los casos, pero en Europa, sin dudas) y la creciente pobreza son los catalizadores de un descontento que puede llevar a la auténtica guerra civil en varios países: EEUU, varios de Europa y en Mexico.

Y, el debilitamiento de occidente, es una tentadora oportunidad de emprender una guerra para Rusia y China. Es una oportunidad geopolítica, no digo que necesariamente vaya a ocurrir. Pero es una posibilidad. La razón: tomar el control total de los destinos (economía) del mundo.

La gran guerra, si es que ocurre, será preventiva, no por provocación explícita. Será para 'poner orden en el mundo'. Un nuevo orden. El 'misterio de la iniquidad' parece estar en marcha.

Y volviendo a la lógica de esta lucha que nos ocupa. Cayó el imperio romanon y surgieron los estados nacionales de occidente. Luego, se derribó el vasallaje; más tarde, se inició el proceso larguísimo de debilitamiento de la Iglesia. En paralelo, repúblicas y democracia moderna.

También se derribó la monarquía. Es decir, todo lo que implique un sistema jerárquico fué combatido en pos del igualitarismo, gran objetivo político de la revolución. Allí donde hay consciencia religiosa o nacional, a ella le es dificultosa establecerse con éxito.

Unión Soviética era un estado oficialmente ateo: la religión, perseguida. En el mundo democrático, el estado es 'laico' y es la izquierda la específicamente anticlerical. Sin embargo, apoya a clérigos afines. Es que donde el sentido religioso no puede elininarse, debe infiltrase.

Todo sentido nacional o religioso detiene el avance de la revolución. Por eso, cuando aparece una corriente más nacionalista, ésta recibe el apoyo de gente que aprecia su religión. Es por una cuestión simple: para autoproteger la vigencia de sus valores; no por ser derechista.

La batalla ideológica implica todo el amplio espacio de expresión sociocultural. Y es por ello que involucra toda la potencia espiritual del ser humano: porque lo abarca todo. La familia 'tradicional' también es otro bastión, porque es donde se moldea a las nuevas generaciones.

Solo entendiendo lo anterior es que se comprende el surgimiento de las actuales controversias que hoy llamamos de género. Los 'anti' y los 'pro' esto o lo otro es fruto del maniqueísmo al que arrincona la lucha ideológica. La revolución es un proceso, ataque y repliegue constante

Y la lucha comienza en el lenguaje: las ideas deben identificarse y al que se opone, denominarlo. Y de vuelta a la narrativa: buenos y malos.

Al día de hoy, las personas se ubican entre quienes, en efecto, quieren derribar los valores existentes (revolucionarios) y el llamado progresismo; y los que quieren mantener los valores tradicionales (conservadores). El progresismo, lo hay de izquierda y de derecha.

Todo tiene utilización política: se utiliza la historia, reinterpretándola en clave imperialismo/antiimperialismo. Los DDHH: ¿quién puede oponerse? Por eso es eficaz defender causas en nombre de los DDHH y se lucha por poner personas afines a ese interés en ONU y OEA.

Se gastan fortunas en organizaciones intermedias, porque es una manera de influir en decisiones políticas funcionales sin ganar elecciones. Esto se prolonga en activismo en las calles, los medios y en las redes. De hecho, las redes suelen tumbar cuentas disidentes al lobby.

Nunca fué tan complejo ejercer la comunicación y el diálogo: por la segmentación excesiva del público y por el establecimiento de paradigmas culturales que todo el tiempo mudan, incluso en significados que hoy se le da, para acomodarlas a intereses que no le corresponden.